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  • Todos los reflectores sobre Alexandria Ocasio-Cortez

    Todos los reflectores sobre Alexandria Ocasio-Cortez

    En la serenidad del desierto, bajo los rayos de un sol que hacía más lentas las tardes, se escuchaba el llanto de los recién nacidos. Un grupo de comadronas atendían partos. Allí, en medio del Sahara estaba ella, de ojos cafés, cejas espesas y aire estudiantil. En ese lugar se contagió de malaria y entendió que se trataba de una de tantas enfermedad cuyo índice es tan alto que impacta al PIB de las naciones. A partir de es momento Alexandria Ocasio-Cortez cómo funcionaban las enfermedades de la desigualdad y comenzó a leer las carencias de salubridad como problemas macroeconómicos.

    Hoy, como la mujer más joven que ha sido elegida para el Congreso en la historia de los Estados Unidos, es asediada por los medios de comunicación, que todos los días le piden que ofrezca unas palabras sobre su pensamiento político, sus planes a futuro o anécdotas como esa, cuando era una estudiante desconocida en el desierto del Sahara, que le contó a Rolling Stone.

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    Era el 12 de abril de 2018, cuando una joven de ascendencia puertorriqueña desafiaba el suspenso de las votaciones demócratas internas por el distrito 14 de Nueva York. Con 28 años se enfrentaba a Joe Crowley, uno de los congresistas con mayor respaldo económico y político en la Cámara de Representantes. Un hombre blanco, rico y poderoso que jamás imaginó perder aquella elección.

    Sin privilegios, Alexandria Ocasio-Cortez supo jugar la única carta que tenía, el apoyo de su comunidad en el Bronx, el lugar donde nació y que recorrió puerta por puerta.

    Con un video de campaña que comenzaba con la frase: “Se supone que las mujeres como yo no se postulan para un cargo político”, arrancaría una de las más grandes lecciones que ha dado y aprendido el electorado estadounidense en los últimos años. Con el enérgico semblante que esconde una sonrisa contagiosa, Alexandria Ocasio-Cortez puso sobre sus hombros el principal compromiso que le trajo la victoria:

    “Vamos ahora por la justicia social, económica y racial”, dijo frente a sus partidarios con la seguridad de quien encarna la certeza de que una persona común puede alcanzar el poder.

    Entre sus votantes y seguidores están personas con identidades que mutan continuamente, pues llevan consigo las lenguas y costumbres que arrastran como migrantes de primera, segunda, tercera o cuarta generación. Con ella están también las personas de color que encabezan la lista de arrestos injustificados y son las principales víctimas de violencia policiaca. Todos aquellos que experimentaron  terror la noche que ganó Donald Trump.

    Cuando dice frente a ellos: “Soy latina, soy boricua, soy descendiente de indios taínos, de esclavos africanos”, se desencadena un espíritu frenético que grita su nombre como quien encuentra a un amigo que no ha visto en años, o recibe sobre el escenario a su artista favorito.

    Antes de llegar al Congreso ya definía al sistema estadounidense como una “maquinaria política que suprime la democracia”. Algunos analistas dicen que es más “reformista que revolucionaria y no pretende llamar a la insurrección”, que sembró en sus seguidores la noción de la transformación interna enmarcada en una “democracia liberal y capitalista”.

    El cuestionamiento más repetitivo en su contra es el que le pide explicar cómo financiará las universidades públicas y gratuitas, el servicio médico de calidad y las viviendas económicas, pero en países como el suyo, donde el capitalismo consolidó un imperio, lo que más rechazan los corporativos de inmobiliarias y farmacéuticas es el aumento de 70% que pretende imponer sobre los impuestos de los más ricos.

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    Una mañana en Time Square, donde la prisa se camufla con la fluorescencia de los abarrotados anuncios en los rascacielos de cristal, apareció un mensaje que atraía a la gente a leer: “25 mil trabajos perdidos en NYC. 4 mil millones de dólares perdidos en sueldos. 12 mil millones de dólares perdidos en actividad económica para NYC. Gracias por nada, Alejandra Ocasio-Cortez (AOC)”.

    El mensaje permanecía fijo entre el caleidoscopio de marcas más concurrido de Nueva York. Ella lo tomó como una respuesta natural luego de que se opusiera a Amazon, cuando el gigante de las ventas en línea quiso establecer una sede cerca de su distrito. Con su olfato la llevó a vincular aquello a la familia de Robert Mercer, director de Renaissance Technologies, un fondo de alto riesgo que usa algoritmos para influir en los mercados financieros que lo volvió multimillonario. Con algo de ese dinero, los Mercer apoyaron la campaña de Donald Trump.

    Días antes ya había experimentado situaciones parecidas. Una presentadora de televisión dijo al aire que ella encarnaba “la mejor hipocresía, porque tiene gustos caros para ser socialista”. Y en respuesta a un video donde aparece bailando en la universidad, alguien escribía en Twitter: “Aquí la comediante favorita de EEUU que actúa como una imbécil. Después de que te expulsen de tu cargo puedes ir a bailar a un escenario que tenga palo”. Ese es solamente uno de los cientos de mensajes que recibe todos los días y que procura responder con liviandad. “No me sorprende que los republicanos piensen que divertirse debería ser ilegal o motivo para la descalificación”, dijo en televisión.

     Alexandria Ocasio-Cortez Tandem Design

    Campaña de Alexandria Ocasio-Cortez para la candidatura demócrata para el congreso de Estados Unidos, diseñada por Tandem Design.

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    Aparte del inglés, creció escuchando el español de los latinoamericanos, sus recorridos eran por pizzerías y panaderías locales, escuchaba hip hop en las banquetas frente a edificios con ladrillos desgastados y grafitis brillantes. Sabía de la existencia de zonas al sur del Bronx donde los locales subían las cortinas cuando el sol bajaba y lo que pasaba ahí. En medio de cables cruzados y edificios carcomidos, la curiosa Alexandria Ocasio-Cortez comenzaría a desarrollar sus primeros conflictos políticos y su negación de aquel proverbio legendario que dicta: origen es destino.

    Con el carácter aleccionador de los padres de clase trabajadora que preparan a sus hijos para luchar por más, el padre de Alexandria le habló una tarde sobre el gobierno y los derechos que como ciudadana tenía sobre él. La anécdota sería compartida mucho tiempo después en un documental sobre su campaña que puede verse en Netflix.

    La niña había convencido a su papá de acompañarlo al viaje que haría con sus amigos a Washington D.C, que suele describirse como una ciudad de hombres ilustres. Entusiasmados, partieron en coche cuatro adultos y ella.

    Fue entonces que su padre la llevó frente a la enorme cúpula del edificio del Congreso, lo único más alto era el cielo azul.

    “Todo esto nos pertenece, este es nuestro gobierno, así que todo esto que ves es tuyo”, le dijo.

    Años más tarde, mientras la joven estudiaba Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad de Boston, su padre murió de cáncer de pulmón. El dolor trajo de regreso a su cabeza los problemas de salud pública que comprendió en el desierto del Sahara, entre gritos de bebés y casos de malaria. Se convenció de que todas las personas sobre la Tierra deberían tener acceso a un seguro médico de calidad.

    Su madre trabajaba como empleada doméstica y tras la muerte de su padre ella tuvo que hacerlo también, como mesera en un restaurante. Nada parecía a su favor, pero ahí fecundaron dos de los puntos que defendió más fervientemente en su campaña: los salarios federales para la clase trabajadora y la eliminación de la policía migratoria. 

    “Los restaurantes están entre los entornos más políticos, pues estás codo a codo con los inmigrantes, trabajas por las propinas, pues ganas menos que el salario mínimo. Vives la desigualdad, te acosan sexualmente y puedes ver de cerca cómo se procesa y maneja la comida y cómo suben los precios”, declaró a la revista Rolling Stone.

    Alexandria Ocasio-Cortez Green New Deal

    Alexandria Ocasio-Cortez habla sobre el Green New Deal junto con el senador Ed Markey en frente del Capitolio.

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    Para frenar las consecuencias que vaticina el cambio climático Alexandria Ocasio-Cortez desarrolló el Nuevo Acuerdo Ambiental (Green New Deal), una propuesta que algunos califican de nivel presidencial.

    “La gente ha pensado que la legislación sobre el cambio climático es para salvar osos polares, pero no piensan en las tuberías de Flint, ni en el aire del Bronx, ni en que los mineros de carbón contraen cáncer en Virginia. Tenemos que hablar del clima como un problema de justicia social, de justicia económica y como un problema ambiental”.

    La niña de ojos cafés con cejas pobladas a quien su padre le enseñó un día el Capitolio, es hoy con 29 años, la más joven del Congreso. “Soy una estudiante de primer año en una institución que trabaja por antigüedad”, ha dicho. Como los pequeños encarrerados, crecerá.

    En torno a ella se ha generado una expectativa y una atención mediática desmedida que por un lado la empodera y por otro, será una maquinaria que sus enemigos utilizarán para que cualquier error que cometa, se convierta en la oportunidad perfecta para frenarla.

    Alexandria Ocasio-Cortez pasó ya a la historia y aún le queda mucho camino por recorrer. Por lo pronto, ha dicho que irá, “donde la gente le pida que vaya”.

    Toda la información e imágenes son de Gatopardo.
    Link original: https://gatopardo.com/

  • Una voz zapoteca en la ONU

    Una voz zapoteca en la ONU

    La poeta en lengua zapoteca Irma Pineda tenía 3 años, casi 4, cuando desapareció su padre. Lo capturaron militares en el Centro de Juchitán la mañana del 11 de julio de 1978. Y aún no lo encuentran.

    Fue la primera vez que convirtió el silencio en refugio, recuerda la juchiteca de 44 años.

    «Tengo muy pocos recuerdos de mi padre, porque no estábamos con él en ese momento; estábamos en la casa. Él había ido al Centro, donde fue su detención-desaparición. Tuvieron que pasar muchos años para que entendiéramos el concepto de desaparición forzada y la violencia que ejerce el Estado contra la población indígena cuando se atreve a levantarse», dice la también profesora una mañana en la Ciudad de México, desde donde el trayecto de su memoria traza rutas cardinales, como las que sugieren los bordados de su atuendo rosa y ocre.

    Pineda fue elegida recientemente miembro del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas de la ONU, con 46 votos, frente a los 30 de la ecuatoriana Lourdes Ativán y los 29 de la peruana Tarcila Rivera. Desde dicha posición, representará a los indígenas de Latinoamérica y el Caribe ante la comunidad de naciones, de 2020 a 2022.

    Es la primera mujer del País que asume esta representación para exponer en la tribuna internacional problemas comunes de los pueblos originarios, como la pérdida de las lenguas, la restricción del agua -cedida a las empresas- o la depredación de la tierra, en perjuicio no sólo de las comunidades, sino del planeta. Ya advertía estas situaciones su padre, Víctor Pineda Henestrosa, Víctor «Yodo», 40 años atrás.

    «En los 70 todavía era muy común el tema de los latifundios, había caciques despojando de territorios a los campesinos. Él se enfrentó directamente a los caciques y también estuvo en la defensa de obreros -en aquellos años estaban metiendo algunas empresas en el Istmo-, y estuvo peleando por los derechos de los trabajadores o que los contratos no fueran leoninos. Esto generó que un día llegara el Onceavo Batallón de Infantería del Ejército y se lo llevaran, en pleno día, frente a todo mundo», relata la autora de libros como Xilase Nisadó / Nostalgias del mar y Guie’ ni Zinebe / La flor que se llevó, entre otras obras traducidas al inglés, alemán, italiano, portugués, serbio y ruso.

    Frente a la ausencia del padre, Cándida Santiago, madre de Irma y de Héctor, entonces de un año, exigió en plantones, mítines y huelgas de hambre el retorno de su esposo. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Víctor «Yodo» pereció en su automóvil, un informe que la familia rechazó. El caso fue un hito.

    «De la época de la Guerra Sucia de los años 70, en México, era prácticamente el único caso que documentaba la participación del Ejército. Hubo muchos testigos que pudieron dar testimonio de cómo llegaron los soldados y se lo llevaron, a diferencia de muchos otros desaparecidos de la época, como el hijo de Rosario Ibarra, quien desapareció y todos asumían que había sido el Estado, que hubo participación del Ejército, pero no estaba evidenciado. En el caso de mi papá, sí».

    La luz matinal no descubre sombras en el rostro de la poeta, altivo, en cambio, pródigo en expresiones.

    Es la faz de alguien que canta. Que canta y calla. O porque calla, canta a través de sus versos.

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    Pineda procesó en silencio la ausencia de su padre. Calló también, una década después, cuando enfrentó la discriminación en la escuela preparatoria, relata en su departamento, donde desanda el tiempo.

    «Cuando salí del pueblo y llegué a Toluca para estudiar enfrenté un mundo bien distinto: tuve un choque.
    Llegué a los 14 años, y tuve un momento en que decía: ‘¡uy!, no me aceptan o me miran feo o se ríen de cómo hablo, porque soy diferente, pero si dejo de ser diferente, no se van a dar cuenta de mí, de que estoy’, entonces me dediqué a observar cómo funcionaba la gente, además llegué a un lugar donde no conocía a nadie que fuera diferente, a ningún paisano, a ningún otro que me dijera que venía de un pueblo indígena; es más: la noción de indígena no existía para mí en ese momento. No sabía que era indígena: yo era ‘teca’, juchiteca, así nos conocemos en mi pueblo, esa era mi identidad. Nosotros nunca nos dijimos indígenas. En el pueblo somos ‘tecos’, somos Binnizá».

    «Nuestra palabra seguirá siendo canto/somos hijos de los árboles/que darán sombra a nuestro camino/somos hijos de las piedras/que no permitirán el olvido», se lee en el poema Nosotros.

    Alguna vez renegó de su identidad, reconoce la también ensayista y traductora. Atrás de ella su gato, que responde al nombre zapoteca de Quichi -«blanco» en castellano- afila la oreja derecha.

    «Llegó un momento en que no quería ser diferente, no quería que se rieran de mí, que se burlaran, entonces pasé dos años de silencio; no hablaba, no hacía amigos, porque no quería que se rieran de mí, y también era el momento en que estaba muy concentrada aprendiendo cómo se movía la gente, cómo hablaba; estaba leyendo mucho, escuchaba radio para saber cómo decían las palabras.

    «Me encantaba escuchar Radio Mexiquense, y aprender ese español. Después vienen otros procesos, vas encontrando gente, lecturas, y te das cuenta de que no es que seas diferente, sino que hay un proceso terrible que la gente no tiene claro: este País se conforma de los que son mestizos, pero también de la población indígena. Entonces dices: el problema no soy yo, es que ellos no entienden que en este País hay muchas diferencias, formas distintas de hablar, de entender el mundo, de vincularse con él y eso me permitió tener claridad de quién soy».

    ¿Te minimizaron las burlas?

    En ese momento te dañan, te lastiman, claro, pero lo que me ayudó mucho fue que después vine a vivir a la Ciudad (de México), y me fui encontrando con paisanos, compañeros de otros pueblos, de otras culturas. Vas encontrando esta fortaleza de reivindicar tu identidad cuando encuentras también todo el poder y la fuerza que hay detrás de eso; miras entonces muchas cosas y dices: ‘¡híjole, pues nosotros estamos mejor!’, en el sentido de que tenemos un buen vivir, a diferencia de otros en la Ciudad. Nos ves comiendo hierbas y dices: ‘Ay pobrecito’, ¡pues sí, pero eso nos daña menos!; el puerco que criamos en el chiquero familiar no está lleno de quién sabe cuántas cosas o el ganado no está lleno de clembuterol, entonces dices: creo que estamos mejor en muchos sentidos.

    ¿Debería replantearse la noción de pobreza?

    La noción de pobreza y la noción de desarrollo. Me daba tristeza hace años cuando salió aquel programa de piso firme, y se dedicaron a echar cemento en las casitas de los pueblos. Yo decía: ¡que terrible!, porque había comunidades donde hacía tanto calor, que el cemento nos daba más calor. Era no entender el proceso de vinculación con la tierra, creer que eres pobre porque duermes en un petate en la tierra, y no entenderlo como una cosmovisión, que dormimos en petate en la tierra porque queremos estar conectados con ella, y porque en un lugar caluroso el petate es fresco, pero dicen: ‘son pobres y hay que ponerles piso de cemento’, sin ninguna noción de lo que es desarrollo para los pueblos indígenas o de lo que es bienestar.

    Hay un concepto, desde lo occidental o desde lo urbano, de lo que es bienestar, cuando en los pueblos, o en las comunidades hay otra noción: tú vas a una casa en el Istmo y no hay muchos muebles; en el día, cuando las hamacas se recogen, ves unas sillas, una mesa, un baúl; de noche ves las hamacas colgadas y dices ay, son pobres, no tienen nada, no tienen una sala…¡pues no!, no tienen una sala como en la Ciudad porque no hace falta allá, la vida es afuera; en lugar de sala tal vez tienen dos borregos, cinco pollos o una yunta de bueyes que les ayudan a trabajar, porque de ahí va salir el alimento.

    Además, el concepto de sentarse a platicar en una sala es raro: las pláticas son en el trabajo, en la fiesta, en la molienda, no decimos: ‘vamos a tomar el té en la sala’. Entonces, hay que replantear nociones de pobreza, nociones de desarrollo y sobre todo, tenemos que reeducarnos, los mexicanos y toda la gente en el mundo acerca de cómo miramos a la población indígena.

    La noción occidental de desarrollo, contrasta Pineda, se asocia al extractivismo, que considera a los pueblos indígenas como suministradores de riqueza, lo mismo de minerales, que de fauna, de flora o de viento -en la energía eólica-, mientras los desplaza de sus territorios ¿El indígena ha debido convertirse en activista?

    Si no tuviéramos encima un interés capitalista persiguiéndonos, creo que no estaríamos levantándonos y dando la cara, viviríamos tranquilos, sembrando y cuidando nuestros pollos, pero sí, ha sido la misma necesidad.

    En mi caso, que vengo de una tradición de lucha, esta no hubiera ocurrido si no hubiera el interés de los Gobiernos o del capitalismo por sacar de nuestro entorno natural lo mejor, extraer la riqueza, desplazándonos, dañándonos, o simplemente ignorándonos; ignorando que estamos en un territorio donde hay gente que necesita de la tierra para vivir, necesita del agua para vivir y eso no le importa a muchas empresas, ni a muchos Gobiernos.

    Vamos a ver todavía con este nuevo Gobierno qué tal. A los anteriores no les importó la población indígena, al contrario, había una clara intención de desaparecerla con dobles discursos: en las leyes aparento que te reconozco, pero en la realidad no hago nada para que se hagan cumplir esas leyes que creamos para pueblos indígenas.

    Sí ha sido muy difícil, porque si bien no es una lucha frontal todo el tiempo, si bien no es una lucha armada como la que inició el EZLN, por ejemplo, sí ha habido diferentes formas de lucha de los pueblos indígenas, y también ha habido formas de represión terribles: a cada rato estamos escuchando del asesinato de activistas por defender la tierra, por defender el agua, por defender los recursos naturales.

    Ha habido muchos asesinatos de ambientalistas de pueblos indígenas, ni se diga desaparecidos, como mi padre, entonces todo eso lo hemos venido heredando las siguientes generaciones, y ahora intentamos hacer una lucha que no es armada ni violenta, pero es una lucha desde el conocimiento y desde el papel, y desde las leyes: hemos tenido que aprender a usar las herramientas del otro, para defendernos.

    Tú literatura: ¿dónde queda?

    Siempre estoy escribiendo. La literatura es una parte fundamental de mi vida. Para mí, crear poesía o pensar en poesía es casi como tomar agua. Mientras voy en el Metrobús o viajando en camión de aquí a Juchitán o mientras voy en un avión, siempre estoy pensando en algo porque, además, el momento de creación permite desconectarme de mucha preocupación, entonces estoy pensando qué temas voy a escribir y voy haciendo apuntes.

    ¿Es otro tipo de silencio al que guardabas en la escuela preparatoria?

    Sí. En la prepa y antes, cuando desaparecieron a mi papá. Cuando tengo conflictos muy fuertes, dejo de hablar.

    ¿Para pensar? ¿Es un silencio reflexivo?

    Como para desconectarme, aislarme.

    ¿Estar contigo?

    Estar conmigo, estar haciendo cosas que me permitan después salir y estar más fuerte, son momentos de fortalecimiento.

    Toda la información e imágenes son de REFORMA.
    Link original: https://www.reforma.com/

  • Las mujeres y la arquitectura: 7 arquitectas destacadas que deberías conocer

    Zaha Hadid. Fue una destacada arquitecta angloiraquí, procedente de la corriente del deconstructivismo. La obra arquitectónica de Zaha Hadid ha sido reconocida en diversas ocasiones con premios de rango internacional entre ellos el Pritzker, tratándose de la primera mujer que consigue este galardón. El edificio que se ve en la imagen se llama Galaxy Soho. Falleció hace poco tiempo, el 31 de marzo de 2016.

    7 arquitectas prominentes

    Julia Morgan. Es conocida como la primera mujer arquitecta del mundo. Se diplomó en 1902. Durante sus cincuenta años de carrera, diseñó más de 700 edificios, como el Merrill Hall, la residencia Heritage Reiterement Community, la Derge House, el Roman Pool de Hearst Castle y numerosos edificios públicos y residenciales. Su primer proyecto de envergadura, fue la reconstrucción del edificio del Hotel Fairmont (en la foto), dañado por el sismo de 1906. Murió en San Francisco el 2 de febrero de 1957.

    7 arquitectas prominentes

    Denise Scott Brown. Es una arquitecta, urbanista, escritora, profesora y socia del estudio Venturi, Scott Brown and Associates en Filadelfia. Conjuntamente con su marido y socio Robert Venturi son considerados entre los más influyentes arquitectos del siglo XX, tanto por su actividad como proyectistas, como por sus escritos teóricos y enseñanzas.

    7 arquitectas prominentes

    Lina Bo Bardí. Fue una arquitecta moderna ítalo-brasileña. Además de su trabajo en el área de la construcción, también desarrolló el arte de crear muebles que podían ser doblados y apilados, usando madera comprimida. Entre sus obras más reconocidas se puede mencionar el Instituto Pietro Maria Bardi (Casa de Vidro), el Museo de Arte de São Paulo, considerado su obra prima (en la foto), la Iglesia de el Espíritu Santo do Cerrado y el Museo de Arte de Bahía.

    7 arquitectas prominentes

    Benedetta Tagliabue. Es una arquitecta italiana establecida en Cataluña. Es la actual jefe del “Estudio Miralles Tagliabue EMBT”. En el 2009, recibió el Premio “Ciudad de Barcelona” en la categoría de proyección Internacional por el Pabellón de España de la Exposición Universal Shanghai 2010. Ese mismo año, se le concedió el galardón Fellowship RIBA de arquitectura, otorgado por el Royal Institute of British Architects (RIBA). Entre sus trabajos se puede mencionar el mercado Santa Caterina (foto), realizado junto al arquitecto Enric Miralles .

    7 arquitectas prominentes

    Kazuyo Sejima. Arquitecta contemporánea japonesa. En 1981 se graduó de la Universidad de Mujeres de Japón. En 1987, funda su propio despacho, llamado Kazuyo and Associates y, en 1995 y con base en la ciudad de Tokio crea, junto con Ryue Nishizawa, SANAA (Sejima + Nishizawa and Associates). Entre sus trabajos se encuentran: Proyecto Jardines Yu-xi, Viviendas Seijo, Proyecto Edificio Toyota Azuma, Museo de arte de Toledo, Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (foto).

    7 arquitectas prominentes

    Alison Smithson. Arquitecta y urbanista inglesa que falleció en 1993. Trabajó en los aspectos teóricos de la arquitectura de las décadas de los 50 y 60. Está considerada como co-fundadora del brutalismo: estilo que tuvo una gran influencia en el urbanismo de la segunda mitad del siglo XX. Se le recuerda por la edificación del conjunto habitacional Robin Hood Gardens, en Londres. En la foto vemos la Escuela Hunstanton.

    7 arquitectas prominentes

     

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  • La brecha de género también roba tiempo libre a las mujeres

    La brecha de género también roba tiempo libre a las mujeres

    Suena el despertador, saltas de la cama, desayunas, te acicalas y emprendes tu marcha hacia el trabajo. Unas ocho horas después, dejas que el boli caiga, apagas el ordenador y das por finalizada otra jornada laboral. Es verano, los días son largos, y sobran el tiempo y las ganas de sentarse en una terraza a disfrutar con los amigos durante un par de horas. Eso, claro está, si eres hombre. Porque si eres mujer, es muy probable que al acabar en el trabajo tengas que dedicar de media una hora y 37 minutos más a tareas que poco tienen que ver con el ocio, según los datos del cuarto estudio Coste de oportunidad de la brecha de género en ocio de ClosinGap, que ha sido impulsado por Mahou San Miguel. La iniciativa tiene el objetivo de identificar y eliminar las barreras que impiden a las mujeres desarrollar su pleno potencial en la sociedad.

    Si sumamos esta hora y 37 minutos de toda la población femenina española nos da un total de 11,1 millones de horas menos al día de ocio que los hombres. Y todo ello sin ningún tipo de retribución. Si la tuviera, la cifra ascendería a 23.000 millones de euros anuales (en torno a un 2% del Producto Interior Bruto).

    Los resultados de esta investigación vuelven a poner de manifiesto la envergadura de la brecha de género, que no solo está presente dentro de las empresas —en forma de salarios más bajos y menos puestos de directivos para ellas— y en las pensiones —en las que el Estado gasta más dinero en hombres que en mujeres—, sino también en el tiempo libre y en la división de las tareas domésticas y de cuidados.

    Este trabajo extra que asumen las mujeres en sus momentos de ocio supone un coste de oportunidad que va más allá de los minutos o las horas. Según el estudio, las madres pasan menos horas sin sus hijos que los padres y las que consiguen pasar tienden a ser de peor calidad, por la dificultad para relajarse que supone asumir toda la carga.

    «Queda claro que los informes publicados hasta ahora —sobre salud, conciliación, pensiones y, hoy, ocio— están íntimamente relacionados. Las mujeres vivimos más y con peor salud, conciliamos peor por los cuidados a terceros y eso repercute en nuestras pensiones. Además, disponemos de menos tiempo de ocio por las mismas razones. Los roles de género tradicionales impiden que el país sea más próspero», ha afirmado Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap.y directora general de Merck en España. Y todo esto tiene fácil solución, según el estudio: aumentar la corresponsabilidad.

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  • 15 mujeres que están entre las más poderosas e inspiradoras de México

    15 mujeres que están entre las más poderosas e inspiradoras de México

    En México (y en todo mundo) las mujeres siguen luchando por cosas que son básicas. Equidad en los espacios de trabajo y estudio; respeto en los espacios públicos; ambientes seguros para vivir, y derecho sobre sus propios cuerpos, son solo algunas de sus batallas.

    Aunque la humanidad —a grandes rasgos— está experimentando una revolución social enorme que incentiva el reconocimiento de la libertad de las mujeres (y de cualquier otro sujeto, sin importar su género), cuando una chica sobresale en lo que sea que haga, hay que celebrarlo, precisamente porque las condiciones continúan siendo desalentadoras.

    mexicanas increíbles y sobresalientes hay muchas. Hablamos de mujeres que trascienden sus propios circuitos y se han vuelto referentes para todos los que habitamos este país. Además, estas niñas, jóvenes y adultas, están usando el reconocimiento que la sociedad les ha otorgado como plataforma para plantear una sociedad más justa y donde todos vivamos mejor.

    Como cada año, la revista Forbes emite una lista de las 100 mujeres más poderosas de México. Te presentamos algunos de los perfiles más conmovedores. Con un poco de suerte, un día no tengamos que celebrar a ningún sujeto por trascender a pesar de su género; sino solo celebrar a quien sea que haga cosas fantásticas.

    1 Marina de Tavira

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    Imagen: Variety

    Con una carrera extensa y prolífica en cine y teatro, Marina de Tavira es una actriz a la que hay que tener en la mira. Recientemente fue nominada por su participación en Roma alOscar por Mejor Actriz de Reparto.

    2 Dafne Almazán

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    Imagen: Cedat

    La joven de 17 años ya tiene un grado en psicología y recientemente fue admitida en Harvard (una de las universidades más relevantes y prestigiadas del mundo) para estudiar una maestría en Matemáticas para la enseñanza.

    3 Gabriela Ruiz Lugo

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    Imagen: Larousse Cocina

    La guía “México Gastronómico 2019” la reconoce como la mejor chef del año. En surestaurante Carmela y Sal, ha llevado a cabo una equilibrada fusión de los ingredientes españoles presentes en la gastronomía nacional, con aquellos que provienen de la cocina prehispánica.

    4 Alondra de la Parra

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    Imagen: Sopitas

    La extraordinaria directora de orquesta, ha trabajado con algunas de las orquestas más prestigiosas del mundo, siempre comprometida con celebrar a través de la interpretación lamúsica de los grandes compositores latinoamericanos. Actualmente dirige la Queensland Symphony Orchestra, en Australia y es Embajadora Cultural de México.

    5 Eva Ramón Gallegos

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    Imagen: Telemundo

    Es profesora e investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. Está dedicada a encontrar tratamientos para erradicar el cáncer cérvico-uterino (producido por el virus del papiloma humano) y recientemente logró eliminar el VPH del cérvix de 29 mujeres, a través de una terapia fotodinámica (consiste en administrar un agente fotosensibilizante y estimular la zona donde fue administrado con luz, esta estimulación mata a las bacterias).

    6 Morganna Love

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    Imagen: Sin Embargo

    La cantante de ópera y mujer transgénero es autora del libro “El cuerpo correcto” y fueembajadora de la campaña “Free & Equal” de las Naciones Unidas. Además de tener una voz espectacular se dedica a promover la inclusión de cualquier sujeto sin importar su orientación sexual o género.

    7 Elisa Carrillo

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    Imagen: Quien

    Esta mexicana es Primera Bailarina de la compañía Staatsballet, en Berlín. Hoy es laprimera mexicana ganadora del premio Benois de la Danza (el “Oscar” de la danza).

    8 Alexa Moreno

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    Imagen: El País

    La joven gimnasta ganó en 2018 el bronce el en Mundial de Gimnasia Artística de Doha y una medalla de oro en la Copa Toyota de Japón. Después se llevó el bronce en el Mundial de Gimnasia Artística de Baku, Azerbaiyán.

    9 María Salguero

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    Imagen: El Economista

    La activista y científica de datos es responsable del Mapa Colaborativo de Feminicidios en México, que desde 2016 recopila y visibiliza las circunstancias en las que estos crímenes han ocurrido y los nombres de las víctimas. Su iniciativa ha sido reconocida por ONU Mujeres y se ha vuelto una herramienta periodística vital en México.

    10 Yalitza Aparicio

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    Imagen: Vogue

    La protagonista de Roma, nominada al Oscar por Mejor Actriz en 2019 se ha transformado en una voz vital en temas de género, identidad y en una representante esencial de la diversidad cultural del país. Sobre los problemas de violencia de género, Yalitza declara para Forbes:

    “Esto es algo que debe de venir desde el hogar, con cosas tan sencillas como evitar que entre hermanos existan diferencias relacionadas con el género; que, no por ser niñas, ellas deben cocinar y, no por ser niños, ellos deben ser vistos como quienes llevan el mando. Tenemos que acabar con este tipo de prácticas.”

    11 Nadine Gasman

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    Imagen: Forbes

    La actual titular de INMUJERES está luchando por integrar la auténtica perspectiva de género en las políticas públicas del actual gobierno. Anteriormente ha colaborado con la ONU para apoyar campañas en contra de la violencia de género y se ha involucrado con organismos internacionales dedicados a defender los derechos sexuales y reproductivos.

    12 Bibi Wetzel

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    Imagen: Revista Estilo

    Con solo 12 años, esta gimnasta veracruzana se convirtió en 2018 en una de las ganadoras del Campeonato Mundial de Gimnasia para Atletas de Alto Rendimiento con Síndrome de Down, que se celebró en Alemania.

    13 Adhara Pérez

    Tiene 7 años, pero fue invitada a estudiar astrofísica en la Universidad de Arizona y sin duda estará dando mucho de qué hablar.

    14 Lydia Cacho

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    Imagen: El País

    Esta mexicana es periodista, activista, feminista y defensora de los derechos humanos.Amnistía Internacional la describe como una de las más relevantes defensoras de los derechos de las mujeres de México y el mundo. Es co-fundadora de la plataforma digital Sin Embargo.

    15 Valeria Luiselli

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    Imagen: Wellesley College

    Con “Los niños perdidos, un ensayo en cuarenta preguntas”, Luiselli se ganó el American Book Award (uno de los más importantes reconocimientos para la literatura contemporánea).

    Toda la información e imágenes son de MAS DE MX.
    Link original: https://masdemx.com/

  • #YaEsHora, el movimiento que alzará la voz de la mujer en el cine mexicano

    #YaEsHora, el movimiento que alzará la voz de la mujer en el cine mexicano

    Sabemos que el acoso es un problema enorme, en nuestro país es uno de los temas que están en la agenda diario. Todos conocimos la historia del movimiento #MeToo, que destapó muchas historias de abuso en contra de las mujeres por parte de diversos grupos de la población; periodistas, músicos, académicos, y muchos más. Fue una plataforma para que miles de voces fueran escuchadas. Lamentablemente, poco a poco se fue disipando y este espacio se apagó, pero ahora hay una nueva iniciativa que pretende seguir el legado que dejó este movimiento, #YaEsHora.

    Este es un movimiento que alzó la voz el día de hoy durante la entrega de los Premios Ariel, para manifestar el acoso, hostigamiento y violencia en el medio artístico. Todas las personas involucradas con el #YaEsHora llegarán a la ceremonia con un pañuelo rojo, color con el que se identificarán ante toda la sociedad.

    A este causa se han unido muchísimas actrices, como Ana de la Reguera, Marina de Tavira, Eréndira Ibarra, Ilse Salaas, Karla Souza, ; junto a directoras, productoras, periodistas y mujeres involucradas en el medio que lamentablemente han sufrido experiencias desagradables mientras desempeñan su trabajo

    https://www.instagram.com/p/BzHEQIBFh0v/?utm_source=ig_web_copy_link

    https://www.instagram.com/p/BzHG2_VjFGg/?utm_source=ig_web_copy_link

    La organización Time’s Upque desde hace algunos años se dedica a denunciar el acoso en Estados Unidos, mostró su completo apoyo para #YaEsHora. 

    https://www.instagram.com/p/BzHH0ngAdx4/?utm_source=ig_web_copy_link

    A pesar de que está liderado por actrices y personas del entretenimiento mexicano, #YaEsHora va más allá de los reflectores y las cámaras de grabación; será el espacio para que muchas mujeres puedan unirse y levantarse en contra de esta terrible situación, sin importar su ocupación.

    Toda la información e imágenes son de SOPITAS.
    Link original: https://www.sopitas.com/

  • CDMX es quinto lugar en feminicidios en el país

    CDMX es quinto lugar en feminicidios en el país

    Con 59 casos registrados de enero a abril de 2019, la Ciudad de México ocupa el quinto lugar en homicidio doloso, de acuerdo con la información sobre violencia contra mujeres, elaborado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
    En su reporte del primer cuatrimestre de 2019, la jurisdicción que encabeza el morenista Francisco Chiguil, alcaldía Gustavo A. Madero, cuenta con el mayor número de este tipo de delitos, con tres casos, mientras que las demarcaciones de Iztapalapa, Tlalpan y Xochimilco reportaron dos feminicidios cada una, y Azcapotzalco y Benito Juárez registraron un caso cada una.
    En homicidio doloso contra mujeres, la Ciudad de México, gobernada por Claudia Sheinbaum, ocupa el quinto lugar, y lo anteceden Baja California, con 63; Jalisco, 88; Guanajuato, 94, y el Estado de México reportó 124 casos.
    En cuanto a homicidio culposo, delito que consiste en causar la muerte a una persona por una acción negligente, la capital del país contabilizó 36 casos, mientras que 522 féminas fueron víctimas de lesiones dolosas.
    En lesiones culposas, la CDMX se ubicó en segundo sitio con 574 casos reportados, colocándose después del Estado de México, que registró el mayor número de estos ilícitos con mil 254.
    El informe también da cuenta de que, en los primeros cuatro meses de este año, 9 mujeres fue víctimas de secuestro, ubicándose en tercer lugar después del Estado de México con 17 casos y de Veracruz con 43.
    El delito de extorsión contra mujeres se ubicó en el segundo lugar en la capital con 125 reportes y seguido por la entidad mexiquense con 128 casos.
    Según el reporte, en el primer cuatrimestre de 2019 se registraron un total de 5 millones 240 mil 344 llamadas de emergencia de este sector de la población, de las cuales el 38.71 por ciento (2 millones 28 mil 537) fueron por cuestiones de inseguridad.
    En marcación al 911, la CDMX también ocupa la tercera posición con 2 mil 799 llamadas y es antecedido por Jalisco, con 3 mil 853; Puebla, 4 mil 754, y el Estado de México, con 12 mil 426.
    El informe indica que por abuso sexual se realizaron 193 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de este tipo, colocándose en segundo sito después de Nuevo León con 271.
    Por acoso u hostigamiento sexual, en la capital del país se recibieron 303 llamadas; por violación, 261; por incidentes de violencia de pareja, 8 mil 824 marcaciones, mientras que por violencia familiar se realizaron 19 mil 794.
    En febrero pasado, unas 5 mil mujeres se manifestaron en el Zócalo para exigir justicia y mayor seguridad en el transporte público y en las calles de la Ciudad de México.
    Bajo consignas como “señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, las manifestantes cuestionaron el plan de seguridad que presentó Sheinbaum, y pidieron a las autoridades capitalinas que los colectivos y organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y organismos de la sociedad civil se sumen al diseño de un plan integral para combatir la violencia de género.
    Exigieron, además, “que se lleve a cabo una línea de investigación sobre la operación de bandas y redes de trata de mujeres en la zona metropolitana y que, se apliquen medidas para su desmantelamiento”, así como el mejoramiento de los protocolos de atención a víctimas para que no se desincentive la denuncia ni se revictimicen a las mujeres que acuden a los Ministerios Públicos.
    “Que la Fiscalía que atiende estos delitos realmente sean operadas por personal con experiencia en atención a violencia de género. Que se establezca un protocolo consensuado con el sector del movimiento feminista paradefinir los criterios con perspectiva de género”, exigieron.
    Toda la información e imágenes son de Contra Réplica.
  • Martha, Olga y Alicia: las luchadoras por la legalización del aborto desde hace 30 años

    Martha, Olga y Alicia: las luchadoras por la legalización del aborto desde hace 30 años

    Hace 30 años, una decena de mujeres se propuso que el Aborto Legal, Seguro y Gratuito sea un derecho en Argentina. Enfrentaron prejuicios y repudios hasta lograr que, en junio de 2018, el proyecto tenga media sanción en Diputados. Martha Rosenberg, Olga Cristiano y Alicia Schejter, tres de las pioneras del pañuelo verde, aseguran que no van a desistir hasta que sea ley.

    “¡Paso a una histórica!”. El grito atravesó cantos, consignas y redoblantes cada vez más encendidos. La multitud se abrió para permitir el avance de la chica que empujaba una silla de ruedas. “¡Paso a una histórica”. La mujer que iba sentada sonreía a los que le sacaban fotos.
    La alerta se repitió al día siguiente, mientras una mujer de cabello blanco caminaba rápido por Avenida Callao. El Proyecto de Ley acababa de obtener media sanción en Diputados y ella se apuraba para celebrarlo con sus compañeras. Alguien la reconoció y advirtió: “¡Paso a una histórica!”.
    Era la mañana del 14 de junio de 2018, el final de la primera vigilia por la Ley del aborto. Una cruzada que había empezado hacía muchos años, más de 30, cuando un grupo de mujeres quiso tener el derecho a decidir. Y así se convirtieron en históricas.

    Las feministas que impulsan la legalización del aborto desde hace más de 30 años

    “¿Qué podemos hacer?”
    En 1982, con los últimos espasmos de la dictadura, un grupo de feministas fundó ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer), una de las primeras organizaciones que visibilizó la violencia contra las mujeres. “Investigamos, difundimos, organizamos jornadas, publicamos la revista ‘Brujas’… Hicimos de todo. En aquella época, yo trabajaba como enfermera en el Policlínico Bancario y era delegada sindical. Mucho después estudié Psicología, me recibí en 2007. En el feminismo encontré un movimiento liberador. Eso es lo que genera tanta resistencia: cuando la mujer se libera, el varón pierde el lugar de privilegio y poder”, asegura Alicia Schejter.
    El nuevo movimiento estaba integrado por médicas, abogadas, enfermeras, activistas de derechos humanos, enfermeras y hasta una Madre de Plaza de Mayo: diez mujeres unidas por una causa en común. “Dentro de la Comisión, había voces diferentes. Mientras que algunas argumentaban que el aborto era un tema de salud pública, otras considerábamos que se trataba del derecho a decidir sobre el cuerpo. Pero estábamos de acuerdo en lo fundamental, había que legalizarlo y despenalizarlo. Las mujeres debemos tener la posibilidad de elegir ser madre o no serlo. Es un derecho y negarlo es una forma de totalitarismo”, sostiene Schetjer.
    “Todos los lunes, llevábamos una mesita a la puerta de la Confitería del Molino. Además de juntar firmas para el proyecto de ley, repartíamos folletos y la revista ‘Nuevas aportes’. Los primeros ejemplares estaban fotocopiados, no teníamos fondos para imprimirlos”, recuerda Alicia. “Muchas personas nos gritaban ‘¡Asesinas!’, pero algunas se acercaban a preguntar y otras, a contar su experiencia”, cuenta.
    Las chicas del pañuelo verde

    Alicia Schejter
    “Al principio, cuando la Comisión empezó a asistir a los encuentros nacionales de mujeres, el tema del aborto no estaba incluido en el programa, preferían que habláramos de anticoncepción. Como no nos daban bolilla, empezamos a colgar carteles de ‘Derecho al aborto’ en las aulas vacías del colegio en el que se realizaba la jornada. Finalmente, terminaron por incorporar nuestros talleres al cronograma, nos lo ganamos de prepo”, recuerda Olga Cristiano.
    En 1992, la Comisión presentó el primer Proyecto de Ley en la legislatura. No fue más allá de la Mesa de entradas. Después, la organización participó en otros tres proyectos que redactaron los diputados Martha Mercader, Alfredo Bravo y Luis Zamora. Ninguno llegó al recinto. “Las condiciones no eran favorables. Dora explicaba que eso se iba a dar cuando hubiera una explosión de mujeres”, cuenta Olga.
    La Comisión por el Derecho al Aborto no tenía dinero para una sede. Cada quince días, “las chicas” se reunían en una sala de Villa Crespo que les prestaban. Ahí, hablaban durante horas sobre la interrupción del embarazo, sobre legalización y despenalización. En esas charlas no había lugar para temas personales.
    Los encuentros de mujeres fueron sumando hitos a la gesta. En 1990, en el de San Bernardo, se declaró el 28 de septiembre como el Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres de América Latina y el Caribe. En 2003, en Rosario, el pañuelo verde quedó oficializado como símbolo de la lucha por el aborto legal. Se revisó la disponibilidad de colores: el blanco era el de las Madres de Plaza de Mayo; el violeta, el del feminismo; el rojo, el de la izquierda; el amarillo, el del Papa… El pañuelo fue verde por descarte, no por esperanza.
    “El encuentro en Rosario marcó un antes y un después para la Comisión. Pedimos el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas para hablar del aborto. Unas 500 mujeres levantaron la mano para contar: ‘Yo aborté’. La última noche, la marcha de mujeres alcanzaba las diez cuadras. La mayoría llevaba puesto el pañuelo verde. Las más jóvenes entonaban consignas que nosotras habíamos inventado”, recuerda Olga.
    El reclamo ya era visible: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

    Olga Cristiano

    Aborto legal en el hospital

    Martha Rosenberg tenía 30 años cuando se dio cuenta de que era feminista. Después de estudiar Medicina, hizo un posgrado en Psicopatología de la Edad Evolutiva en el Hospital de Clínicas. A las prácticas con niños le siguieron los grupos de orientación con las madres y así, ella terminó por involucrarse en temas de salud de la mujer. Martha fue una de las organizadoras del Foro por los Derechos Reproductivos que reunía a sociólogos, médicos, psicólogos y especialistas en obsetricia. “Era una organización bastante académica. Trabajamos en temas de salud reproductiva y sexual. Siempre estuvimos de acuerdo con la legalización del aborto. En el ‘94 luchamos para que no fuera aprobada la cláusula que garantizaba el derecho a la vida desde el momento de la concepción como un derecho constitucional. Se votó 14 veces en distintas comisiones y perdió. Fue un antecedente muy importante”, explica Martha.

    Martha Rosenberg
    Las voces se multiplicaban y eran cada vez más fuertes. En 2005, todas las organizaciones decidieron unificar su reclamo en un solo movimiento: la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Hoy, casi 500 ONG integran este colectivo que demanda la interrupción voluntaria del embarazo como un derecho de las mujeres.
    Se estima que, en la Argentina, se realizan cerca de 500 mil abortos clandestinos por año. Y las complicaciones por estos abortos son la principal causa de muerte de mujeres gestantes. “La reproducción humana es un tema político. Una sociedad que no genera la cantidad necesaria de mano de obra está en problemas. En una estructura patriarcal, el dominio sobre la capacidad de gestar de las mujeres queda bajo el control del poder establecido. Hay mucha resistencia a que el embarazo sea un acto de autonomía y de libertad”, asegura Martha.
    Dora Coledesky, al alma mater de la campaña, murió el 17 de agosto de 2009, a los 81 año
    s. “Estábamos organizando un encuentro en La Pampa. La acompañé al Hospitral Italiano a hacerse un chequeo y el cardiólogo le aconsejó no viajar. En el micro, cuando regresábamos, con Martha le enviamos un mensajito para contarle que todo había salido bien. Nos llamó la atención que no nos respondiera. Al día siguiente, su familia nos avisó que había muerto la noche anterior. Como no la velaron, nos juntamos a recordarla en la Plaza Congreso. No podíamos creerlo, sentíamos un vacío enorme. Ella tenía una lucidez política y una energía extraordinarias. Era una líder. A los 75 años, subía a una silla y hablaba ante 500 personas. Dijimos que, si era aprobada, la ley llevaría su nombre”, dice Olga.

    Una explosión de mujeres
    Nueve años más tarde, en abril de 2018, comenzaron las exposiciones a favor y en contra del proyecto de despenalización del aborto voluntario hasta la semana 14 gestación. Martha Rosenberg, la abogada Nelly Minyersky, la socióloga Dora Barrancos y Luis Novaresio fueron algunos de los que disertaron.
    En silla de ruedas, a causa de una fractura de cadera, Olga escuchó las audiencias.
    El 13 de junio, mientras los diputados debatían, miles y miles de mujeres sostenían la vigilia afuera del Congreso y en plazas de las provincias. “Pasada la medianoche, me fui a casa. Había estado todo el día en la calle y estaba cansada. Me desperté a las seis y salí corriendo. Llegué tarde, en el momento de la votación estaba en el subte. Todos estábamos pendiente y hubo un grito. Mientras caminaba, algunas personas me reconocieron e hicieron un cordón para que llegara adonde estaban mis compañeras de la campaña”, cuenta Martha.
    Esa tarde, mientras escuchaba a algunas chicas explicándoles la ley a sus abuelas, Olga recordó las palabras de Dora Coledesky: “Todo se va a dar cuando haya una explosión de mujeres”. Viendo a esas miles y miles de mujeres enarbolando convicciones, Olga no tuvo dudas. “Mi nieta de 4 años va a la marcha con su mamá y lleva su pañuelito verde. Dice que es el que usan las chicas luchadoras. Creo que eso es lo más importante: hubo un cambio cultural. Para lo imposible solo falta un poco más”, asegura.

    Una luchadora infatigable

    Nelly Pila Minyersky
    Todavía no logró desprenderse del asombro. Cuenta que hace un rato, cuando salía de la farmacia, una mujer le gritó “¡Diosa!”. Nelly “Pila” Minyersky sacude la cabeza y sonríe. Le cuesta acostumbrarse a esa pequeña fama que vive desde que la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito ganó la calle.
    “Si encuentran un tratado de derechos humanos que mencione los derechos del feto, les doy un premio”, retó a los senadores. Algo del tema sabe esta mujer menudita y memoriosa, profesora universitaria y abogada especializada en Derechos de la Mujer y en Familia. “Llegé a la Campaña invitada por Elsa Schvartzman, mi compañera de gimnasia. En 2012, participé en la redacción del proyecto de ley. Hace siete años que llevamos proyectos al Congreso… En nuestro país tenemos muchas dificultades con cierto tipo de leyes, sobre todo las de educación y salud, porque la Nación solo dicta los Códigos Civil y Penal. Entonces, si el proyecto del Aborto ingresa como Salud Pública, puede suceder como con la Ley de Vasectomía: es nacional, pero muchas provincias la objetaron. Por eso, este proyecto tiene una parte de Penal, la de la despenalización, así tenemos más garantías de que se aplique en todo el país”, cuenta.
    Nelly nunca se cansa de explicar: un feto no tiene los mismos derechos que un bebé recién nacido. Una lógica que enfurece a los que intentan frenar el avance del aborto legal. “Las leyes de Género y de Matrimonio Igualitario ubicaron esos universos humanos dentro de lo respetable, de la ley, de lo que llamamos el control social. En cambio, el aborto es disruptivo. La sociedad no puede aceptar a la mujer escindida del rol de reproductora”.

    Toda la información e imágenes son de Marie Claire.
    Link original: https://marieclaire.perfil.com/

  • El mayor poder, hoy, es la valentía de decir ‘no’

    El mayor poder, hoy, es la valentía de decir ‘no’

    «La lucha de la Humanidad contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido». Es la frase del escritor Milan Kundera que más repite la ecofeminista india, filósofa y doctora en Física Vandana Shiva, un referente mundial en activismo medioambiental y autora de numerosos libros. En el último, se pregunta ¿Quién alimenta realmente al mundo? y afila el lápiz por un ecologismo conectado con los saberes ancestrales que guarda la naturaleza. Durante esta conversación, también aboga por un capitalismo y una democracia de mejor calidad.

    Dehradun es, con probabilidad, la ciudad más inclinada del mundo. Parte de una llanura en las faldas del Himalaya, apenas a 300 metros sobre el nivel del mar, y se encarama a la colina del monte Tiuni, casi cuatro kilómetros más arriba, donde se desperdigan las últimas viviendas. En medicina, se llama simpaticotónicos a quienes, como algunos de sus habitantes, se exponen a cambios bruscos de presión atmosférica. Se les reconoce, entre otros síntomas, por su estado de alerta constante y su hiperactividad. Vandana Shiva nació en Dehradun hace 66 años, y no sería descabellado afirmar que pertenece a este «perfil bioclimático», como lo denomina la ciencia. Hija de una granjera y un guardabosques, su empatía con la naturaleza le vino de serie, pero no se quedó ahí. En 1976, saltó a Canadá y obtuvo el doctorado en Filosofía de la Ciencia por la Universidad de Guelph, y, tres años más tarde, creó la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica, vergel incontenible de proyectos e iniciativas: la difusión de la agricultura ecológica por medio del programa Navdanya, el estudio y mantenimiento de la biodiversidad con la creación de la Universidad de las Semillas, la regeneración del sentimiento democrático (Movimiento Democracia Viva) o el compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista (Mujeres Diversas por la Diversidad). A esas alturas, Shiva ya se autodefinía, tajante, como ecofeminista.

    «Tenemos una democracia falsa que permite ganar elecciones a Trump»

    Su trayectoria la avala: ha escrito más de una docena de libros influyentes con títulos meridianos como Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrolloLa praxis del ecofeminismo: biotecnología, consumo y reproducción o el último −recién publicado−, ¿Quién alimenta realmente al mundo?, y, entre sus muchos asesoramientos para organismos internacionales, destaca el reporte La mayoría de los agricultores en India son mujeres, para Naciones Unidas. También ha dado sapiencia a Gobiernos de India y el extranjero (entre ellos, el español, durante la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, y a organizaciones alejadas de los poderes públicos como International Forum on GlobalizationWomen’s Environment & Development Organization y Third World Network. La revista Time la definió en 2003 como «heroína ambiental de nuestro tiempo» y hoy preside la Comisión del Futuro de la Comida, asentada en Italia. Shiva se llama como el dios hindú de la destrucción, que tenía cuatro brazos. En el primer atributo, esta filósofa no coincide en absoluto; en el segundo, con creces. Da la impresión de que tuviera un sinfín de extremidades para hacer tantas cosas en una sola vida. El ecofeminismo es un concepto de finales de los setenta, nombrado por primera vez por la socióloga francesa D’Eaubonne, para referirse a la conexión ideológica que existe entre la explotación de la naturaleza y la de las mujeres, en un sistema dominado por hombres. Hoy, es una definición asimilada y extendida por todos los ámbitos del pensamiento. La conversación con Ethic comienza en este punto. «Las mujeres son las parteras de la agricultura. El capitalismo patriarcal y el colonialismo son hambre, malnutrición, depravación. Para que la gente tenga alimentos reales y para que los agricultores puedan cultivarlos de forma libre, el sistema tiene que cambiar. Y, si no cuidamos el planeta, perderemos el lugar donde cultivar los alimentos».

    «Estamos llenando el planeta de tóxicos y plásticos, lo cual genera violencia»

    Los puntos de vista de Shiva son siempre universales. Los problemas de nuestro tiempo no son solo los de los más desfavorecidos: «El ecofeminismo es ubicuo, porque significa lo mismo en Occidente que en el Tercer Mundo. Es fácil darse cuenta de que la naturaleza no está muerta ni es inerte, algo que, después de dos siglos de auge del carbón y el petróleo, este tipo de capitalismo que se practica nos ha hecho creer. Es tristemente comprensible: al final, si la naturaleza está muerta, hay más material fósil que extraer. Pero no, la naturaleza está viva y, por fortuna, fuera de los mercados. Los científicos se dan cuenta de eso: el sistema está vivo, las semillas, la tierra, las abejas y los insectos. La naturaleza es fascinante y tiene una inteligencia increíble. ¿Cómo encuentran las rutas de migración los pájaros, por ejemplo? Todo lo que tenemos viene de la capacidad productiva de la tierra». En este punto de la conversación, la filósofa llega a una conclusión concluyente: «Las mujeres han sido catalogadas como el segundo sexo pasivo. Se ha declarado que no trabajamos porque tenemos que estar en casa y cuidar de los hijos y hacer la comida, cosas que no están consideradas como un trabajo que produce beneficios para este sistema. En realidad, se considera que los dos elementos más importantes de nuestra vida, como son la tierra y las mujeres, no producen nada. Esa creencia es la que nos ha llevado a la crisis. Ante todo, la ecológica, donde vemos que se están extinguiendo las especies, que desaparece el agua y aparece la desertificación. Estamos llenando el planeta de tóxicos y plásticos, lo cual genera violencia. Reconocer las capacidades de la naturaleza y de las mujeres introduce la posibilidad de que exista un sistema no violento de prosperidad y bienestar para todos. Esto es algo necesario para el futuro».Vandana-ShivaDefensora de la exclusividad seminaria de las mujeres y la tierra, Shiva reclama que a esta última se le está despojando, cada vez más, de ese derecho. O, al menos, de ejercerlo a su ritmo. A un ritmo natural. «La comida de los supermercados no es comida, son productos que se parecen a los alimentos. Están absorbiendo el comercio local desde hace diez años, desde que existe la globalización. No es una batalla perdida todavía, por suerte. Incluso en España hay tiendas locales. En mi país, India, hay alimentos en todos los lugares, asequibles, frescos, diversos, nutritivos. Pero he visto cómo, ley tras ley, esto ha ido cambiando. Para mí, los alimentos son una cuestión democrática. A eso lo llamo ‘democracia de la tierra’. Porque ahora tenemos que trascender ese antropocentrismo que va codo con codo con la dominación de la naturaleza. Cuando asumimos que somos parte de ella, aprendemos de qué va todo esto», explica. Su activismo empezó desde una pequeña localidad del Himalaya y lo extendió a todo el mundo sin la facilidad de las redes sociales. Hoy, Shiva no subestima su poder, pero lo observa con tiento: «Sirven, como se ha demostrado, para denunciar tanto los casos de acoso [algo que ha hecho el movimiento #MeToo] como el caos climático del que hablo en mi libro. Pero he visto muchas mentiras fabricadas en las redes sociales. Lo vi en las elecciones de Trump con Facebook. Tenemos una democracia falsa que permite ganar elecciones a alguien como él. En lo que verdaderamente creo es en el poder real que tenemos para actuar con base en la solidaridad. La humanidad tiene potencial. Y sí, Internet y las redes sociales pueden tener un rol importante, pero no pueden ser un sustituto de las personas físicas, reales, actuando colectivamente en las calles».

    «Internet y las redes sociales pueden tener un rol importante, pero Facebook no debe sustituir al activismo en la calle»

    La doctora se remite a una frase que repite con frecuencia: «La tecnología se está convirtiendo en una nueva religión». Y la explica: «Hoy en día, las religiones son impotentes. El peligro es el uso político, no ya de la religión, sino de la fe. La fe puede ser privatizada. Antes era distinto. Cristóbal Colón tuvo poder para colonizar otras tierras con la voluntad del Papa y ahí la religión se usó para conquistar. Pero la religión nunca ha tenido el poder de destruir los sistemas de la tierra ni de ir a las entrañas de los sistemas climáticos, de las especies en peligro de extinción o de la propagación de los tóxicos. Hablemos, ahora, de la tecnología. Cuando reconoces que es una herramienta, tú decides si quieres usarla para proteger la tierra y en beneficio de la sociedad. Con frecuencia, la tecnología está restringida en mi país, porque destruye trabajo. En India, ciertas industrias nunca van a ser mecanizadas, porque dan empleo a millones de personas. Hay que considerar todos estos asuntos. Cuando la tecnología empieza a ser aupada hacia un altar, lo primero que hace el establishment es controlarla, porque esto significa controlar también la democracia». El alegato contra el exceso de poder de ciertas empresas es inevitable: «Algunas se comportan como si no existieran leyes ni democracia. ¿Cómo se puede controlar a los que controlan el mundo? En primer lugar, entendiendo nuestros propios poderes, nuestras propias fortalezas y los límites que podemos poner. En mi país, en mi tierra, el instrumento más potente que existe es el poder de la gente que dice no. Cuando Gran Bretaña nos obligó a cultivar algo que no queríamos, no lo hicimos. Cuando nos forzaron a base de impuestos y tasas, las mujeres se levantaron y les dijeron: ‘Preferimos morir antes que daros nues- tro arroz’. Además, ese momento coincidió con la grave hambruna en Bengala, en la que murieron dos millones de personas. Esto fue en 1942». Shiva concluye con una aseveración contundente: «Ese es el poder que me interesa, el poder de decir no. Es el poder de la desobediencia civil. Cada vez que digo no al poder corporativo, estoy limitando el poder. Es lo que hemos hecho con las semillas en los últimos 30 años. Cuando Monsanto nos dijo que sería dueña de cada semilla a través de los organismos genéticamente modificados y las patentes, supimos que teníamos que protegerlas. Teníamos que asegurar que todas y cada una de las semillas estuvieran en manos de los campesinos. Hoy puedo decir, sinceramente, que, 30 años después, la de Monsanto es una voz marginal entre la población».

    Toda la información e imágenes son de Ethic.
    Link original: https://ethic.es/
  • 13 Audicuentos de mujeres científicas

    Durante los últimos años nos hemos dado cuenta de la importancia de la escritura y la ciencia hecha por mujeres. Históricamente se ha invisibilizado el trabajo de muchas mujeres que han aportado de manera contundente al avance de la humanidad, las artes y las humanidades.

    Por eso, queremos que ahora este tipo de aportes sean más accesibles y fáciles de digerir para las nuevas generaciones. Es por eso que a través de 13 audicuentos que exploran la vida y obra de 13 mujeres científicas, tus hijas e hijos podrás enterarse de la importancia de las mujeres y sus aportes en la cotidianidad de nuestras sociedades actuales.

    Como homenaje a 13 de las más grandes exponentes de las mujeres en la ciencia, te dejamos esta información.

    Esto desde luego no es exclusivo para las más y los más pequeños, ya que de seguro a los adultos podemos aprender de manera didáctica.

    Estos clips de audio han sido creados por la emisora Radio Voz de España como un proyecto de reconocimiento a las mujeres.

    Para reproducir los audios, por favor haz clic en los nombres que dejamos a continuación:

    Capsula  1: Marie Sklodowska-Curie y los paseos radiactivos en bicicleta

    Capsula 2: Rita Levi-Montalcini y el espionaje de cerebros de pollo

    Capsula 3: Rosalind Franklin revela hélices-hélices con rayos XX

    Capsula 4: Christiane Nüsslein-Volhard y su amiga la mosca Drosophila

    Capsula 5: Elizabeth Blackburn y los cordones en los zapatos de los cromosomas

    Capsula 6: Linda B. Buck y en olor de los manzanos de su abuela

    Capsula 7: Françoise Barré-Sinoussi y el plagiador de libros

    Capsula 8: Molly Stevens y la fábrica de huesos

    Capsula 9: Pascale Cossart, los ratoncitos humanizados y el cultivo de bacterias

    Capsula 10: María Vallet-Regí y las jaulitas de cerámica

    Capsula 11: Margarita Salas, la detective de virus y los ladronzuelos de información genética

    Capsula 12: María José Alonso y los submarinos farmacéuticos

    Capsula 13: María Manuel Mota y las melodías del desierto 

    Toda la información e imágenes son de Trabajo Humanitario.
    Link original: https://trabajohumanitario.org/