Vistiendo un conjunto de ropa interior de encaje negro, la diseñadora y modelo brasileña Helena Schargel posa seductora, a sus casi 80 años, para una sesión de fotos de su última colección de lencería para mujeres de la tercera edad.
«¡Muy bien, maravillosa!», aprueba el fotógrafo, mientras ella mira confiada hacia la cámara en un antiguo depósito reformado de Sao Paulo.
Es un proyecto que tiene un propósito: sacar a las mujeres de la invisibilidad», cuenta Schargel a la AFP. Después de varias décadas trabajando en una empresa textil, esta mujer enérgica decidió jubilarse, hace tres años, y se reinventó fundando un proyecto para sacar de la oscuridad a las mujeres de edad avanzada: Diseñar moda íntima dirigida a esta franja etaria y ser ella misma la modelo.
Tras lanzar varias colecciones de moda íntima con la marca Recco Lingerie, este año se aventuró en el mundo de la ropa deportiva creando una línea para Alto Giro. Y tiene otros proyectos en la manga.
Schargel, quien colabora con el diseño de las prendas, asegura que las mujeres de más de 60 años en Brasil han sido ignoradas durante mucho tiempo por las empresas de moda, por la sociedad e inclusive por ellas mismas.
«Nunca pensé en mi edad, esto nunca me preocupó», afirma la emprendedora, a quien le parece «una locura» la popularidad de las cirugías plásticas en Brasil.
La decisión de Schargel de modelar en ropa interior es atrevida en un país machista que a partir de cierta edad trata a las mujeres «como si ya no estuviesen vivas», afirma la editora de Vogue Brasil, Paula Merlo.
«Te recuerda que hay vida después de los 60, 70 y que puede ser una vida sexy, divertida y también redituable», agrega.
Superado el miedo inicial, Schargel asegura que se siente cómoda mostrándose en público con poca ropa, y dice que está decidida a mostrarse lo más natural posible y no quiere que editen sus fotos.
«Siempre pido, por favor, deja mis arrugas tal como son, son muy importantes. Muestran que he llegado hasta aquí», dijo.
Desde embrujos, la habilidad de respirar bajo el agua o hasta la castración; así era el poder y la magia en la mujeres. Y es que, en un mundo en el que la mujer y el hombre son vistos de manera diferente; resulta realista plantearnos una pregunta: ¿por qué siempre se ha observado el poder y el conocimiento en la mujer como algo peligroso?
La respuesta ante esta incógnita siempre será un debate, pero suponer que el género no tiene una relación respecto a esto sería inocente. En la antigüedad, cuando una mujer tenía conocimientos sobre la naturaleza y el ser humano, se decía que tenía magia baja; mientas que, cuando un hombre poseía el mismo tipo de habilidades, se le asociaba con la magia alta.
Dichos deméritos llegaron a su punto más alto cuando se le asoció con seres sobrenaturales con connotaciones negativas, tanto en Europa como en Mesoamérica. Este es el caso de las brujas, las sirenas y la mujer volcán de vagina dentada.
La bruja medieval
Al hablar de ellas, el estereotipo de una anciana, con sombrero puntiagudo y escoba, podría resultar inevitable y no es casualidad. Durante mucho tiempo ha existido un imaginario colectivo en el que la bruja —ya sea anciana o joven— tiene poderes sobrenaturales y atormenta a la sociedad y, sobre todo, a los hombres.
La sirena o de cómo la mujer de escama también asusta
Mitad torso de mujer y mitad cola de pescado, las sirenas eran una representación tanto del hombre y la mujer. Ya que, su cola de pez tenía una gran similitud con las serpientes —figura fálica en muchas culturas—, pero también femenina porque su interior era húmedo y, por ende, aludía a los órganos sexuales femeninos.
Su asociación al sexo, el amor y la concupiscencia provocó que fueran muy mal vistas en la Edad Media. Por lo se les retrataba de una manera muy negativa en la literatura medieval:
La sirena vive en el mar, canta contra la tormenta y llora si hace buen tiempo, pues tal es su naturaleza […] Cuando quiere divertirse, canta en voz alta y clara; si la oye el marinero que navega por la mar, olvida su nave y se duerme al instante (Philippe de Thaün, Bestiario, 1121-1152, 1361-1414).
No obstante, las sirenas y brujas no fueron las únicas mujeres imaginadas de manera negativa por no cumplir los roles tradicionales. En el caso de América, también existió una persecución de la figura femenina en el imaginario colectivo, sólo que con diferentes personajes.
La Cihuacóatl o la temida mujer serpiente
En la sociedad prehispánica, todos temían a la Cihuacóatl o la temida mujer serpiente. En palabras de Sahagún, ella salía en las noches en busca de su progenie. En cuanto al aspecto de esta alma en pena, el fraile dijo lo siguiente:
Pero Piowacwe tenía un oscuro secreto y es que, durante la noche, la joven se convertía en una anciana de fealdad descomunal y con dientes en sus genitales. Es por esto que Tunsawi decidió no tener relaciones sexuales con ella y Piowacwe enfureció. A tal grado que después seducía hombres para castrarlos.
La presentación de estas mujeres terroríficas es una muestra de los antiguos horrores, pero más que nada, significan la visión fragmentada que aún se tiene de las mujeres hoy en día. Debemos verlas más allá de la incomprensión, de los estereotipos y verlas como lo que son, personas y no monstruos.
En Alemania cada tercer día muere alguna mujer por agresiones físicas cometidas, en su mayoría, por su pareja o por un excompañero. Estadísticamente hablando, cada hora, al menos, alguna mujer es herida de gravedad. Los datos oficiales más recientes, correspondientes a 2018, revelan que cada día hay un intento de asesinato, y que son mujeres 81% de las víctimas de violencia, como homicidios, lesiones graves, violaciones, abuso sexual, amenazas, prostitución forzada y privación de la libertad. En 2018, 114 mil fueron las afectadas.
Durante años, la violencia de género en Alemania no fue vista como tal. De hecho, en los medios de comunicación rara vez se utiliza la palabra feminicidio porque aún hay quien considera que la violencia ejercida contra la mujer –que en la mayoría de los casos ocurre en los hogares– es un asunto privado.
Fue hasta 2015 cuando, por primera vez, la Oficina Federal de Investigación Criminal alemana (BKA) elaboró un análisis detallado que permitió saber hasta qué punto y qué medida la policía conocía la violencia dentro de las relaciones de pareja; esto es, la relación entre el victimario y la víctima. Ya entonces se determinó que el asesinato, homicidio sin premeditación, la violencia sexual y las lesiones corporales contra las mujeres sucedían con frecuencia dentro de las relaciones y en sus casas.
Consultado por Proceso, el Ministerio para la Familia, Adultos Mayores, Mujeres y Jóvenes señaló que tales datos corresponden con las acusaciones presentadas, pero que los casos no denunciados pueden ser mucho mayores.
“La llamada cifra negra revela que una de cada tres mujeres en Alemania se ve afectada por la violencia al menos una vez en su vida. Es decir, ésta no procede únicamente de la pareja o expareja. Estadísticamente, son más de 12 millones de mujeres las afectadas”, precisó la oficina de prensa de la dependencia.
De ahí que no resulta extraño que el performance “Un violador en tu camino” haya tenido eco en distintas ciudades alemanas, como Berlín, Colonia, Frankfurt y Hamburgo.
Y aunque en todos los casos se trató de una respuesta a la convocatoria que el colectivo feminista chileno LasTesis lanzó desde Valparaíso, y que fue retomada y organizada en su mayoría por chilenas residentes en estas ciudades, la participación de las mujeres alemanas no se hizo esperar.
“LasTesis convocaron a replicar el performance de protesta y alguien en Facebook formó un grupo proponiendo que nos sumáramos. La respuesta fue muy grande y luego se formó otro grupo en WhatsApp que en muy poco tiempo era ya de más de cien personas. Fue algo muy espontáneo, pero al mismo tiempo organizado donde también se unieron mujeres de otras nacionalidades, y alemanes por supuesto que también”, explica Coty Godoy, integrante de la agrupación Cabildo Berlín.
De origen chileno, de 31 años y quien trabaja en mercadotecnia, la joven considera que el éxito del performance-protesta tiene que ver con los niveles extremos de la violencia que se han alcanzado en su país natal, así como en todo el mundo.
“Hoy tenemos claro que este problema, como muchos otros, no está resuelto. Lo que LasTesis brillantemente crearon fue, en el fondo, un manifiesto revolucionario que visibiliza la violencia contra la mujer”, considera.
¡Es jugo de mora! Eso gritó la profesora de religión el día que Marta, una de mis compañeras, se manchó por primera vez la falda del uniforme. Por supuesto nadie lo creyó. La niña estaba avergonzada (fue en pleno recreo), la profesora estaba más roja que el jugo de mora y mis compañeros se reían tímidamente porque sospechaban la verdad. Pero nadie dijo nada; ninguno se atrevió a decir la palabra que parecía prohibida: menstruación.
Esta historia no solo le ha ocurrido a Marta. Como explica Diana Sierra, diseñadora industrial y creadora de Be Girl, una organización dedicada a la educación menstrual, especialmente en África, “la sangre menstrual tiene una connotación muy negativa: es vista como algo pecaminoso, sucio. Entonces cuando alguien está menstruando se le considera impura, casi que una maldición andante”.
Y de esta visión se originan otras: que las mujeres no pueden pasar por ojos de agua, que no pueden tocar alimentos, que están enfermas, que es mejor que estén aisladas o que no se bañen. Pero quizá lo más común es que del repudio a la sangre nazca el miedo a mancharse, un sentimiento que genera deserción escolar y falta de concentración en el colegio por parte de las niñas, especialmente en el caso de las más pobres porque muchas veces no pueden acceder a artículos higiénicos para sentirse más seguras.
Y las cifras lo demuestran. Según un estudio realizado por Unicef en 2016, sobre la higiene menstrual de 204 niñas de las escuelas de la zona rural del Pacífico colombiano, una de cada cuatro encuestadas había faltado a la escuela alguna vez por causa de la menstruación. De ellas, el 86 por ciento refirieron que los cólicos menstruales eran la principal razón por la que se habían ausentado, el 28 por ciento por incomodidad y miedo a mancharse, y el 4 por ciento por falta de toallas higiénicas.
Además varias de ellas manifestaron que habían faltado a clases porque no tienen un lugar privado y adecuado para hacer el cambio de material higiénico. El problema no es solo la inasistencia: el 40,2 por ciento de las niñas y jóvenes contó que su concentración disminuía en las clases y el 38,8 por ciento prefería no pasar al tablero porque está más expuesta a las miradas. “Si estás estresada y angustiada en un pupitre durante ocho horas hay mucha presión que no te permite atender con todas tus capacidades, entonces empiezas a atrasarte y puedes llegar a perder el año”, agrega Sierra.
Esta, sin embargo, no es una situación que se limite a los contextos rurales. Isis Tíjaro, antropóloga y educadora menstrual, lo explica. “En Bogotá encuentras lo mismo que en el campo o que en Santa Marta. Realmente los códigos culturales alrededor de la menstruación nos atraviesan a todas. No es un tema de acceso a educación superior o primaria. No importa cuántas maestrías tuviste: las mujeres no tienen conocimiento de dónde viene su sangre menstrual”. De hecho, en el estudio de Unicef el 45 por ciento de las encuestadas dijo no saber de dónde proviene el sangrado menstrual.
Para cambiar este imaginario las propuestas son múltiples. Después de varios años de trabajar por el acceso a la ropa interior en África, Diana Sierra diseñó en 2016 el Smart Cycle, un reloj didáctico que simplifica el ciclo menstrual y que permite llevar mediciones exactas. Esta herramienta ha sido introducida en Mozambique, otros países africanos y llegó a 500 niños y niñas en Bogotá y Cartagena.
Por su parte, Isis Tíjaro tiene un programa de educación menstrual desde hace diez años que se dirige, en sus diferentes formas, a niñas, niños, madres y hasta padres solteros. Trabaja en la planeación de una agenda de derechos menstruales desde la importancia del acceso al agua potable y al alcantarillado para dignificar la experiencia menstrual. También publicó en 2018 una cartilla –escrita e ilustrada por ella– dirigida a madres e hijas. Y está a punto de lanzar un concurso nacional sobre narrativas menstruales.
Sierra y Tíjaro coinciden en que lo importante es hablar del tema, que las niñas –y los niños– conozcan la menstruación, sepan que es natural, que no es una enfermedad y que importa. “La educación sobre la menstruación –dice Tíjaro– dignifica la vida de las personas. Cuando una comunidad empieza a entender y naturalizar los diálogos, la autoestima de las niñas se fortalece porque entienden que no tienen cuerpos defectuosos y empiezan a generar autonomía sobre él y, luego, sobre su sexualidad”. A Marta le hubiese encantado saber esto.
El grupo Geochicas, integrada por mujeres mapeadoras de Open Street Map, diseñó un mapa con las ciudades en el mundo en el que se ha replicado el performance «Un violador en tu camino», creado por el colectivo chileno LasTesis e interpretado por primera vez el pasado 25 de noviembre.
«Así las réplicas del performance #UnVioladorEnTuCamino hoy: en el mundo entero, muchos idiomas, en lenguas originarias, mujeres de todos perfiles, pocas o miles, reconociendose a través de una voz y causa común a la mitad de la humanidad: nuestro riesgo constante de sufrir violencias», escribió Geochicas OSM a través de su cuenta de Twitter.
Las mujeres de Geochicas invitaron a la comunidad de Twitter a enviarles sus videos de las interpretaciones en sus ciudades para sumarlos al mapa.
EL EXPLICADO DEL MAPA de: "Un violador en tu camino" #LasTesis
Desde el parlamento turco hasta el interior de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en México, la letra de Un violador en tu camino fue pronunciada por artistas, activistas, estudiantes y diputadas en más de 40 países para recordar que la violencia de género es un problema mundial.
La canción y coreografía nació en Chile y se extendió por todo el mundo en menos de un mes. La frase “y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía” superó las calles el fin de semana pasado porque también se escuchó en el parlamento turco.
Las legisladoras de Turquía, quienes tienen inmunidad parlamentaria, retomaron la intervención chilena como una forma de protesta en contra de la represión que sufrieron siete activistas por también realizar el acto performático en las calles de Estambul. Esta ciudad es el único lugar donde la policía detuvo la pieza.
La abogada de las siete mujeres, Tuba Torun, confirmó que sus clientas fueron acusadas por vulnerar la ley de manifestaciones, por “insultos al presidente” y en aplicación del artículo 301 del código penal.
Este artículo castiga con penas de entre seis meses y dos años de cárcel “la ofensa pública a la nación turca, el Estado, el Parlamento, el Gobierno y los cuerpos judiciales”.
“Hay un baile que comenzó en Chile y puso la atención en la violencia contra la mujer en todo el mundo: Las Tesis. Gracias a ustedes, Turquía es el único país en el que es necesario tener inmunidad para participar”, dijo la diputada Sera Kadigil.
Durante la representación de Un violador en tu camino, las diputadas turcas también mostraron fotografías de mujeres que fueron asesinadas en su país. En 2018, 440 mujeres fueron asesinadas en Turquía por sus parejas o exparejas. El 38 por ciento de las mujeres sufren violencia de género en esta nación, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud.
Sin las mismas repercusiones que en las calles turcas, cientos de mujeres han replicado la intervención chilena en 43 países desde que se presentó por primera vez el 20 de noviembre en Santiago, de acuerdo con el mapa digital coordinado por el grupo de diseñadoras de mapas Geochicas OSM y la Internacional Feminista.
Además, la letra fue adaptada y traducida a portugués, griego, alemán, francés, inglés, turco, vasco, quechua, mapuche y lengua de señas.
ORIGEN DEL PERFORMANCE UN VIOLADOR EN TU CAMINO
La canción fue creada por Las Tesis, un colectivo feminista chileno fundado hace año y medio por cuatro artistas de 31 años. En su agrupación, Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres transmiten teoría feminista a través de técnicas interdisciplinarias.
“Nosotras no lo pensamos como un canto de protesta, sino que era parte de nuestra obra performática. Lo cierto es que la performance se nos escapó de las manos y lo hermoso es que fue apropiado por otras”, dice Paula Cometa en entrevista a BBC News Mundo.
La artista agrega que Las Tesis trabajan desde abril o mayo del año pasado en llevar tesis de autoras feministas a puestas en escena, como un traslado de lo teórico a lo práctico en un pequeño formato de tiempo, de alrededor de 15 minutos.
Su intención era estrenar Un violador en tu camino el 24 de octubre en un contexto universitario, pero no lograron presentar la pieza en ese momento por las protestas que comenzaron el 18 de octubre en Chile y lo hicieron el 20 de noviembre en Valparaíso como parte de una serie de intervenciones callejeras.
Luego de su presentación en Valparaíso, el colectivo replicó la intervención el 25 de noviembre en Santiago con la participación de más de 100 personas. El acto fue grabado y se hizo viral en redes sociales.
“Se vuelve ‘viral’, probablemente sea porque lo viral es la violencia sistemática que vivimos los seres humanos a partir de estructuras del Estado moderno. Se vuelve transnacional porque finalmente es como un grito que a todas nos corresponde dar”, dice la integrante del colectivo a BBC News Mundo.
l colectivo a BBC News Mundo. Cometa agrega que las sentadillas de la performance representan la violencia policíaca. Un informe de la organización Human Rights Watch denunció que los Carabineros de Chile obligaron a los detenidos a realizar sentadillas desnudos.
Además, en la letra original se cita una estrofa del himno de los Carabineros de forma irónica: “duerme tranquila niña inocente, sin preocuparte del bandolero, que por tus sueños dulce y sonriente vela tu amante carabinero”.
Cometa detalla que Un violador en tu camino forma parte de una serie de trabajos donde se retoman libros como Calibán y la bruja de la feminista italoestadounidense Silvia Federici y la antropóloga argentina Rita Segato sobre el mandato de violación y la desmitificación del violador como un sujeto que ejerce la acción de violar por placer sexual.
“¡Me siento una abuela orgullosa! No conozco personalmente a Las Tesis, pero les tengo una inmensa admiración. He dedicado 26 años de mi vida a estudiar la violencia contra las mujeres, intentando darle palabra y, de repente, ellas han compactado el mensaje en 33 versos y lo han transmitido al mundo”, dice Rita Segato en entrevista al diario El Periódico.
La autora de libros como La guerra contra las mujeres asegura que hay temas sintetizados de “manera magistral” en la letra del nuevo himno feminista como el hecho de que el ‘sentido común’ dibuja al violador como un sujeto inmoral, pero es lo contrario: el representante de la moral patriarcal.
“No son locos, ni personas inclinadas al crimen, ni lo hacen porque necesitan sexo, sino para decir algo al mundo. Necesitan probarse hombres todos los días. Inseguros, su forma de restaurar su masculinidad es mediante la violencia”, comenta la filósofa argentina.
Segato, Las Tesis y las otras mujeres que cantan Un violador en tu camino coinciden en que la policía, los jueces y el Estado son los perpetradores y cómplices de la violencia de género en el mundo.
La Secretaría de Gobernación (Segob), a través del Banco Nacional de Datos e Información Sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), ubicó —entre 2007 y 2019— a 203 mil 896 agresores de mujeres en 74 municipios, cifra que corresponde a la mitad de victimarios que la institución ha identificado en el país.
Las localidades con más agresores están distribuidas en 25 estados de la República y representan 3% del territorio nacional —de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), México cuenta con 2 mil 473 municipios.
Los ayuntamientos con más agresores, según la Segob, son Aguascalientes, con 15 mil 105, le siguen Guadalajara, con 14 mil 467; Morelia, con 12 mil 977; Zapopan, con 9 mil 928; San Luis Potosí, con 9 mil 711; Centro, con 8 mil 823; Mérida, con 7 mil 361; Tuxtla Gutiérrez, con 6 mil 594; Othón P. Blanco, con 6 mil 314; Benito Juárez, con 5 mil 821, y Tlaquepaque, con 5 mil 318.
Especialistas consultadas refirieron que contar con esta información ayuda a crear políticas públicas para regiones específicas del país; sin embargo, criticaron que el Banavim es alimentado por los gobiernos municipales y no todos registran los ataques contra la población femenina.
Desestimaron que la violencia de género se concentre en sólo 74 localidades de la nación y llamaron a las autoridades a alimentar la información del banco nacional y otras bases de datos existentes, puesto que esa obligación quedó estipulada en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Por su parte, la Segob ha detectado que entidades como Jalisco, Chiapas, Colima, el Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León y Quintana Roo registran graves niveles de violencia contra la mujer, puesto que todas tienen al menos cuatro municipios considerados focos rojos.
Además, en el Banavim se observa que 91% de los agresores de mujeres ha ejercido violencia en el ámbito familiar, seguido del comunitario.
También muestra que los atacantes pueden tener desde 0 a 11 años, con 110 mil casos registrados, hasta más de 61 años, con 8 mil 77 casos.
Julia Escalante, directora en México del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), advirtió que los datos recopilados por Gobernación muestran algunos epicentros de la violencia de género, debido a que, por ejemplo, localidades como Aguascalientes y Yucatán no están en la lista de estados con más feminicidios.
“Lo que tienen en común estos municipios es justo este arraigo de la cultura conservadora, machista, y son lugares muy cerrados.
“Aguascalientes y Yucatán presumen tener bajos índices delictivos, pero pese a esto vemos que no es lo mismo para las mujeres y las situaciones que padecen”, aseveró.
La experta urgió a los tres niveles de gobierno a crear políticas públicas para frenar los ataques a mujeres en estas localidades, además de impedir que el problema se siga esparciendo.
Consideró necesario fomentar la cultura de la denuncia entre la población femenina para ayudar a nutrir las bases de datos.
“La mayoría de los casos de violencia doméstica no se denuncian por la poca credibilidad que la sociedad le da a las mujeres que han atravesado por una situación de este tipo.
“Debemos cambiar esto si queremos tener datos certeros que ayuden a intervenir en esos lugares riesgosos”.
Criticó que los estados de la República han hecho frente a la violencia de género de una manera desigual, ya que hay algunos en los que se han fortalecido las campañas en favor de la igualdad o se han creado instituciones para promoverla.
Critican rezago en bases de datos Aunque las expertas destacaron la importancia de tener información a nivel municipal sobre la violencia de género, lamentaron que las bases de datos sobre el tema no brindan una dimensión real del problema.
Desde su perspectiva, esto ha ocurrido porque las mismas autoridades municipales y estatales son las responsables de nutrir las estadísticas.
Ejemplificaron que en el caso del Banavim, la Secretaría de Gobernación únicamente ha identificado a mil 301 atacantes en la Ciudad de México y a 890 en Veracruz.
Estas cifras contrastan con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pues esa institución coloca a Veracruz como la entidad con más carpetas de investigación abiertas por feminicidios en 2019.
“El Banavim ha sido un fracaso, pero no sólo eso, sino que hay un problema generalizado con las bases de datos. Cuando estás en campo te das cuenta de que es mucho más grave la violencia contra las mujeres que lo que los registros dicen”, aseveró María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Para la experta, se debe implementar un mecanismo para obligar a los municipios a realizar un mejor conteo de los casos de violencia de género y, a partir de eso, desarrollar medidas para enfrentar la situación.
“Es fundamental tener cifras precisas porque es un diagnóstico, permite dar cuenta de cuáles son esas violencias que ponen en riesgo a las mujeres en el país.
“A partir de eso se deben pensar políticas públicas que sean acertadas, con el objetivo de impedir que una agresión se intensifique y pueda culminar en un feminicidio”, aseguró.
La experta refirió que las agresiones en el ámbito familiar son las más comunes: “Se deberían implementar órdenes de protección efectivas, muchas veces la violencia de género se minimiza y sólo se implementan rondines policiacos, es decir, los policías van y se asoman y luego dejan desprotegidas a las mujeres, quienes incluso corren riesgo de perder su vida”.
«Sientes impotencia cuando alguien te agrede»
Un ejemplo de la violencia que las mujeres viven en la Ciudad de México es la situación que atravesó Lourdes Rojas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Todo empezó como sucede en muchas otras ocasiones con otras miles de mujeres: la joven sintió un roce en su entrepierna y al final se dio cuenta que era la mano de un hombre.
En ese momento, ella viajaba en el transporte que la UNAM ofrece a sus estudiantes. El agresor deslizó su mano en los glúteos de Lourdes y en otras partes de su cuerpo.
Ella se sentía segura por el lugar en el que estaba, pero ni siquiera la máxima casa de estudios la salvó de ser víctima de una agresión.
En un inicio, la joven no le dio importancia a esta situación, puesto que el camión estaba lleno y consideró normal que el roce fuera producido por una bolsa o una mochila de la mujer que estaba a su lado.
Decidió quedarse en el mismo lugar, junto a un tubo, y sin hacer ninguna réplica aunque se sintiera incómoda.
“Pero cuando llegué a la biblioteca vi que un señor iba atrás de mí con su mano a la altura mis glúteos.
“Cuando lo confronté, él sólo dijo: ‘Perdón’, con el pretexto de que estaba sosteniendo su mochila y que por eso yo sentí cómo si alguien me hubiera tocado”, explicó Lourdes.
“¡Idiota!”, fue lo único que pudo decir la estudiante, al mismo tiempo que empujó a su agresor y salió del camión con lágrimas en los ojos.
“La verdad es que como mujer no sabes qué hacer ni qué decir en ese tipo de situaciones. En ese caso yo sólo pensé: ‘¿Por qué me pide perdón, si él sabe lo que hizo?’. Se siente una impotencia tremenda”, señaló.
Además de ser víctima de acoso, en esa ocasión a Lourdes también le sacaron su celular de su mochila y, aseguró, pudo haber sido el mismo hombre que la agredió en plenas instalaciones de su universidad.
El último álbum de Burna Boy, African Giant, ha sido incluido en la última lista de mejores discos del año en Billboard junto a otros nombres como Beyoncé o Taylor Swift. A pesar de que el trabajo del estelar artista nigeriano también ha recibido recientemente el premio Best African Act durante los últimos MTV Europa —celebrados en Sevilla—, lo cierto es que las mujeres africanas han pegado fuerte este 2019 con un montón de buenas producciones discográficas dignas de ser tenidas en cuenta en cualquier lista de éxitos. Desde Mali, Benin, Tanzania, Zimbabwe, Nigeria, Cabo Verde, Costa de Marfil, Túnez, Isla de la Reunión, Marruecos, Argelia, Camerún, Kenia, Zambia o las diferentes diásporas africanas en Europa, Estados Unidos o Australia, ellas han marcado el ritmo en la redacción de Wiriko durante el año que cerramos en pocos días.
LPs
Mayra Andrade – Manga (8 de febrero, Sony)
Cinco años después de su último álbum, Lovely Difficult, Mayra Andrade ha dejado que emergiera de forma natural y a fuego lento una nueva maravilla. Tras mudarse a Lisboa, su nueva base de operaciones, después de haber vivido en su Cuba natal, su Cabo Verde de raíz, Senegal, Angola, Alemania o Francia, Manga refleja una síntesis de influencias que lleva impresas en la voz y en el alma. Su 5º álbum de estudio, que incluye afrobeat, músicas urbanas y ritmos tradicionales cabo-verdianos cantados en portugués y crioulo, ha sido grabado entre París y Abidjan, y es una muestra de la paleta de colores rica y variada que emerge de una generación de caboverdianos esparcidos por el mundo, pero que llevan la estela de la tradición de sus orígenes. Andrade vuelve a demostrar una elegancia innata en su forma de componer e interpretar, dejando al aire que no precisa de grandes atributos para brillar.
Su canción The Chant invadió las pantallas de nuestros hogares gracias a un anuncio de coche, el del SEAT Arona. Radicados en Londres pero imponiendo los sonidos pop más frescos y urbanos de Ghana y Nigeria, Eno Williams y su banda Ibibio Sound Machine vuelven a mostrar la fuerza de su funk, post y electro-punk y R&B contemporáneo con su tercer álbum Doko Mien. Con los sintetizadores ochenteros como columna vertebral e influencias de Talking Heads, Prince y Tony Allen, Doko mien es un álbum sólido y consagrado a la pista de baile, que bien se puede concebir como un trabajo de “electropop retro”. 11 pistas que trazan un puente musical entre dos megaciudades contemporáneas —Lagos y Londres— a las que les unen más cosas de las que las separan.
Maya Kamaty – Pandiyé (28 de marzo)
Después de Santié Papang (2014), la cantante reunionesa regresa abriendo nuevos senderos a la música maloya. Hija de Gilbert Pounia, cantante y músico, fundador de la banda Ziskakan, y Any Grondin, narradora de renombre, la joven recoge sus experiencias en Montpellier o París, y sus giras por Estados Unidos, para retornarlas a la isla. Con influencias de Ibeyi, Portishead o Massive Attack, su propuesta funde el kayamb y la tradición maloya con los sonidos globales. Con mensajes explícitos sobre los “viejos monstruos” de la Reunión, o el daño causado por las malas lenguas en las redes sociales, ataca a los prejuicios y la xenofobia que parece calar en el mundo.
Djana Sissoko – By My Own (26 de abril)
Llevando sobre sus hombros el legado de una larga e incontable dinastía de griots malienses, Djana Sissoko, hija del reconocido músico Baba Sissoko, sigue los pasos de su progenitor y se une al clan Sissoko con su voz y su guitarra. Con tan solo 18 años, Djana debuta en el mundo discográfico reconociendo que “no es fácil sobrevivir por mí misma” un año después de haber brillado con un álbum brutal en dueto junto a su padre (Fasiya). En un interesante larga duración de diez pistas, la maliense afincada en la región italiana de Calabria canta en inglés e italiano un estilo visiblemente impregnado de blues y folk norteamericano en lo que se convierte en una de las producciones más relevantes del año de la diáspora africana en Europa.
Angelique Kidjo – Celia (19 abril, Verve y Universal Music France)
La cantante beninesa explora en las raíces africanas de la salsa gracias a un álbum homenaje a Celia Cruz. En este tributo sonoro a la “Reina de la Salsa”, Kidjo hace suyos diez de los temas que la cubana grabó durante la década de los cincuenta y sesenta junto a la Sonora Matancera. Registrado entre Nueva York y París, Celia no es sólo un álbum de versiones con temas como “La Vida es un Carnaval” o ” Bemba Colorá”, sino que Kidjo reinventa las canciones, se las lleva a su terreno y refleja los sonidos de la historia de la música africana y su influencia en la música de Cuba. Este trabajo es especial para la ganadora de tres premios Grammy. “De pequeña vi en directo a Celia Cruz en Benin y su energía y alegría cambió mi vida. Fue la primera vez que vi a una mujer poderosa en un escenario”, dijo recientemente la cantante. Dos grandes en un solo disco.
Turunesh – Coastal Cider (31 mayo, The Ancestors)
La de Turunesh es una música única. Descrita como Neo Ngoma & Swahili Soul, su sonido suave y delicado la sitúa como una excelente compositora de Neo-soul Afro. De origen tanzano y etíope, Turunesh, creció en Tanzania, y debuta este 2019 con su álbum ‘Coastal Cider’, un disco que fusiona sonidos e idiomas de África oriental y occidental, así como influencias Rnb e Indie. Con solo 21 años, el Jazz y el Blues occidental le sirven de base a la joven para tejer un discurso en kisuajili único que parecerá una rareza en Tanzania pero que se convierte en todo un icono sonoro para la diáspora africana. La portada del álbum es, además, toda una declaración de intenciones, en la que delata influencias como las del álbum ‘Résistance’ de los malienses Songhoy Blues.
Trash Kit – Horizon (5 de julio, Upset the Rhythm)
Trash Kit es un trio post-punk con orígenes en Zimbabwe pero asentado en Reino Unido que nos han sorprendido con un álbum elegante y original que combina crítica social y política con música de baile. Tercero de su carrera discográfica, el disco pone en la voz de Rachel Aggs, su cantante, la transmisión de mensajes que hablan de la realidad global contemporánea y que están marcados por la impetuosidad de la baterista Rachel Horwood. Dos mujeres y un hombre, el bajista Gill Partington, que tejen un discurso sonoro con la mbira como elemento primigenio y los polirritmos como lienzo, y que representan los sonidos, las inquietudes y la riqueza cultural de la diáspora.
Lady Donli – Enjoy your life (9 de agosto, Makiyayi)
Lo retro sigue teniendo impacto en el pop nigeriano contemporáneo. Prueba de ello es el álbum debut de Lady Donli, una joven de 22 años que acaba de irrumpir en el mercado musical global con este interesante larga duración de 15 pistas repleto de grandes ritmos. Un estilo lleno de optimismo y crónica social que destaca con su “adicta al cash (dinero)”, algo que describe muy bien la carrera por el dinero que se vive a un lado y otro del Planeta. Nacida en Cleveland, Ohio, criada en Abuja y ahora viviendo entre Londres y Lagos, Donli pertenece a una clase global y como tal, nos presenta un estilo repleto de hip-hop con beats electrónicos, melodías neo-soul e infusiones de funk psicodélico. ¡Nos encanta este álbum! ¡Disfruta tu vida!
Mah Damba – Hakili Kélé (13 septiembre, Buda Musique / Socadisc)
Hija del legendario griot maliense Baba Sissoko, Mah Damba es una de las voces femeninas más consolidadas de la tradición mandinga, tanto en África Occidental como en su Europa de adopción. Tras labrarse una carrera musical junto a su marido Mamaye Kouyaté (DEP) tras mudarse a París, debutó en solitario con À l’Ombre Du Grand Baobab en 2010, un álbum nutrido de colaboraciones que le permitió brillar más allá de la noble sombra de su padre y de su, hasta entonces, marido. Ahora, con Hakali Kélé, Mah Damba canta las penas y las alegrías de su Mali natal, denunciando la violencia y los conflictos étnicos que como cuenta en una reciente entrevista para RFI, “no son parte de nuestra cultura”.
Sampa The Great – The Return (13 septiembre, Rough Trip)
Carismática y desafiante a la ortodoxia occidental, la rapera Sampa The Great es una de las voces más reconocibles del hip hop contemporáneo, y escuchando su álbum debut con atención se entiende el por qué. Nacida en Zambia, criada en Botswana y residente en Australia, Sampa Tembo representa a una diáspora moderna y rompedora, que teje su discurso sonoro a través de varias influencias del África austral y el poliglotismo de sus letras sin complejos y pisando con mucha contundencia. En su The Return confirma un sonido distintivo que la ha llevado a ser reconocida como una de las artistas de R&B más cotizadas y potentes del momento. Ni más ni menos que 19 temas. ¡Suban el volumen de sus reproductores y disfruten(la)!
Aṣa – Lucid (11 octubre, Wagram Music)
Sin duda, uno de los lanzamientos más esperados del año, Lucid llega cinco años después de su Bed of Stone. Bukola Elemide, más conocida como Asa, confirma con este lanzamiento lo que ya sabíamos: que la suya es una propuesta fresca, elegante, intimista, transfronteriza y apta para todos los públicos. 4º en su carrera discográfica, el disco de 14 pistas vuelve a entronizarla como una de las voces más distinguibles y uno de los estilos más genuinos del Neo-Soul contemporáneo, un estilo con marcados matices de Pop, Folk y Reggae. Afincada en Francia, desde donde se produce este Lucid, Asa utiliza algo de Yoruba y mucho Inglés para cantarle al desamor, el autodescubrimiento, el empoderamiento, la alegría, el dolor o la identidad. Si la fórmula funcionó y la llevó a ser disco de platino en su primer álbum, ¿por qué no podría conseguirlo ahora?
Souad Massi – Oumniya (11 ocubre)
La argelina afincada en París, Souad Massi, presenta su 6º disco de estudio. Un trabajo donde el exilio y los mensajes políticos son temas centrales. Mezcla entre folk bereber, chanson française y fado portugués, Massi lleva la maleta de sus años junto a la banda Atakor —que enfrentó varias amenazas de muerte en Argelia— para explorar la traición y la pérdida en este Oumniya, un álbum donde se invoca al mismísimo Leonard Cohen. Con el acompañamiento de la maestría del oud, el maqam, el violín o la darbouka, Souad Massi ha tejido un disco de diez pistas donde muestra cómo la suya es una voz de narradora que cuenta, a través de su historia, la vida de tantas mujeres y hombres en embate contra políticas injustas y comportamientos abusivos.
El primer grupo de mujeres Gnawa de la historia viene golpeando fuerte con un larga duración para fanáticos del trance y las ceremonias sufíes. Con el gimbri (laúd bajo) y el qaraqab como elementos centrales de un estilo ribeteado por voces llenas de lamentos, Asmaâ Hamzaoui —hija del famoso maalem (maestro) Gnawa, Rachid Hamzaoui— pone en jaque un estilo dominado exclusivamente por hombres hasta la fecha. Y lo hace junto a su banda, Bnat Timbouktou (Las hijas de Tombuctú), que desde 2012 han entronizado a su líder como la instrumentista de gimbri más prominente del mundo. Benditas sean estas 11 pistas de su álbum debut, que dan buena muestra de por qué Asma y Bnat Timbouktou están dando tanto revuelo tanto en el mundo árabe del Norte de África, como en Occidente.
Vagabon – Vagabon (18 octubre, Nonesuch)
Tras su debut en 2017, la artista camerunesa afincada en Nueva York Laetitia Tamko —alias Vagabon— se erigió como la nueva voz del indie rock contemporáneo. Con su segundo álbum de estudio, vuelve con un sonido más cálido e intimista cuya voz camaleónica, nos seduce a golpe de minimalismo y melodías suaves en un álbum que iba a titularse “All the Women in Me”, pero que a último minuto acabó recibiendo el propio nombre de la artista, como prueba de haber encontrado su estilo más genuino. En su exitoso single de presentación (“Every Woman”), trabajó con el cineasta camerunés Lino Asana. Y hoy, ya es una auténtico ídolo para las mujeres africanas y afrodescendientes; así como para los cameruneses de habla inglesa, en constante pugna política dentro de sus fronteras.
Procedente de un campo de refugiados cerca de Tinduf, en Argelia, y residente en Barcelona, la cantante, compositora y activista Aziza Brahim vuelve a cantar las injusticias sociales que siguen padeciendo los saharauis en su tercer álbum con Glitterbeat, traducible como ‘Esta Generación’. Producido en Barcelona por Aziza junto a Amparo Sánchez (Amparanoia, Calexico), “Sahari” es su trabajo más atrevido. Su portada, es ya una declaración de intenciones: una niña exiliada posa con zapatos de ballet y un brillante tutú blanco en lo representa la resiliencia absoluta del Sáhara Occidental. Otro grito más en forma de canciones para la independencia de “la última colonia africana”.
EPs
Kandy Guira – Tek La Runda (5 abril, autoeditado)
La modelo, actriz, cómica y música Kandy Guira vuelve con un EP que significa su vuelta a la música tras su álbum dedicado a su madre en 2009, Mba. Hace una década que esta marfileña se asentó en Francia, donde ha colaborado con músicos como Cheick Tidiane Seck, Esperanza Spalding, Oumou Sangare o Amadou y Mariam, y tras explorar distintas facetas creativas y artísticas ha decidido tomar las riendas de su futuro con este “Tek La Runda”. Un disco compuesto por cuatro canciones en las que habla de la dificultad de ser mujer, del amor, la esperanza o la gratitud. Y lo hace con una mezcla de folk y afro-pop deliciosa. El álbum ha sido realizado en colaboración con el DJ y productor Clément Vicente.
Deena Abdelwahed – Khonnar Remixes (24 de mayo, inFinié)
La música urbana de Túnez tiene un nombre indiscutible: el de la DJ Deena Abdelwahed, una artista camaleónica que se ha hecho un lugar en la escena de club global. Tras el éxito rotundo de su álbum debut Khonnar con el que nos mostraba una puerta de entrada a los sonidos árabes del futuro; su techno futurista presenta una versión delirante y distópica del Túnez contemporáneo. Con este nuevo remix explora nuevos territorios en el espectro de la música electrónica a través de reinterpretaciones de sus propios temas. Una de esas mujeres que contribuyen a romper estereotipos sobre la mujer árabe en la era global.
Xenia Manasseh – Fallin’ Apart (3 octubre)
Voz emergente de la efervescente escena pop de Nairobi, Xenia Manasseh transita entre su Kenia natal y su Estados Unidos de adopción para nutrir el neo-soul y R&B africanos y llevarlos un poco más allá de sus fronteras. Cantando en inglés y kiswahili, Manasseh —que pertenece a una joven generación de músicos formados en Berklee como la de nuestra admirada fabulosa Lisa Oduor-Noah — se ha rodeado de raperos y talentos de todas partes del mundo para destilar los seis temas que conforman este EP debut. ¡Seguro que su trabajo dará mucho que hablar!
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* Gemma Solés i Coll – Experta en ciudades africanas, música y desarrollo. Le mueve la creatividad con la que construye futuro la juventud africana en contextos urbanos, especialmente en África del Este. Sus campos de trabajo son el periodismo escrito y radiofónico, los documentales y la gestión cultural. Cofundadora de Wiriko y coordinadora de Seres Urbanos (EL PAÍS), licenciada en Filosofía (UB), posgraduada en Estudios Africanos y Desarrollo (UPF) y máster en Culturas y Desarrollo en África (URV)
Presentación WMagazín Ternura, responsabilidad, épica, búsqueda y literatura fueron los temas sobre los que la Nobel de Literatura 2018, la polaca Olga Tokarczuk (Sulechów, Polonia, 1962) levantó su discurso de aceptación del premio, el 7 de diciembre de 2019. WMagazín publica integra esta clase magistral sobre literatura y problemas del mundo contemporáneo.
Olga Tokarczuk recuerda el poder de la escritura para contar, entender y unir la historia del día a día, de su fuerza y capacidad para reunir los fragmentos en que la dejan los seres humanos. La escritora ofreció una lección sobre cómo afrontar la vida y tratar de mejorarla si cada una de las personas e instituciones asumieran la responsabilidad de saber que cada gesto repercute en otras cosas.
Y todo ello bajo un gesto humano y pequeño pero que tiende a ser arrinconado: la ternura. La ternura en cada individuo, la ternura en el escritor, la ternura en el narrador de cada obra porque solo así se insufla vida a las cosas pequeñas que todos necesitamos.
Olga Tokarczuk obtuvo el Nobel «por una imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de fronteras como una forma de vida». Se trata de la segunda escritora polaca que recibe el Nobel de Literatura (la primera fue la poeta Wislawa Szymborska, en 1996) y la decimoquinta mujer en la historia del premio.
En español puedes leer de Tokarczuk las novelas Los errantes (Traducción de Agata Orzeszek Sujak -Anagrama), llevada al catalán como Cos (traducción de Xavier Farré en Rata Books) y Sobre los huesos de los muertos(Traducción de Abel Murcia – Siruela).
Antes de reproducir completo el discurso seleccionamos algunas de sus ideas:
Carecemos de nuevas formas de contar la historia del mundo.
Creo que la narración en primera persona es muy característica de la óptica contemporánea, en la que el individuo desempeña el papel de centro subjetivo del mundo.
Lo que las narraciones en primera persona han hecho para la literatura y, en general, para la civilización humana no se puede sobrestimar: han reelaborado por completo la historia del mundo.
Cada vez más, el trabajo de género literario es como una especie de molde de pastel que produce resultados muy similares, su previsibilidad se considera una virtud, su banalidad es un logro. El lector sabe qué esperar y obtiene exactamente lo que quería.
Parece que lo que nos falta es la dimensión de la historia que es la parábola. Porque el héroe de la parábola es a la vez él mismo, una persona que vive bajo condiciones históricas y geográficas específicas, pero al mismo tiempo también va mucho más allá de esas circunstancias concretas.
Un buen libro no necesita defender su afiliación genérica. La división en géneros es el resultado de la comercialización de la literatura en su conjunto y el efecto de tratarla como un producto a la venta con toda la filosofía de la marca y la focalización y otros inventos similares del capitalismo contemporáneo.
La fabula interrumpida, creada hace mucho tiempo y bien conocida por las historias de Scherezade ahora ha regresado audazmente en serie alterando nuestra subjetividad y teniendo extraños efectos psicológicos, sacándonos de nuestras propias vidas e hipnotizándonos como un estimulante.
Internet es una historia, contada por un idiota, llena de ruido y furia.
La reacción a tal agotamiento con la ficción podría ser el enorme éxito de la no ficción, que en este gran caos informativo grita sobre nuestras cabezas: «Te diré la verdad, nada más que la verdad» y «Mi historia se basa en hechos”.
La ficción ha perdido la confianza de los lectores ya que mentir se ha convertido en un arma peligrosa de destrucción masiva, incluso si todavía es una herramienta primitiva.
Es la experiencia, y no cualquier evento, lo que constituye el material de nuestras vidas. (…) Creo que el mito cumple la función de esa estructura. Todo el mundo sabe que los mitos nunca sucedieron realmente, pero siempre están sucediendo.
Pero es posible que la novela y la literatura en general se estén convirtiendo ante nuestros ojos en algo realmente marginal en comparación con otras formas de narración. Que el peso de la imagen y de las nuevas formas de transmisión directa de la experiencia (cine, fotografía, realidad virtual) constituirá una alternativa viable a la lectura tradicional.
Solo la literatura es capaz de permitirnos profundizar en la vida de otro ser, comprender sus razones, compartir sus emociones y experimentar su destino.
El mundo se está muriendo y no lo notamos. No vemos que el mundo se está convirtiendo en una colección de cosas e incidentes, una extensión sin vida en la que nos movemos perdidos y solitarios (…) Y en un mundo así somos realmente zombies.
Hoy en día la historia debería ser mucho más multidimensional y complicada; después de todo, realmente sabemos mucho más, somos conscientes de las increíbles conexiones entre cosas que parecen estar muy separadas.
Me sigo preguntando si en estos días es posible encontrar las bases de una nueva historia que sea universal, integral, inclusiva, arraigada en la naturaleza, llena de contextos y al mismo tiempo comprensible.
También sueño con un nuevo tipo de narrador: un «Cuarta persona», que no es simplemente una construcción gramatical,
Deberíamos eliminar las categorías simplistas de literatura de alto y bajo nivel, popular y de nicho, y tomar la división en géneros muy a la ligera. Deberíamos abandonar la definición de «literatura nacional», sabiendo al igual que nosotros que el universo de la literatura es una sola cosa.
Creo que tenemos una redefinición por delante de lo que entendemos hoy en día por el concepto de realismo, y una búsqueda de uno nuevo que nos permita ir más allá de los límites de nuestro ego y penetrar en la pantalla de vidrio a través de la cual vemos el mundo. Porque en estos días la necesidad de la realidad es atendida por los medios de comunicación, los sitios de redes sociales y las relaciones indirectas en Internet. Quizás lo que inevitablemente nos espera es una especie de neo-surrealismo,
Volver a las estructuras compactas de la mitología podría traer una sensación de estabilidad ante la falta de especificidad en la que están viviendo hoy en día. Creo que los mitos son el material de construcción para nuestra psique, y no podemos ignorarlos (a lo sumo, podríamos desconocer su influencia).
Para eso me sirve la ternura, porque la ternura es el arte de personificar, de compartir sentimientos, y, por lo tanto, descubrir similitudes. Crear historias significa dar vida constantemente a las cosas, dar existencia a todas las pequeñas partes del mundo que están representadas por las experiencias humanas, las situaciones que las personas han sufrido y sus recuerdos. La ternura personaliza todo con lo que se relaciona, lo que hace posible darle una voz, darle el espacio y el tiempo para que exista y se exprese. Es gracias a la ternura que la tetera comienza a hablar.
La ternura es la forma más modesta de amor.
La ternura es una forma de mirar que muestra al mundo como vivo, interconectado, cooperando y codependiente de sí mismo.
La avaricia, la falta de respeto a la naturaleza, el egoísmo, la falta de imaginación, la rivalidad interminable y la falta de responsabilidad han reducido el mundo al estado de un objeto que se puede cortar en pedazos, agotar y destruir.
A continuación el discurso completo de Olga Tokarczuk en la Academia Sueca:
Olga Tokarczuk, ilustración de Niklas lmehed.
El narrador tierno
Por Olga Tokarczuk
1.
La primera fotografía de la cual fui consciente es una foto de mi madre antes de que ella me diera a luz. Desafortunadamente, es una fotografía en blanco y negro, lo que significa que muchos de los detalles se han perdido, convirtiéndose solo en formas grises. La luz es suave y lluviosa, probablemente una luz de primavera, la clase de luz que se filtra a través de una ventana, manteniendo la habitación con un brillo apenas perceptible. Mi madre está sentada al lado de nuestra vieja radio, como esas que tienen un ojo verde y dos diales, uno para regular el volumen y el otro para encontrar una estación radial. Esta radio luego se convirtió en mi gran compañera de la infancia; de ella aprendí sobre la existencia del cosmos. Al girar una perilla de ébano, los delicados sensores de las antenas se movieron y en su alcance cayeron todo tipo de estaciones diferentes: Varsovia, Londres, Luxemburgo y París. A veces, sin embargo, el sonido fallaba, como si entre Praga y Nueva York, o Moscú y Madrid, las antenas de las antenas tropezaran con agujeros negros. Cada vez que sucedía eso me temblaba la espalda. Creía que a través de esta radio diferentes sistemas solares y galaxias me hablaban, crepitaban y chirriaban y me enviaban información importante.
Cuando de niña miraba esa foto estaba segura de que mi madre me había estado buscando al girar el dial de nuestra radio. Como un radar sensible, penetró en los reinos infinitos del cosmos, tratando de averiguar cuándo llegaría y de dónde. Su corte de pelo y su atuendo (un gran cuello de barco) indican cuándo se tomó esta foto, es decir, a principios de los años sesenta. Mirando desde algún lugar fuera del marco, la mujer encorvada ve algo que no está al alcance para una persona que mira la foto después. Cuando era niña, imaginaba que lo que estaba sucediendo era que ella estaba mirando el tiempo. Nada sucede realmente en la imagen: es una fotografía de un estado, no un proceso. La mujer está triste, aparentemente perdida en sus pensamientos.
Cuando más tarde le pregunté acerca de esa tristeza, lo cual hice en numerosas ocasiones, siempre buscando la misma respuesta, mi madre dijo que estaba triste porque yo aún no había nacido, pero ya me extrañaba.
«¿Cómo puedes extrañarme cuando todavía no estoy allí?», le preguntaba.
Sabía que extrañas a alguien que has perdido, que el anhelo es un efecto de pérdida.
«Pero también puede funcionar al revés», respondió. «Extrañar a una persona significa que está allí».
Este breve intercambio, en algún lugar del campo del occidente de Polonia a finales de los años sesenta, un intercambio entre mi madre y yo, su pequeña hija, siempre ha permanecido en mi memoria y me ha dado una fuerza que me ha durado toda mi vida. Porque elevó mi existencia más allá de la materialidad ordinaria del mundo, más allá del azar, más allá de la causa y el efecto y las leyes de la probabilidad. Ella colocó mi existencia fuera del tiempo, en la dulce vecindad de la eternidad. En la mente de mi hijo entendí que había más de lo que había imaginado antes. Y que incluso si dijera: «Estoy perdido», entonces todavía comenzaría con las palabras «Yo soy», el conjunto de palabras más importantes y extrañas del mundo.
Y así, mi madre, una joven que nunca fue religiosa me dio algo que alguna vez se conoció como un alma, y me proporcionó el narrador más tierno del mundo.
2.
El mundo es un tejido que tejemos diariamente en los grandes telares de informaciones, debates, películas, libros, chismes, pequeñas anécdotas. Hoy, el alcance de estos telares es enorme: gracias a Internet, casi todos pueden participar en el proceso asumiendo la responsabilidad o no, con amor u odio, para bien o para mal. Cuando esta historia cambia, también lo hace el mundo. En este sentido, el mundo está hecho de palabras.
Por lo tanto, cómo pensamos sobre el mundo y, quizás aún más importante, cómo lo narramos tiene un significado masivo. Una cosa que sucede y no se dice deja de existir y perece. Este es un hecho bien conocido no solo por los historiadores, sino también (y quizás sobre todo) por todos los sectores políticos y tiranos. El que tiene y teje la historia está a cargo de su versión.
Hoy nuestro problema radica, al parecer, en el hecho de que todavía no tenemos narraciones listas no solo para el futuro, sino incluso para un ahora concreto, para las transformaciones ultrarrápidas del mundo de hoy. Nos falta el lenguaje, nos faltan los puntos de vista, las metáforas, los mitos y las nuevas fábulas. Sin embargo, vemos intentos frecuentes de aprovechar narraciones oxidadas y anacrónicas que no pueden encajar en el futuro, sin duda suponiendo que algo viejo es mejor que una nada nueva, o tratando de lidiar de esta manera con las limitaciones de nuestros propios horizontes. En una palabra, carecemos de nuevas formas de contar la historia del mundo.
Vivimos en una realidad de narraciones polifónicas en primera persona, y nos encontramos rodeados por ese ruido polifónico. Lo que quiero decir con primera persona es la clase de cuento que orbita estrechamente el yo de un cajero que, más o menos directamente, escribe sobre sí mismo y a través de ella. Hemos determinado que este tipo de punto de vista individualizado, esta voz del yo, es el más natural, humano y honesto, incluso si se abstiene desde una perspectiva más amplia. Narrar en primera persona es tejer un patrón absolutamente único; es tener un sentido de autonomía como individuo, ser consciente de ti mismo y de tu destino. Sin embargo, también significa construir una oposición entre el yo y el mundo, y esa oposición puede ser alienante a veces.
Creo que la narración en primera persona es muy característica de la óptica contemporánea en la que el individuo desempeña el papel de centro subjetivo del mundo. La civilización occidental se basa en gran medida y depende de ese descubrimiento del yo que constituye una de nuestras medidas más importantes. Aquí el hombre es el actor principal y su juicio, aunque es uno entre muchos, siempre se toma en serio. Las historias tejidas en primera persona parecen estar entre los mayores descubrimientos de la civilización humana; son leídas con reverencia, con plena confianza. Esta clase de historia, cuando vemos el mundo a través de los ojos de un yo que es diferente a cualquier otro, crea un vínculo especial con el narrador quien le pide a su oyente que se coloque en su posición única. Lo que las narraciones en primera persona han hecho para la literatura y, en general, para la civilización humana es reelaborar por completo la historia del mundo, de modo que ya no es un lugar para las acciones de héroes y deidades sobre las que no podemos tener influencia, sino más bien un lugar para personas como nosotros, con historias individuales. Es fácil identificarse con personas que son como nosotros, lo que genera entre el narrador de la historia y su lector u oyente una nueva variedad de comprensión emocional basada en la empatía. Y esto, por su propia naturaleza, reúne y elimina fronteras. Es muy fácil perder el rastro en una novela de las fronteras entre el yo del narrador y el yo del lector.
La «novela absorbente» en realidad cuenta con que esa frontera se difumine: el lector, a través de la empatía, se convierte en narrador por un periodo de tiempo. Así, la literatura se ha convertido en un campo para el intercambio de experiencias, un ágora donde todos pueden contar su propio destino o dar voz a su alter ego. Por lo tanto, es un espacio democrático: cualquiera puede hablar, todos pueden crear una voz que hable por sí misma. Nunca en la historia de la humanidad tantas personas han sido escritoras y narradoras. Solo tenemos que mirar las estadísticas.
Cada vez que voy a ferias de libros veo cuántos de los libros que se publican en el mundo de hoy tienen que ver precisamente con esto: el ser autor. El instinto de expresión puede ser tan fuerte como otros instintos que protegen nuestras vidas y se manifiesta más plenamente en el arte. Queremos que nos noten, queremos sentirnos excepcionales. Hay variedad de narrativas: «Te voy a contar mi historia», o «Te voy a contar la historia de mi familia», o incluso simplemente, «Te voy a contar dónde he estado». Comprende el género literario más popular de hoy. Este es un fenómeno a gran escala también porque hoy en día tenemos acceso universal a la escritura y muchas personas alcanzan la capacidad de expresarse en palabras e historias. Paradójicamente, sin embargo, esta situación es similar a un coro compuesto solo por solistas, voces compitiendo por llamar la atención, todos viajando por rutas similares, ahogándose unos a otros. Sabemos todo lo que hay que saber sobre ellos, podemos identificarnos con ellos y experimentar sus vidas como si fueran nuestras. Y sin embargo, notablemente a menudo, la experiencia lectora es incompleta y decepcionante ya que resulta que expresar un «yo» autoritario difícilmente garantiza la universalidad. Parece que lo que nos falta es la dimensión de la historia que es la parábola. Porque el héroe de la parábola es a la vez él mismo, una persona que vive bajo condiciones históricas y geográficas específicas, pero al mismo tiempo va mucho más allá de esas circunstancias concretas.
Cuando un lector sigue la historia de alguien escrita en una novela puede identificarse con el destino del personaje descrito y considerar su situación como si fuera la suya, mientras que en una parábola debe entregar completamente su distinción y convertirse en el Hombre común. En esta operación psicológica exigente la parábola universaliza nuestra experiencia y encuentra un denominador común para destinos muy diferentes. Que hayamos perdido de vista, en gran medida, la parábola es un testimonio de nuestra actual impotencia.
Quizás para no ahogarnos en la multiplicidad de títulos y apellidos comenzamos a dividir el cuerpo de leviatán de la literatura en géneros, que tratamos como las diferentes categorías de deportes, con escritores como sus jugadores especialmente entrenados.
La comercialización general del mercado literario ha llevado a una división en ramas: ahora hay ferias y festivales de este o aquel tipo de literatura, completamente separados, creando una clientela de lectores ansiosos por esconderse en una novela criminal, alguna fantasía o ciencia ficción. Una característica notable de esta situación es que lo que se suponía que ayudaría a los libreros y bibliotecarios a organizar en sus estantes la gran cantidad de libros publicados y a los lectores a orientarse en la inmensidad de la oferta, se convirtió en la creación de categorías abstractas no solo en las obras existentes. Cada vez más el trabajo de los géneros literarios es como una especie de molde de pastel que produce resultados muy similares, su previsibilidad se considera una virtud, su banalidad es un logro. El lector sabe qué esperar y obtiene exactamente lo que quería.
Siempre me he opuesto intuitivamente a tales órdenes, ya que conducen a la limitación de la libertad de autor, a una reticencia hacia la experimentación y una transgresión que de hecho es la cualidad esencial de la creación en general. Y excluyen completamente del proceso creativo cualquier excentricidad sin la cual el arte se perdería. Un buen libro no necesita defender su afiliación genérica. La división en géneros es el resultado de la comercialización de la literatura en su conjunto y el efecto de tratarla como un producto a la venta con toda la filosofía de la marca y la focalización y otros inventos similares responde al capitalismo contemporáneo.
Hoy podemos tener la gran satisfacción de ver el surgimiento de una forma completamente nueva de contar la historia del mundo que se muestra en las series de televisión cuya tarea oculta es inducirnos un trance. Por supuesto, este modo de narración ha existido durante mucho tiempo en los mitos y los cuentos homéricos. Heracles, Aquiles u Odiseo son, sin duda, los primeros héroes de las series. Pero nunca antes este modo ha ocupado tanto espacio o ejercido una influencia tan poderosa en la imaginación colectiva. Las dos primeras décadas del siglo XXI son propiedad indiscutible de las series.Su influencia en los modos de contar la historia del mundo (y, por lo tanto, en nuestra forma de entender esa historia también) es revolucionaria.
En la versión de hoy, la serie no solo ha extendido nuestra participación en la narrativa en la esfera temporal generando sus diversos tempos, ramificaciones y aspectos, sino que también ha introducido sus propias órdenes nuevas. Dado que en muchos casos su tarea es mantener la atención del espectador el mayor tiempo posible, la narrativa de la serie multiplica los hilos entrelazándolos de la manera más improbable, de modo que cuando se pierde, incluso, se remonta a la vieja técnica narrativa una vez comprometida por la ópera clásica, de la Deus ex machina. La creación de nuevos episodios a menudo implica la revisión total y ad-hoc de la psicología de los personajes para que sean adecuados para los eventos en desarrollo de la trama. Un personaje que comienza como gentil y reservado termina siendo vengativo y violento, un personaje secundario se convierte en protagonista, mientras que el personaje principal, al que ya nos hemos apegado, pierde importancia o en realidad desaparece por completo, para nuestra consternación.
La materialización potencial de otra temporada crea la necesidad de finales abiertos en los que no hay forma de que ocurran o resuenen completamente cosas misteriosas llamadas catarsis: catarsis, anteriormente la experiencia de la transformación interna, el cumplimiento y la satisfacción de haber participado en la acción de la cola. Tal complicación, en lugar de conclusión, el aplazamiento constante de la recompensa que es la catarsis, hace que el espectador sea dependiente. La fabula interrumpida creada hace mucho tiempo y bien conocida por las historias de Scherezade, ahora regresada audazmente en serie, alteran nuestra subjetividad y tiene extraños efectos psicológicos sacándonos de nuestras propias vidas e hipnotizándonos. Al mismo tiempo, la serie se inscribe en el ritmo nuevo, prolongado y desordenado del mundo, en su comunicación caótica, su inestabilidad y fluidez. Esta forma de contar historias es probablemente la que más creativamente busca una nueva fórmula hoy.
En ese sentido hay un trabajo concienzudo en la serie sobre las narrativas del futuro, sobre la estructura de la historia para que se adapte a nuestra nueva realidad. Pero, sobre todo, vivimos en un mundo de demasiados hechos contradictorios y mutuamente excluyentes, todos luchando entre sí con uñas y dientes.
Nuestros antepasados creían que el acceso al conocimiento no solo brindaría a las personas felicidad, bienestar, salud y riqueza, sino que también crearía una sociedad igualitaria y justa. Lo que faltaba en el mundo, en su opinión, era la sabiduría omnipresente que surgiría naturalmente de la información.
John Amos Comenius, el gran pedagogo del siglo XVII, acuñó el término «pansofismo», con el cual se refería a la idea de la omnisciencia potencial, el conocimiento universal que contendría en él toda la cognición posible. Esto también fue, y sobre todo, un sueño de información disponible para todos. ¿El acceso a los hechos sobre el mundo no transformaría a un campesino analfabeto en un individuo reflexivo consciente de sí mismo y del mundo? ¿El conocimiento al alcance de la mano no significará que las personas se volverán sensibles que dirigirán el progreso de sus vidas con ecuanimidad y sabiduría?
Cuando surgió Internet por primera vez, parecía que esta noción finalmente se realizaría de manera total. Wikipedia, que admiro y apoyo, podría haberle parecido a Comenius, como muchos filósofos de ideas afines, el cumplimiento del sueño de la humanidad: ahora podemos crear y recibir una enorme cantidad de hechos que se complementan y actualizan sin cesar y que son democráticamente accesibles para casi todos los lugares de la Tierra.
Un sueño cumplido es a menudo decepcionante. Resultó que no somos capaces de soportar esta enorme cantidad de información que, en lugar de unir, generalizar y liberar, ha diferenciado, dividido o encerrado en pequeñas burbujas individuales creando una multitud de historias que son incompatibles entre sí o, incluso, abiertamente hostiles unas hacia otras, y antagónicas.
Además, Internet, completamente y de manera irreflexiva, sujeta a los procesos del mercado y dedicada a los monopolistas controla cantidades gigantescas de datos utilizados no de manera pansófica para un acceso más amplio a la información, sino que, por el contrario, sirve, sobre todo, para programar el comportamiento de los usuarios, como aprendimos después del asunto Cambridge Analytica. En lugar de escuchar la armonía del mundo, hemos escuchado una cacofonía de sonidos, una estática insoportable en la que tratamos, desesperados, de escuchar una melodía más tranquila, incluso el ritmo más débil. La famosa cita de Shakespeare nunca ha sido más adecuada de lo que es para esta nueva realidad cacofónica: cada vez más, Internet es una historia, contada por un idiota, llena de ruido y furia.
La investigación por parte de politólogos desafortunadamente también contradice las intuiciones de John Amos Comenius, que se basaban en la convicción de que cuanto más universalmente disponible fuera la información sobre el mundo, más políticos se aprovecharían de la razón y tomarían decisiones importantes. Pero parece que el asunto no es tan simple. La información puede ser abrumadora, y su complejidad y ambigüedad dan lugar a todo tipo de mecanismos de defensa, desde la negación hasta la represión, incluso para escapar a los principios simples de simplificación, ideología, pensamiento partidista.
La categoría de noticias falsas, fake news, plantea nuevas preguntas sobre qué es la ficción. Los lectores que han sido engañados, desinformados o engañados repetidamente han comenzado a adquirir lentamente una idiosincrasia neurótica específica. La reacción a tal agotamiento con la ficción podría ser el enorme éxito de la no ficción, que en este gran caos informativo grita sobre nuestras cabezas: «Te diré la verdad, nada más que la verdad» y «M¡i historia se basa en hechos !”.
La ficción ha perdido la confianza de los lectores ya que mentir se ha convertido en un arma peligrosa de destrucción masiva, incluso si todavía es una herramienta primitiva. A menudo me hacen esta pregunta incrédula: «¿Es verdad lo que escribiste?». Y cada vez siento que esta pregunta es un presagio del final de la literatura.
Esta pregunta, inocente desde el punto de vista del lector, suena al oído del escritor verdaderamente apocalíptica. ¿Que se supone que debo decir? ¿Cómo voy a explicar el estado ontológico de Hans Castorp, Anna Karenina o Winnie the Pooh?
Considero que este tipo de curiosidad leída es una regresión de la civilización. Es un deterioro importante de nuestra capacidad multidimensional (concreta, histórica, pero también simbólica, mítica) para participar en la cadena de acontecimientos llamados nuestras vidas. La vida es creada por los acontecimientos, pero solo cuando somos capaces de interpretarlos, tratar de entenderlos y darles un significado, se transforman en experiencia. Los acontecimientos son hechos, pero la experiencia es algo inexpresablemente diferente. Es la experiencia, y no cualquier evento, lo que constituye el material de nuestras vidas. La experiencia es un hecho que ha sido interpretado y situado en la memoria. También se refiere a una cierta base que tenemos en nuestras mentes, a una estructura profunda de significados sobre la cual podemos desplegar nuestras propias vidas y examinarlas completa y cuidadosamente. Creo que el mito cumple la función de esa estructura. Todo el mundo sabe que los mitos nunca sucedieron realmente, pero siempre están sucediendo. Ahora continúan no solo a través de las aventuras de los héroes antiguos, sino que también se abren paso en las historias ubicuas y más populares de películas, juegos y literatura contemporáneas. Las vidas de los habitantes del Monte Olimpo han sido transferidas a la dinastía, y los actos heroicos de los héroes son atendidos por Lara Croft.
En esta ardiente división entre verdad y falsedad, los cuentos de nuestra experiencia que crea la literatura tienen su propia dimensión.
Nunca me ha entusiasmado particularmente ninguna distinción directa entre ficción y no ficción, a menos que comprendamos que esa distinción es declarativa y discrecional. En un mar de muchas definiciones de ficción, la que más me gusta es también la más antigua, y proviene de Aristóteles. La ficción es siempre un tipo de verdad.
También estoy convencida de la distinción entre historia real y trama hecha por el escritor y ensayista E.M. Forster. Dijo que cuando decimos: «El rey murió y luego la reina murió», es una historia. Pero cuando decimos: «El rey murió, y luego la reina murió de pena», eso es un complot. Toda ficcionalización implica una transición de la pregunta «¿Qué sucedió después?» a un intento de entenderlo basado en nuestra experiencia humana: «¿Por qué sucedió de esa manera?».
La literatura comienza con ese «por qué», incluso si tuviéramos que responder esa pregunta y otra vez con un «No sé» ordinario. Por lo tanto, la literatura plantea preguntas que no pueden ser respondidas con la ayuda de Wikipedia, ya que va más allá de la información y los acontecimientos refiriéndose directamente a nuestra experiencia.
Pero es posible que la novela y la literatura en general se estén convirtiendo ante nuestros ojos en algo realmente marginal en comparación con otras formas de narración; que el peso de la imagen y de las nuevas formas de transmisión directa de la experiencia (cine, fotografía, realidad virtual) constituirá una alternativa viable a la lectura tradicional. La lectura es un proceso psicológico y perceptivo bastante complicado. En pocas palabras: primero el contenido más elusivo se conceptualiza y verbaliza transformándose en signos y símbolos, y luego se «decodifica» de nuevo del lenguaje a la experiencia. Eso requiere una cierta competencia intelectual. Y, sobre todo, exige atención y concentración, habilidades cada vez más raras en el mundo extremadamente distractor de hoy.
La humanidad ha recorrido un largo camino en sus formas de comunicar y compartir experiencias personales, desde la oralidad, confiando en la palabra viva y la memoria humana, hasta la Revolución de Gutenberg, cuando las historias comenzaron a ser ampliamente mediadas por la escritura y de esta manera arregladas y codificadas. El mayor logro de este cambio fue que llegamos a identificar el pensamiento con el lenguaje, con la escritura. Hoy enfrentamos una revolución en una escala similar, cuando la experiencia se puede transmitir directamente, sin recurrir a la palabra impresa. Ya no es necesario llevar un diario de viaje cuando simplemente se puede tomar fotos y enviarlas a través de sitios de redes sociales directamente al mundo, de una vez y para todos.
No hay necesidad de escribir cartas, ya que es más fácil llamar. ¿Por qué escribir novelas gordas cuando puedes entrar en una serie de televisión? En lugar de salir a la ciudad con amigos, sería mejor jugar un juego. ¿Alcanzar una autobiografía? No tiene sentido, ya que estoy siguiendo la vida de las celebridades en Instagram y sé todo sobre ellas. Ni siquiera es la imagen la que más se opone hoy al texto, como pensamos en el siglo XX, preocupándonos por la influencia de la televisión y el cine. Es, en cambio, una dimensión diferente del mundo, que actúa directamente sobre nuestros sentidos.
3.
No quiero esbozar una visión general de la crisis al contar historias sobre el mundo. Pero a menudo me preocupa la sensación de que falta algo en el mundo que al experimentarlo a través de pantallas de vidrio y aplicaciones, de alguna manera se vuelve irreal, distante, bidimensional y extrañamente indescriptible, a pesar de encontrar cualquier información en particular es asombrosamente fácil. En estos días, las palabras preocupantes «alguien», «algo», «en algún lugar», «en algún momento» pueden parecer más arriesgadas sobre ideas muy específicas y definidas pronunciadas con total certeza, como «la tierra es plana», «las vacunas matan», «el cambio climático no tiene sentido» o «la democracia no está amenazada en ninguna parte del mundo». «En algún lugar» algunas personas se están ahogando al intentar cruzar el mar. «En algún lugar», por «algún» tiempo «Algún tipo de» guerra ha estado ocurriendo. En la avalancha de información, los mensajes individuales pierden sus contornos, se disipan en nuestra memoria, se vuelven irreales y se desvanecen.
La avalancha de estupidez, crueldad, discursos de odio e imágenes de violencia se contrarrestan desesperadamente con todo tipo de «buenas noticias», pero no ha sido así. La capacidad de controlar la dolorosa impresión, que encuentro difícil de expresar, de que hay algo mal en el mundo. Hoy en día, este sentimiento, una vez exclusivo de los poetas neuróticos, es como una epidemia de falta de definición, una forma de ansiedad que emana de todas las direcciones.
La literatura es una de las pocas esferas que intentan mantenernos cerca de los hechos concretos del mundo, su propia naturaleza siempre es psicológica, porque se enfoca en el razonamiento interno y los motivos de los personajes, revela su experiencia inaccesible a otra persona o simplemente provoca al lector a una interpretación psicológica de su conducta. Solo la literatura es capaz de permitirnos profundizar en la vida de otro ser, comprender sus razones, compartir sus emociones y experimentar su destino.
Una historia siempre da vueltas en torno al significado. Incluso si no lo expresa directamente, incluso cuando se niega deliberadamente a buscar significado, y se enfoca en la forma, en el experimento, cuando presenta una rebelión formal, buscando nuevos medios de expresión. Mientras leemos incluso la historia escrita de manera más conductista y moderada no podemos evitar hacer las preguntas: «¿Por qué está sucediendo esto?», «¿Qué significa?», «¿Cuál es el punto?», «¿A dónde lleva esto?». Es muy probable que nuestras mentes hayan evolucionado hacia la historia como un proceso de dar sentido a millones de estímulos que nos rodean, y que incluso cuando estamos dormidos continúan ideando implacablemente sus narraciones. Entonces, la historia es una forma de organizar una cantidad infinita de información dentro del tiempo, estableciendo su relación con el pasado, el presente y el futuro, revelando su recurrencia y organizándolo en categorías de causa y efecto. Tanto la mente como las emociones participan en este esfuerzo.
No es de extrañar que uno de los primeros descubrimientos realizados por las historias fue el Destino, además de aparecer siempre a las personas como algo aterrador e inhumano, de hecho introdujo el orden y la inmutabilidad en la realidad cotidiana.
4.
Señoras y señores: unos años más tarde, la mujer de la fotografía, mi madre, que me extrañaba aunque todavía no había nacido, me estaba leyendo cuentos de hadas.
En uno de ellos, de Hans Christian Andersen, una tetera que había arrojado al basurero se quejó de lo cruel que había sido tratada por la gente, tan pronto como se rompió su asa la desecharon. Pero si no fueran perfeccionistas, tan exigentes, podría haber sido útil para ellos. Otros objetos rotos recogieron su melodía y contaron historias verdaderamente épicas de sus pequeñas y modestas vidas como objetos.
Cuando era niña, escuchaba estos cuentos de hadas con las mejillas sonrojadas y lágrimas en los ojos. Creía profundamente que los objetos tenían sus propios problemas y emociones, así como una especie de vida social comparable a la humana. Los platos de la cómoda podían hablar entre sí, y las cucharas, cuchillos y tenedores en el cajón formaban una especie de familia. Del mismo modo, los animales eran criaturas misteriosas, sabias y conscientes de sí mismas con quienes siempre habíamos estado conectados por un vínculo espiritual y una similitud profundamente arraigada. Los ríos, los bosques y las carreteras también tuvieron su existencia: seres vivos que mapearon nuestro espacio y crearon un sentido de pertenencia, un enigmático Raumgeist. El paisaje que nos rodeaba también estaba vivo, al igual que el Sol y la Luna, y todos los cuerpos celestes, todo el mundo visible e invisible.
¿Cuándo comencé a tener dudas? Estoy tratando de encontrar el momento en mi vida cuando con solo pulsar un interruptor todo se volvió diferente, menos matizado, más simple. El susurro del mundo quedó en silencio, para ser reemplazado por el estruendo de la ciudad, el murmullo de las computadoras, el trueno de los aviones que sobrevolaban el cielo y el ruido blanco y agotador de los océanos de información.
En algún momento de nuestras vidas comenzamos a ver el mundo en pedazos, todo por separado, en pequeños trozos que son galaxias separadas entre sí, y la realidad en la que vivimos lo sigue afirmando: los médicos nos tratan por especialidades, nuestro almuerzo no tiene nada que ver con una enorme granja de ganado, o mi nuevo top con una fábrica en mal estado en algún lugar de Asia. Todo está separado de todo lo demás, todo vive aparte, sin ninguna conexión.
Para que sea más fácil para nosotros hacer frente a esto se nos dan números, etiquetas de nombre, tarjetas, identidades plásticas crudas que intentan reducirnos a usar una pequeña parte del todo, de lo que ya hemos dejado de percibir.
El mundo se está muriendo y no lo notamos. No vemos que el mundo se está convirtiendo en una colección de cosas e incidentes, una extensión sin vida en la que nos movemos perdidos y solitarios, arrojados aquí y allá por las decisiones de otra persona, limitados por un destino incomprensible, una sensación de ser el juguete de Las principales fuerzas de la historia o el azar. Nuestra espiritualidad se está desvaneciendo o se está volviendo superficial y ritualista. O bien, nos estamos convirtiendo en seguidores de fuerzas simples: físicas, sociales y económicas que nos mueven como si fuéramos zombies. Y en un mundo así somos realmente zombies.
Es por eso que anhelo ese otro mundo, el mundo de la tetera.
5.
Toda mi vida he estado fascinada por los sistemas de conexiones e influencias mutuas que generalmente desconocemos, pero que descubrimos por casualidad, como sorprendentes coincidencias o convergencias del destino, todos esos puentes, tuercas, pernos, juntas soldadas y conectores que seguí en vuelos. Me fascina asociar hechos y buscar orden. En la base, como estoy convencida, la mente del escritor es una mente sintética que recoge obstinadamente todas las pequeñas piezas en un intento de unirlas nuevamente para crear un todo universal.
¿Cómo vamos a escribir, cómo vamos a estructurar nuestra historia para que sea capaz de elevar esta gran forma de constelación del mundo?
Naturalmente, me doy cuenta de que es imposible volver al tipo de historia sobre el mundo que conocemos por mitos, fábulas y leyendas, que, comunicada oralmente, mantuvo el mundo en existencia. Hoy en día la historia debería ser mucho más multidimensional y complicada; después de todo, realmente sabemos mucho más, somos conscientes de las increíbles conexiones entre cosas que parecen estar muy separadas.
Echemos un vistazo de cerca a un momento particular en la historia del mundo.
Es el 3 de agosto de 1492 , el día en que una pequeña carabela llamada Santa María zarpará de un muelle en el puerto de Palos en España. El barco está al mando de Cristóbal Colón. El sol brilla, hay marineros. yendo y viniendo por el muelle, y hay estibadores cargando las últimas cajas de provisiones a bordo. Hace calor, pero una ligera brisa del oeste salva a las familias que se han despedido. Las gaviotas se pavonean de arriba abajo por la rampa de carga observando de cerca las actividades humanas.
El momento que ahora podemos ver a través del tiempo llevó a la muerte de 56 millones de los casi 60 millones de nativos americanos. En ese momento, representaban aproximadamente el 10 por ciento de la población total del mundo. Sin darse cuenta, los europeos les trajeron algunos regalos letales: enfermedades y bacterias a las que los habitantes indígenas de América no tenían resistencia. Además de eso vino la despiadada opresión y el asesinato. El exterminio continuó durante años y cambió la naturaleza de la tierra. Donde los frijoles, el maíz, las papas y los tomates habían crecido en campos cultivados que se regaron de una manera sofisticada, la vegetación silvestre regresó. En solo unos años, casi 150 millones de acres de tierra cultivable se convirtieron en jungla.
A medida que se regeneraba, la vegetación consumía grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que debilitaba el efecto invernadero y, a su vez, redujo la temperatura global de la Tierra.
Una de las muchas hipótesis científicas para explicar el inicio de la edad de hielo menor que a finales del siglo XVI trajo un enfriamiento a largo plazo del clima en Europa.
La edad de hielo menor cambió la economía de Europa. Durante las décadas que siguieron, los largos inviernos congelados, los veranos frescos y las intensas precipitaciones redujeron el rendimiento de las formas tradicionales de agricultura. En Europa occidental, las pequeñas granjas familiares que producen alimentos para sus propias necesidades resultaron ineficientes. Se produjeron olas de hambruna y la necesidad de especializar la producción. Inglaterra y Holanda fueron la más afectada por el clima más frío. Como sus economías ya no podían depender de la agricultura, comenzaron a desarrollar el comercio y la industria. La amenaza de tormentas llevó a los holandeses a secar los pólderes y convertir las zonas pantanosas y las zonas marinas poco profundas en tierra. El cambio hacia el sur del rango donde se produce el bacalao, aunque catastrófico para Escandinavia, resultó ventajoso para Inglaterra y Holanda: permitió que estos países comenzaran a convertirse en potencias navales y comerciales. El enfriamiento significativo se sintió particularmente agudo en los países escandinavos. El contacto con Groenlandia e Islandia se interrumpió, los inviernos severos redujeron las cosechas y se iniciaron años de hambruna y escasez. Así que Suecia volvió su mirada codiciosa hacia el sur, embarcándose en una guerra contra Polonia (especialmente cuando el Mar Báltico se había congelado, lo que facilitaba marchar un ejército a través de él) e involucrarse en la Guerra de los Treinta Años en Europa.
Los esfuerzos de los científicos, tratando de establecer una mejor comprensión de nuestra realidad, demuestran que es un sistema de influencias mutuamente coherente y densamente conectado. Esto ya no es solo el famoso «efecto mariposa», que como sabemos implica la forma en que los cambios mínimos al comienzo de un proceso pueden conducir en el futuro a resultados tremendos e impredecibles, pero aquí tenemos un número infinito de mariposas y sus alas, en constante movimiento, una poderosa ola de vida que viaja a través del tiempo.
En mi opinión, el descubrimiento del «efecto mariposa» marca el final de la era de la fe inquebrantable en nuestra propia capacidad de ser efectivos, nuestra capacidad de controlar, y de la misma manera nuestro sentido de supremacía en el mundo. Esto no le quita a la humanidad nuestro poder para ser constructor, conquistador e inventor, pero ilustra que la realidad es más complicada de lo que la humanidad podría haber imaginado. Y que no somos más que una pequeña parte de estos procesos.
Tenemos cada vez más pruebas de la existencia de algunas dependencias espectaculares, a veces muy sorprendentes a escala mundial.
Estamos todos ―personas, plantas, animales y objetos― inmersos en un solo espacio, que se rige por las leyes de la física. Este espacio común tiene su forma, y dentro de él las leyes de la física esculpen un número infinito de formas que están incesantemente vinculadas entre sí. Nuestro sistema cardiovascular es como el sistema de una cuenca fluvial, la estructura de una hoja es como un sistema de transporte humano, el movimiento de las galaxias es como el torbellino de agua que fluye por nuestros lavabos. Las sociedades se desarrollan de manera similar a las colonias de bacterias. La escala micro y macro muestra un sistema interminable de similitudes. Nuestro discurso, pensamiento y creatividad no son algo abstracto, alejado del mundo, sino una continuación en otro nivel de sus interminables procesos de transformación.
6.
Me sigo preguntando si en estos días es posible encontrar las bases de una nueva historia que sea universal, integral, inclusiva, arraigada en la naturaleza, llena de contextos y al mismo tiempo comprensible.
¿Podría haber una historia que vaya más allá de lo poco comunicativo de uno mismo, revelando un mayor rango de realidad y mostrando las conexiones mutuas? ¿Sería capaz de mantener su distancia del punto central bien pisado, obvio y poco original de las opiniones comúnmente compartidas, y lograr mirar las cosas de manera periférica, lejos del centro?
También sueño con un nuevo tipo de narrador: un «Cuarta persona», que no es simplemente una construcción gramatical, por supuesto, sino que logra abarcar la perspectiva de cada uno de los personajes, además de tener la capacidad de Paso más allá del horizonte de cada uno de ellos, que ve más y tiene una visión más amplia, y que puede ignorar el tiempo. Oh sí, creo que la existencia de este narrador es posible. ¿Alguna vez te has preguntado quién es el maravilloso narrador de historias en la Biblia que grita en voz alta: «En el principio era la palabra»? ¿Quién es el narrador que describe la creación del mundo, su primer día, cuando el caos se separó del orden, quien sigue la serie sobre el origen del universo, quien conoce los pensamientos de Dios, es consciente de sus dudas y con un mano firme establece en papel la increíble frase: «¿Y Dios vio que era bueno»? ¿Quién es, quién sabe lo que Dios pensó?
Dejando de lado todas las dudas teológicas, podemos considerar esta figura de un narrador misterioso y tierno como milagrosa y significativa. Este es un punto de vista, una perspectiva desde donde se puede ver todo. Ver todo significa reconocer el hecho último de que todas las cosas que existen están mutuamente conectadas en un solo todo, incluso si las conexiones entre ellos aún no nos son conocidas. Verlo todo también significa un tipo de responsabilidad completamente diferente para el mundo, porque resulta obvio que cada gesto «aquí» está conectado a un gesto «allá», que una decisión tomada en una parte del mundo tendrá un efecto en otra parte de eso, y esa diferenciación entre «lo mío» y «lo tuyo» comienza a ser discutible.
Por lo tanto, podría ser mejor contar historias honestamente de una manera que active un sentido del todo en la mente del lector, que active la capacidad del lector para unir fragmentos en un solo diseño y descubrir constelaciones enteras en pequeñas partículas de eventos. Para contar una historia que deja en claro que todo el mundo y todos están inmersos en una noción común, que producimos minuciosamente en nuestras mentes con cada giro del planeta.
La literatura tiene el poder de hacer esto. Deberíamos eliminar las categorías simplistas de literatura de alto y bajo nivel, popular y de nicho, y tomar la división en géneros muy a la ligera. Deberíamos abandonar la definición de «literatura nacional», sabiendo al igual que nosotros que el universo de la literatura es una sola cosa, como la idea de unus mundus, una realidad psicológica común en la que nuestra experiencia humana está unida. El autor y el lector realizan roles equivalentes, el primero a fuerza de crear, el segundo haciendo una interpretación constante.
Tal vez deberíamos confiar en los fragmentos, ya que son fragmentos que crean constelaciones capaces de describir más, y de una manera más compleja, múltiples -dimensional. Nuestras historias podrían referirse entre sí de una manera infinita, y sus personajes centrales podrían entablar relaciones entre sí.
Creo que tenemos una redefinición por delante de lo que entendemos hoy en día por el concepto de realismo, y una búsqueda de uno nuevo que nos permita ir más allá de los límites de nuestro ego y penetrar en la pantalla de vidrio a través de la cual vemos el mundo. Porque en estos días la necesidad de la realidad es atendida por los medios de comunicación, los sitios de redes sociales y las relaciones indirectas en Internet. Quizás lo que inevitablemente nos espera es una especie de neo-surrealismo, algunos puntos de vista reorganizados que no temerán enfrentarse a una paradoja, e irán contra la corriente cuando se trata del simple orden de causa y -efecto. De hecho, nuestra realidad ya se ha vuelto surrealista. También estoy segura de que muchas historias requieren una reescritura en nuestros nuevos contextos intelectuales, inspirándose en nuevas teorías científicas. Pero me parece igualmente importante hacer referencia constante al mito y a todo el imaginario humano. Volver a las estructuras compactas de la mitología podría traer una sensación de estabilidad ante la falta de especificidad en la que están viviendo hoy en día. Creo que los mitos son el material de construcción para nuestra psique, y no podemos ignorarlos (a lo sumo, podríamos desconocer su influencia).
Sin duda pronto aparecerá un genio capaz de construir una narrativa completamente diferente e inimaginable en la actualidad, que todo lo esencial se acomodará. Este método de narración seguramente nos cambiará; dejaremos caer nuestras viejas y restrictivas perspectivas y nos abriremos a las nuevas que, de hecho, siempre han existido en algún lugar aquí, pero hemos estado ciegos ante ellas.
En el Doctor Faustus, Thomas Mann escribió sobre un compositor que ideó una nueva forma de música absoluta capaz de cambiar el pensamiento humano. Pero Mann no describió de qué dependería esta música, simplemente creó la idea imaginaria de cómo podría sonar. Quizás en eso se basa el papel de un artista: dar un anticipo de algo que podría existir y, por lo tanto, hacer que se vuelva imaginable. Y ser imaginado es la primera etapa de la existencia.
7.
Escribo ficción, pero nunca es pura fabricación. Cuando escribo, tengo que sentir todo dentro de mí. Tengo que dejar que todos los seres vivos y los objetos que aparecen en el libro me atraviesen, todo lo que es humano y más allá del ser humano, todo lo que está vivo y no está dotado de vida. Tengo que mirar de cerca cada cosa y persona, con la mayor solemnidad, y personificarlos dentro de mí, personalizarlos.
Para eso me sirve la ternura, porque la ternura es el arte de personificar, de compartir sentimientos, y por lo tanto sin fin descubriendo similitudes.Crear historias significa dar vida constantemente a las cosas, dar existencia a todas las pequeñas partes del mundo que están representadas por las experiencias humanas, las situaciones que las personas han sufrido y sus recuerdos. La ternura personaliza todo con lo que se relaciona, lo que hace posible darle una voz, darle el espacio y el tiempo para que exista y se exprese. Es gracias a la ternura que la tetera comienza a hablar.
La ternura es la forma más modesta de amor. Es el tipo de amor que no aparece en las Escrituras o en los evangelios, nadie lo jura, nadie lo cita. No tiene emblemas o símbolos especiales, ni conduce a la delincuencia ni a la envidia inmediata.
Aparece donde miramos de cerca y con cuidado a otro ser, a algo que no es nuestro «yo».
La ternura es espontánea y desinteresada; va mucho más allá del sentimiento de empatía. En cambio, es el compartir consciente, aunque quizás un poco melancólico, del destino común. La ternura es una profunda preocupación emocional por otro ser, su fragilidad, su naturaleza única y su falta de inmunidad al sufrimiento y los efectos del tiempo. La ternura percibe los lazos que nos conectan, las similitudes y la similitud entre nosotros. Es una forma de mirar que muestra al mundo como vivo, vivo, interconectado, cooperando y codependiente de sí mismo.
La literatura se basa en la ternura hacia cualquier ser que no sea nosotros. Es el mecanismo psicológico básico de la novela. Gracias a esta herramienta milagrosa, el medio más sofisticado de comunicación humana, nuestra experiencia puede viajar a través del tiempo, llegando a aquellos que aún no han nacido, pero que algún día recurrirán a lo que hemos escrito, las historias que contamos sobre nosotros mismos y nuestro mundo.
No tengo idea de cómo será su vida, ni quiénes serán. A menudo pienso en ellos con un sentimiento de culpa y vergüenza.
La emergencia climática y la crisis política en la que ahora estamos tratando de encontrar nuestro camino, y que estamos ansiosos por oponernos al salvar al mundo, no han salido de la nada. A menudo olvidamos que no son solo el resultado de un giro del destino o del destino, sino de algunos movimientos y decisiones muy específicos, económicos, sociales y que tienen que ver con la perspectiva mundial (incluidos los religiosos). La avaricia, la falta de respeto a la naturaleza, el egoísmo, la falta de imaginación, la rivalidad interminable y la falta de responsabilidad han reducido el mundo al estado de un objeto que se puede cortar en pedazos, agotar y destruir.
Por eso creo que debo contar historias como si el mundo fuera una entidad viva y única, formándose constantemente ante nuestros ojos, y como si fuéramos una parte pequeña y al mismo tiempo poderosa de él.
Un informe de ONU Mujeres y el Instituto Kroc asegura que el 42 % de compromisos de género del acuerdo de paz con las FARC no han empezado a implementarse.
La paz en Colombia les llega más tarde a las mujeres. A tres años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las extintas FARC, los avances en los compromisos con las mujeres «son insuficientes» y «tienen un mayor rezago». Adicionalmente, en algunos casos, las medidas pactadas para la igualdad de género ni siquiera han comenzado a implementarse. Así lo han señalado ONU Mujeres, el Instituto Kroc, la Federación Democrática Internacional de Mujeres FDIM y el Gobierno de Suecia en un informe.
De los 130 compromisos con perspectiva de género del acuerdo de paz, el 42% aún no han empezado a implementarse, agrega el informe Hacia la paz sostenible por el camino de la igualdad de género, que analiza el periodo comprendido entre septiembre de 2018 y agosto de 2019. Es decir, el manejo que ha dado el Gobierno de Iván Duque a los compromisos. “Más de la mitad debe completarse entre 2019 – 2026, lo cual confirma que muchos de ellos son acciones de largo plazo. No obstante, 28 de los compromisos que según el Plan Marco de Implementación deben completarse en 2019 no se han iniciado aún”.
El Gobierno ha respondido asegurando que «las mujeres y el género son el centro» de su política de paz. “El informe de la ONU ignoró los avances: no tiene en cuenta los índices de medición acordados por las partes y ni siquiera valora los programas en que la misma Organización participa”, ha dicho Emilio Archila, Alto Consejero para la Estabilización y la Consolidación.El capítulo de género en el proceso de paz es particularmente sensible.
Desde ese momento, la implementación de las medidas para las mujeres ha estado bajo la mira de la comunidad internacional. Por eso, estas entidades advierten que «pasa por un momento crítico de inflexión» y le hacen un llamamiento a pasar a la acción.
Asesinato de mujeres, la mayor preocupación
El mismo llamamiento hacen desde otros sectores de la sociedad civil. Claudia Mejía, de GPaz y Sisma Mujer, también señala la gravedad de los incumplimientos, particularmente los que afectan a la vida de las mujeres. “Tenemos una alta preocupación por los asesinatos de las líderes. Todos los sistemas de información coinciden en el incremento desproporcionado de los ataques contra las defensoras y aunque existe el Programa Integral de Garantías para las defensoras, a la fecha no contamos con los mecanismos que se requieren para su implementación”, dice Mejía. “Nos preocupa la falta de respuesta del Estado en lo que tiene que ver con el incumplimiento de estos marcos que podrían frenar los ataques a las mujeres”. De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), desde 2016 a septiembre 2019, han sido asesinados 320 defensores de derechos humanos, de los cuales 36 eran mujeres y seis pertenecían a la comunidad LGBT. Pero esas cifras han aumentado en 2019, según la Defensoría del Pueblo.
Las mujeres en la búsqueda de la verdad
SANTIAGO TORRADO
La guerra en Colombia golpeó de diversas formas a las mujeres. Por eso la perspectiva diferencial de género ha sido transversal para la Comisión de la Verdad, surgida de los acuerdos de paz, que en dos años debe entregar un informe final que arroje luces sobre los hechos de violencia más graves. En ese trabajo de esclarecimiento ha surgido la reflexión sobre cómo los esquemas patriarcales generaron un mayor desprecio por la vida y el cuerpo de algunas víctimas, explica la comisionada Marta Ruiz. La comisión organizó este jueves y viernes su cuarto Encuentro por la Verdad, dedicado a las poblaciones campesinas. El primero estuvo dedicado a las víctimas de violencias sexuales y el segundo a las familias buscadoras de desaparecidos, ambos con un marcado acento femenino. En el de esta semana también fue importante el papel de las mujeres campesinas, que han cargado en sus hombros el mayor peso del desplazamiento en un país con más de ocho millones de víctimas.
El temor es parte de la vida diaria de líderes como Maria Eugenia Alarcón que coordina la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos. “Hay miedo, claro, porque hay actores armados que hacen un control de territorio y el Gobierno no está ofreciendo las garantías necesarias. A pesar de eso somos valientes. Pero en la medida en que la implementación de las medidas de género y las garantías para las defensoras tenga retraso, el riesgo que corremos será mucho mayor”, cuenta a EL PAÍS. Y recuerda que ya existe un plan de prevención que la Red ha probado en dos regiones de Colombia con apoyo de la comunidad internacional pero aún esperan que el Gobierno establezca un plan de acción para todo el país. “Solo pedimos que implemente el plan de acción. No pedimos medidas que requieren mayores costos presupuestales, son acciones concretas que ya hemos probado. Las mujeres víctimas estamos dejando un legado al mundo entero, pero si eso se valorara lo suficiente nos estarían garantizando lo que requerimos para seguir recomponiendo este país destruido por la guerra”, agregó Cruz, que fue víctima de violencia sexual durante el conflicto.
GPaz también ha hecho un análisis detallado del enfoque de género y aunque lo evalúa bajo la metodología de semáforo (el grueso de compromisos está en amarillo, otros en rojo y solo uno en verde) llega a conclusiones similares a las de ONU Mujeres y Kroc. Valoran que exista un plan de trabajo para los próximos años, una arquitectura institucional y normativa, pero exigen mayor celeridad al Gobierno para llevarlo a los hechos.
Claudia Mejía, que ha comparado el proceso de paz de Colombia con los de Centroamérica, Irlanda y Sudáfrica asegura que la correcta implementación del enfoque de género es garantía de una paz sostenible. «Si se garantizan que los procesos de participación política o de reincorporación hay mayores desarrollos de género, se construye una paz más perdurable. A mayor tierra para las mujeres, mayor posibilidad de que la sociedad rural salga de la pobreza», dice la experta.
La reincorporación de los excombatientes de las FARC era otro de los objetivos del proceso de paz. En este punto, ONU Mujeres y Kroc destacan que el Gobierno ha desarrollado algunas medidas con enfoque de género, pero muchas otras son autogestionadas por las excombatientes y la comunidad internacional. «Hay mecanismos y programas enunciados pero el Gobierno los está dilatando en el tiempo. Han hecho una lectura unilateral y una reinterpretación del acuerdo que socava su acción reparadora relacionada con las mujeres y la comunidad LGBTI», dice a EL PAÍS Sandra Ramírez, senadora del partido FARC, creado tras los acuerdos de paz.