El acoso sexual en las discotecas es un tema que preocupa a las mujeres. Cada vez más se denuncian públicamente situaciones incómodas con desconocidos, hechos que desde el feminismo se están destacando también con el acoso callejero o el ciberacoso.
Pero en cuestiones de espacios públicos, la tecnología comienza a desarrollar sistemas de protección. La última innovación llega desde Edimburgo. La estudiante Beatriz Carvalho ha puesto en marcha una pulsera negra que alerta de situaciones de angustia.
El prototipo muestra cómo esta pulsera está vinculada a una app en el móvil, de manera que los amigos o amigas pueden estar unidos durante la noche y conectarse antes de salir. Si en un momento determinado una de las usuarias se encuentra incómoda y necesita ayuda, un toque en la pulsera enviará un aviso a estos amigos previamente conectados. Sabrán que necesita ayuda.
En caso de mayor gravedad, un doble toque en la pulsera hará que se ilumine. En este caso el objetivo es que los empleados del local donde se encuentre sean conscientes de esta situación y puedan ayudar a la víctima.
Aunque la pulsera está dirigida a todos los géneros, está muy enfocada al acoso que sufren las mujeres en espacios públicos cerrados. El objetivo, según dijo en la investigación, era crear algo preventivo para ayudar a tener espacios seguros y, sobre todo, educar a la gente a comportarse de otra forma.
«La gente va demasiado lejos por la noche», dice esta estudiante. «Es importante que las personas que acosan no vuelvan a hacerlo», explica, recalcando que es también un proyecto personal porque sufrió acoso en la escuela. «Nadie debería tener miedo de salir».
En México y América Latina se requiere impulsar la capacitación de mujeres ante la demanda de puestos que hay y habrá en las compañías tecnológicas, afirmó la directora Regional de Marketing de GSMA Latin America, Paula Ferrari.
“El trabajo del futuro sabemos que es digital y que va a requerir de habilidades digitales tanto de hombres como de mujeres. Si ya sabemos que esto va a suceder en el corto plazo, con más razón sabemos que se nos va a necesitar como fuerza laboral a las mujeres, y para ello necesitamos estar capacitadas”, apuntó en entrevista con Notimex.
Dijo que por ello se debe promocionar en la región que las mujeres estudien carreras científicas o tecnológicas, para desempeñarse a la par que los hombres en muchas áreas.
“Se debe trabajar en promover el estudio de carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para que las mujeres adquieran habilidades digitales; es muy importante en América Latina más que en otras regiones”, apuntó.
De acuerdo con la directiva, hay esfuerzos para incentivar el estudio de carreras STEM en este sector de la población, sin embargo, consideró que son aislados y si se unen podrían tener un mayor impacto.
“Necesitamos que las mujeres empiecen a interesarse por las carreras tecnológicas, que además sepan y entiendan que sí están en condiciones de estudiarlas”.
Ferrari lamentó que desde la infancia se siga diciendo a las niñas que tienen que jugar con determinados juguetes o que son buenas para unas cosas y para otras no.
“Necesitamos replantearnos de cómo les estamos dando las oportunidades desde muy pequeños a nuestros hijos, y debemos tener una mirada con perspectiva de género al educarlos”.
En ese sentido consideró que hay que trabajar para que desde muy temprana edad se fomente la igualdad y se reconozcan las mismas condiciones y capacidades en términos de estudio de tecnología.
Lamentó también que, aunque hay avances, las mujeres siguen siendo la base de la pirámide en términos jerárquicos en las organizaciones.
A muchas mujeres les cuesta llegar a puestos altos porque carecen de las habilidades y estudios, sin embargo, en otros casos es por los estereotipos que aún persisten.
“El estilo de liderazgo femenino es distinto al estilo de liderazgo masculino, no es mejor ni peor, pero entre los dos hay una complementariedad que puede generar mayores impactos en muchos aspectos”.
De acuerdo con “Conectadas”, organización que busca mayor participación de las mujeres en este sector, en México en promedio sólo 30% de los puestos de trabajo relacionados con telecomunicaciones están ocupados por mujeres.
Además, de 2011 a 2017 va en declive el porcentaje de trabajadoras en estas áreas, y aunque en los últimos trimestres se recuperó, no es suficiente para revertir la tendencia.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau reconoció que el asesinato y la desaparición de mujeres y niñas indígenas en los últimos años es un genocidio.
Una larga lista de denuncias de familiares de mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas desde 1980 motivó la creación de la unidad de Investigación Nacional sobre las Mujeres y Niñas Indígenas Desaparecidas y Asesinadas (INMNIDA) que tras 33 meses concluyó que los casos constituyen un genocidio. Y el primer ministro, Justin Trudeau, lo reconoció como tal.
«La Investigación Nacional presentó formalmente su informe final en el que concluyeron que la trágica violencia que han experimentado mujeres y niñas indígenas representa un genocidio».
Trudeau se comprometió a revisar el informe de 1.200 páginas de la investigación que él mismo ordenó iniciar en 2016 y a partir de él espera poder desarrollar un plan para prevenir la violencia y garantizar la seguridad a las comunidades indígenas.
El reporte atribuyó la violencia al racismo, el colonialismo y el sexismo de larga data, junto con la apatía en la sociedad canadiense. El informe incluye 231 recomendaciones para responder a los elevados niveles de violencia que sufren mujeres y niñas indígenas, ya que el documento revela que la tasa de asesinatos y desapariciones de mujeres indígenas es 12 veces más alta que la de cualquier otro grupo demográfico del país.
A pesar de que la población indígena solo representa un 4,9% de la población total de Canadá, los datos arrojan que entre 2001 y 2015 las mujeres de esta etnia asesinadas eran casi el 25% de todas las víctimas femeninas de homicidio en el país.
«La dura realidad es que vivimos en un país cuyas leyes e instituciones perpetúan las violaciones de derechos fundamentales, en lo que supone un genocidio contra las mujeres, niñas indígenas», dijo la responsable de La Investigación Nacional sobre las Mujeres y Niñas Indígenas Desaparecidas y Asesinadas, Marion Buller, al publicarse el informe.
Toda la información e imágenes son de RFI.
Link original: http://es.rfi.fr/
«¡Cuidado con esa ola grande que viene, usa las piernas!», exclama Gabriella Lazzari mientras sus estudiantes intentan mantener el equilibrio para remar de pie como los gondoleros entre los sugestivos canales de Venecia.
Gabriella forma parte del grupo de unas veinte mujeres, venecianas de nacimiento o de adopción, empeñadas en salvaguardar la antigua tradición de la «voga alla veneta», esa forma única de remar de los venecianos, de pie y mirando siempre adelante.
«Llevamos a nuestros estudiantes a remar para que puedan practicar la navegación en góndola sin chocar con los demás «, bromea Jane Corporal, quien fundó hace ocho años la asociación «Row Venice» para preservar esa técnica ancestral.
«Venecia está ahora llena de barcos de motor, la gente no usa más sus botes pequeños, por ese pensamos que hay que preservar esa tradición, no solo la de remar sino también la de construir una góndola, fabricar remos, la llamada ‘forcola’, todas artes que remontan a varios siglos», explicó.
Lejos de los atestados canales y de los taxis acuáticos, Yezi Jin, un contador de Portland (oeste de los Estados Unidos), ríe a carcajadas al darse cuenta de que con un movimiento de remo mueve la embarcación con la forma de «cola de camarón», como las que aparecen en las célebres pinturas urbanas de Canaletto del siglo XVII.
«Es difícil, me duele la espalda, pero es muy divertido», confiesa la joven de 30 años, mientras que su esposo, con su remo bien agarrado, se concentra para seguir el ritmo.
«Desde aquí se pueden ver todas las islas, es muy diferente a la vista desde el puente de Rialto, con su multitud de turistas», comenta.
«Row Venice» ofrece clases de una hora y media a precios que oscilan de los 85 euros para una persona hasta los 200 euros para un grupo de cinco aprendices de gondoleros.
Cursos profesionales
La mayoría de las mujeres que enseñan la llamada «voga» también participan en cursos profesionales. La asociación «Row Venice» se ha convertido además en patrocinadora de esos eventos.
Australiana de origen británico, pero veneciana de adopción tras 30 años de vida entre los canales, Jane Corporal encontró una manera de luchar en igualdad de condiciones en un deporte y un oficio dominado por el género masculino.
Hoy en día solo hay una mujer gondolera en Venecia y tuvo que pasar duros exámenes para romper el monopolio masculino de nueve siglos.
Ahora es una de las que transporta a algunos de los 20 millones de turistas que cada año visitan la ciudad de los Dux.
«El número de personas que alcanzan el certificado para ser gondolero cada año está controlado por una asociación profesional, un círculo muy cerrado», explica Jane Caporal, quien fue analista financiera en el pasado.
Caporal eligió para sus clases la «batela», una embarcación tradicional de madera, con un fondo plano que casi ya no se produce, por ser muy estable y maniobrable.
«Compré una en un club de remo, estaba fuera de servicio y había sido fabricada por un maestro artesano que había visto ese tipo de barcos de niño», cuenta.
Dispuesta inclusive a desembolsar 14.000 euros por una réplica, tuvo que recurrir a los planos obtenidos en el museo de historia naval para repararla.
«Es un placer lograr que los turistas vivan Venecia desde el agua, explicarles los problemas relacionados con la contaminación o la crecida del agua, la llamada agua alta», admite Gabriella Lazzari.
Algunas lecciones son al atardecer, cuando el sol cae sobre el Gran Canal y la ciudad está más tranquila.
Entre las «calamidades» a las que se enfrenta Venecia, destaca los daños provocados por las inundaciones regulares en las partes bajas de la ciudad, como la plaza de San Marco. Menciona también la abundancia de enormes navíos de crucero.
La maestra aprovecha para contar la historia de los diferentes tipos de embarcaciones que han existido a lo largo de los siglos: las de los «trabajadores», las de los ricos.
La legendaria color oro, que pertenecía a los dogos que gobernaron la República de Venecia hasta el siglo XVIII y en cuyas cubiertas cada año se realizaba la ceremonia de la «Boda con el mar» que confirmaba su supremacía.
«Row Venice» organiza también fiestas en botes en la laguna durante las noches de verano. «Un sueño hecho realidad», comenta Alice Hendricks, de 71 años, los ojos brillantes de emoción tras su primera lección en batela.
La escritora estadounidense Eve Ensler saltó a la fama en los años 90 con la obra de teatro «Los monólogos de la vagina», una celebración poderosa de los cuerpos de las mujeres.
La pieza, representada en más de 140 países, explora historias de mujeres a través de sus experiencias sexuales consensuadas y no consensuadas.
En todos los lugares en los que se ha montado, la obra ha roto tabúes y ha puesto a reír y a llorar al público.
El último libro de Ensler, «The Apology» («La disculpa»), publicado en mayo, es igual de chocante, aunque de una manera muy distinta.
El texto es una carta ficticia escrita por su padre en la que este se disculpa por abusar sexualmente de ella desde que tenía 5 años, y luego físicamente.
En la realidad, él nunca se disculpó y muchos años después de su muerte, Ensler decidió hacerlo por él.
La autora habló con el programa BBC Outlook sobre el impacto que el abuso tuvo en ella.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa obra «Los monólogos de la vagina» ha roto tabúes en todos los lugares en los que se ha presentado.
¿Cómo eras antes de que el abuso empezara?
Tengo algunos recuerdos, me recuerdo siendo feliz, adorando a mi papá.
¿Cómo fue después?
El amor que sentía por mi padre se corrompió. Aunque al inicio no sabía lo que estaba pasando, sabía que había algo malo.
Le estaban pasando a mi cuerpo cosas que yo no decidía que le pasaran, y era mi padre, la persona a la que amaba más que a nada en el mundo.
Así que se sentía al mismo tiempo bien, terrible, mal, se sentían todas esas cosas horriblemente complicadas.
Con el tiempo, llegué a darme cuenta de que era algo que yo no quería. Se sentía invasivo, asqueroso.
Luego, empecé a ver cómo la extraña adoración, la obsesión de mi padre por mí empezó a eclipsar todo lo demás en la familia.
La situación empezó a cambiar cuando, recuerdo, llegó la noche en la que me alejé de él. Fingí que estaba muerta.
Esa noche acabó el abuso sexual. Tenía 10 años.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEve Ensler es activista por los derechos de la mujer.
¿En tu familia sabían la naturaleza de esa obsesión?
Mi hermana y mi hermano claramente no. Pero no sé lo que mi mamá sabía consciente o inconscientemente.
Cuando la confronté años después, sabía de las agresiones físicas.
Pero tiempo después me dijo que yo constantemente tenía infecciones, pesadillas, cambios de personalidad, y luego empezó a recordar cosas como que un tío le había dicho que mi padre era demasiado atento conmigo, empezó a unir piezas.
¿Había alguien que te apoyara cuando eras niña?
Tenía una tía maravillosa, había nanas que me cuidaban, que me trataban con amor.
Creo que esas personas salvaron mi vida.
Tu padre detuvo el abuso sexual, pero que luego te golpeaba horriblemente. ¿Cómo lidiabas con eso cuando eras niña?
Tiene que ver con separarse de uno mismo. Recuerdo que mi padre me llamaba y podía adivinar por el tono de su voz qué tan fuerte iba a ser la golpiza.
Entonces iba a al espejo y me decía «ahora te vas a ir, no vas a estar aquí, no vas a sentir nada de que lo que te haga».
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa autora cuenta que su padre la hacía sentir culpable constantemente.
¿Funcionaba?
Sí. Frecuentemente funcionaba. Gran parte de mi vida ha sido reingresar a mi cuerpo. Regresar a mi cuerpo y ver que es mío.
La separación era un salto imaginativo, que de alguna manera me llevó a la escritura, que es esta idea de crear personajes, de vivir en mi imaginación, un lugar que podía separarme del dolor que sentía constantemente.
¿Cómo se tradujo en tus relaciones esa sensación de no valer nada mientras ibas creciendo?
Escogí mal. Escogí muy mal (risas). Es muy triste decirlo, pero nunca sentí que mereciera que alguien me amara.
Siempre fui segunda para mi padre. Estaba mi madre y después yo.
Nunca imaginé a ningún hombre o mujer (porque he estado con los dos) que quisiera estar solo conmigo.
Siempre era la segunda persona con la que estaban, ya sea que estuvieran casados, que yo fuera la aventura o la amante.
Creo que siempre nos inclinamos hacia las personas que son como nuestros abusadores. Tenemos la absurda fantasía de que los vamos a cambiar, que vamos a cambiar nuestra historia. También porque es tremendamente familiar.
Nunca elegí a las personas que sí me amaban, porque me aterrorizaban. La única vez que había tenido amor de niña, había sido traicionada.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEve Ensler lamenta que hasta ahora no haya escuchado a ningún hombre pedir disculpas auténticas por los abusos contra las mujeres.
¿Recuerdas haber querido de niña que tu padre se disculpara?
Constantemente le escribía cartas (pidiendo) disculpas y la razón era que él me hacía sentir culpable. «Lo siento» era mi segundo nombre.
Pero también había una parte de mí que creía que si pedía perdón lo suficientemente fuerte, él haría lo mismo.
¿Qué crees que hubieras conseguido?
Muchas cosas. Me hubiera liberado de sentir que yo era la única mala en nuestra relación.
¿Por qué crees que nunca estuvo cerca de pedir disculpas?
Porque mi padre creció en una época en la que los hombres nunca se equivocaban.
Era el director ejecutivo de una compañía, de mi familia, siempre tenía la razón.
La idea de disentir de mi padre era un crimen.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionDespués de abusar sexualmente de ella, el padre de Ensler empezó a golpearla.
¿Cómo te sentiste cuando murió?
Fue muy raro porque aparentemente mi padre había estado muy enfermo por un largo tiempo, tenía cáncer, y mi madre nunca me llamó para decirme.
Fui a ver a mi mamá unos días después de la muerte de mi padre y entré a su armario, encontré un suéter, lo olí y dije «bueno, este va a ser nuestro cierre, con tu suéter, esto es lo más cerca que voy a llegar de decirte adiós».
¿Qué sentí con su muerte? No mucho. Me sentía entumecida.
No estabas del todo molesta con él…
Creo que me tomó años entender la magnitud de lo que mi padre me había hecho. Creo que esto vale para cualquier sobreviviente.
Recuerdo una día cuando estaba en la universidad, tomando con unos amigos, cuando hablé bromeando sobre una vez que mi padre me estaba golpeando y le dijo a mi madre que le llevara un cuchillo de cocina para apuñalarme.
Mi madre salió de la habitación, pero afortunadamente no volvió.
Recuerdo reírme de esta historia, pero mis amigos se quedaron callados y dijeron «¿qué?».
Fue la primera vez que recibí una apreciación del mundo, de lo insano y extremo que era esto, y me aterrorizó.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLos abusos de su padre hacían que Ensler sintiera que ella no valía nada.
¿Escribir «The Apology» fue como una terapia?
Cambié el marco de la historia. Mi padre pasó de ser un monstruo monolítico a ser alguien que pide perdón, un ser humano frágil y dañado.
En ese sentido, fue increíblemente liberador.
Puedo decirte que probablemente conozco a mi padre mejor de lo que él se conocía a sí mismo.
¿Qué razones descubriste que tuvo para su comportamiento?
Mi papá había sido adorado, pero la adoración no es amor. Esa idealización reprime atributos humanos como la debilidad, vulnerabilidad.
Cuando estos sentimientos afloraban en mi padre, él los enterraba, porque no quería decepcionar a la gente que lo había idealizado, y eventualmente hicieron metástasis.
Creo que eso es lo que le hacemos esto a los hombres. No les permitimos ser seres humanos y esto les causa pérdida de empatía.
¿Qué te llevó a escribir este libro ahora?
Los últimos 21 años he estado en un movimiento contra la violencia contra las mujeres y he escuchado las peores historias en todo el mundo.
Ahora con el movimiento #MeToo, me pregunto ¿dónde están los hombres? Nunca he escuchado a ningún hombre pedir unas disculpas auténticas, profundas y públicas.
Si los hombres no empiezan un proceso de disculpa, ¿cómo va a terminar esto?
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa escritora dice que ahora se siente en paz con sus padres.
¿Sientes que tu padre te ha pedido perdón a través de este libro?
Definitivamente.
¿Aceptas sus disculpas?
Siento que cada pedazo de mi rencor se ha ido, ya no lo siento, y en ese sentido, mi papá se ha ido también.
¿Arreglaste la relación con tu madre?
Sí, luego de que mi padre murió. Tuvimos unas confrontaciones, en las que admitió su parte de culpa, se disculpó, y ahora estoy muy en paz y creo que ella está en paz conmigo.
¿Ahora te sientes en paz con tu madre y tu padre?
Sí.
Es buena sensación.
Es mucho mejor que no estar en paz, eso te lo puedo asegurar.
Nike ha comenzado a incluir maniquís que representarán muchos tipos de cuerpos, incluídos los de tallas grandes.
Los primeros fueron colocados en una de sus tiendas más grandes, en Londres.
«Para celebrar la diversidad y la inclusión del deporte, el espacio no solo celebrará a los atletas locales de élite a través del contenido visual, sino que también mostrará los maniquíes Nike plus size y para-sport por primera vez en un espacio comercial», informó Nike a través de un comunicado.
Se sabe que por ahora solo se encuentran en NikeTown, en un piso entero dedicado a mujeres, pero esperamos que lleguen a todas.
Y es que sí, las gordas hacemos ejercicio
Breaking: las gordas hacemos ejercicio.
Siempre he estado gorda. A veces más y a veces menos, pero nunca en «mi peso ideal».
Y era como un mal chiste que la recomendación siempre fuera dieta y ejercicio, pero cuando quería comprar ropa para hacer el tal ejercicio, no había de mi talla.
Como si solo las personas de talla 10, o menos, se ejercitaran y quisieran llevar una vida más activa. Como si después de la talla 12 ya no existieras.
Lento y con frustración, los tiempos están cambiando. De a poco, el movimiento body positive ha conseguido visibilizar todo tipo de cuerpos sin importar tamaño, edad, etnia, condición médica.
Ahora, cuando vaya a comprar ropa deportiva, no solo voy a encontrar ropa de mi talla; por fin voy a darme una idea de cómo podría quedarme la ropa porque ese nuevo maniquí se parece un poco más a mí.
La variedad de cuerpos es tan infinita como el número de personas que existimos.
Nike entendió que las gordas hacemos ejercicio y ni siquiera tiene que ver con perder peso, sino con vivir activas y felices.
Con una adaptación de “La Llorona”, canción que fuera popularizada por Chavela Vargas, músicos y animadores buscan visibilizar los feminicidios en México.
“Ser mujer es un delito, Llorona, con sanción bien definida. Te agarran cuatro canallas, Llorona, y te arrebatan la vida», dice la adaptación —escrita por el periodista Pedro Miguel— cuya interpretación y arreglos musicales corrió a cargo del grupo holandés-mexicano Snowapple.
Cinthya Martínez, integrante mexicana de la banda, asegura que el grupo, liderado por Laurien, holandesa y vocalista, decidió adaptar “La Llorona” por la cercanía de la canción con los mexicanos.
“Retomamos esta canción porque es un símbolo; además de ser una mujer que ha perdido a alguien, a sus hijos, es una canción que está súper integrada en el inconsciente colectivo”, explica Cynthia en entrevista con mexico.com.
“Yo soy mexicana, padezco el miedo cotidiano de ser mujer”, agrega la música, quien señala que con “La Llorona” se busca visibilizar un problema ante el que todos callan: la violencia de género.
La animación de “La Llorona” fue hecha por 12 artistas visuales dirigidos por Adriana Ronquillo, quien asegura que con este trabajo se busca hacer consciencia social sobre los feminicidios y la falta de justicia en México.
“A mí me encargaron hacer el video del sencillo, y yo les propuse en lugar de hacer un videoclip hacer una pequeña animación que fuera en sí misma una pieza de arte, que pudiera correr autónomo y que le daría más potencia”, explica Ronquillo en entrevista.
La adaptación de la famosa canción mexicana es el primer sencillo del proyecto de Snowapple con el cual se busca visibilizar a las mujeres.
Por ello, la banda y los artistas visuales decidieron hacer una gira para presentar “La Llorona”, animación que fue proyectada el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en la Cineteca Nacional.
“Además de que exponemos el sencillo y la animación, estamos armando mesas de discusión, entonces así podemos reunir todos los factores, tanto musical como visual, político, a las mamás de las desaparecidas y especialistas legales”, explica Ronquillo.
El proceso de animación duró alrededor de seis meses, la producción se realizó tanto en México como en Holanda y la edición corrió a cargo del diseñador Daniel Ortiz.
Cada día, nueve mujeres y niñas son asesinadas en México y, de acuerdo con cifras oficiales, los feminicidios se triplicaron de 2015 a 2018.
Nunca es tarde para aprender, como lo demuestra la mexicana Lupita Palacios, quien a sus 96 primaveras decidió recuperar el tiempo perdido y retomó sus estudios para aprender a leer y a escribir. Gracias a ello, obtuvo el mes pasado el título de secundaria que muestra con orgullo.
La curiosidad por saber qué decían los titulares de los periódicos y los libros la impulsó a salir del analfabetismo, cuenta Lupita, quien recibió la ayuda del Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos, organización que la motiva para que siga ampliando sus estudios.
«Ahí buscaba cualquier cosita, mirando si lo podía descifrar», explica ojeando un periódico local del suroriental estado de Chiapas, donde reside. «En seis meses saqué mi secundaria, todo eso a mí me ha motivado a querer saber, leer, escribir y servir», añade entusiasmada.
Lupita, originaria de la comunidad indígena Vicente Guerrero, del municipio chiapaneco de Ocozocoautla, es la mayor de cinco hermanos y no tuvo la oportunidad de asistir a la escuela con regularidad durante su niñez hace casi un siglo.
Sus padres consideraban «que la escuela era una pérdida de tiempo» y a ella le daba «flojera (pereza)»; por ello pasaba gran parte del tiempo jugando «arriba de los palos (árboles)» y acabó abandonando los estudios.
Desde joven trabajó como comerciante y empleada doméstica, y fue una de las fundadoras del Mercado Cinco de Mayo en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas.
«Estudiando puedo aprender la historia de México. La historia de Chiapas ya la he vivido en persona: los sufrimientos, los fracasos, la pobreza», explica sentada en el sofá naranja del humilde salón de su casa.
«No vaya usted a creer que aquí en Chiapas se vive en la gloria. Aquí hay que moverse a trabajar para que uno pueda tener para la papa (para comer)», añade al hablar sobre uno de los estados más pobres de México.
El camino de Lupita por la vida no ha sido fácil. Hoy vive solo en compañía de una de sus nietas con parálisis cerebral en una colonia popular en el sur de Tuxtla Gutiérrez, donde los asesores del instituto educativo la visitan para que no vuelva a abandonar sus estudios.
Le suministran el material que necesita para su aprendizaje, como un libro de ciencias naturales que lee con cierta dificultad mediante unas gafas encima de otras.
A su avanzada edad, también ha aprendido a escribir, un logro que pone en práctica escribiendo relatos en una libreta escolar con una caligrafía que evidencia el temblor de sus manos.
De pelo blanco y una eterna sonrisa esculpida en el rostro, es una inspiración para sus seis hijos y decenas de nietos, bisnietos y tataranietos, que intentan visitarla siempre que pueden.
Su hijo Enrique Vázquez Palacios cuenta que Lupita está muy motivada para seguir estudiando: «Es la más longeva terminando sus estudios de secundaria y dice que quiere seguir estudiando». Con un vestido amarillo y estampado de flores, Lupita cuenta que tiene decidido cursar el bachillerato, que es lo que más la motiva.
«Yo me siento muy bien, como ve. Así como le digo, poquito a poquito voy aprendiendo a ver cómo puedo servir a esta santa tierra a mis 96 años», relata con rostro ilusionado y moviendo un dedo en forma de aprobación.
Cuenta entre risas que «nadie me va a dar trabajo», pero añade convencida que «si me pongo abusada (alerta), sí puedo servir de algo». «La realidad es que yo quiero seguir estudiando, para seguir conociendo la ley de la vida», sentencia Lupita con contundencia.
No son solo los uniformes —azul y el rojo granate— los que identifican instantánea e instintivamente a quienes representan al legendario sistema de juveniles del Barcelona.
También es la forma en la que juegan, cómo les han infundido el estilo del club que es evidente a partir de los resultados que han registrado esta temporada: treinta partidos jugados, treinta partidos ganados, una cantidad de goles que parecería improbable, 329, anotados en una liga conformada en gran medida por equipos de distintas partes de Cataluña.
Solo hay un aspecto en el cual este equipo puede ser marcado como diferente de todas las demás escuadras del F. C. Barcelona llenas de aspirantes que visten el famoso uniforme, que sueñan con seguir los pasos de Xavi Hernández, Gerard Piqué, Andrés Iniesta y todos los demás: este es un equipo de chicas que juegan, y dominan, en una liga de chicos.
Celia Segura, la delantera estrella, anotó 121 goles durante la temporada; más que el doble de quien le sigue en la lista de ese rubro.CreditEdu Bayer para The New York Times
En mayo, FC Barcelona derrotó al Santboià, en la banca, 16 goles a 1.CreditEdu Bayer para The New York Times
Esta temporada, por primera vez, el Barça decidió inscribir a sus equipos femeniles Sub-12 y Sub-14 en las ligas locales varoniles. No es la primera vez que lo hace un equipo español: ha sido la política de los clubes juveniles del Atlético de Madrid desde hace algún tiempo y hace poco el Athletic Bilbao también adoptó la idea.
Las celebraciones después de ganar un torneo en Elche, EspañaCreditEdu Bayer para The New York Times
Instrucciones para las jugadas antes de un partido en febreroEdu Bayer para The New York Times
Laura Martín celebró su cumpleaños con las compañeras de equipo y amistades en un centro deportivo de Sant Boi, Barcelona
Sin embargo, el Barcelona ha quedado tan impresionado con los resultados que, a partir de la próxima temporada, hará lo mismo con su equipo femenil Sub-10. Por supuesto, la motivación es que las jugadoras mejoren: el club cree que exponerlas a un entorno diferente acelerará su progreso.
“Cuando las chicas juegan en ligas varoniles, están más presionadas en sus partidos”, dijo María Teixidor, integrante del consejo del Barcelona que es responsable de las ramas femeniles entre muchas otras cosas. “En verdad las hace desempeñarse mejor”.
Gadea Blanco, del Barcelona, hace tareas escolares en su habitación.CreditEdu Bayer para The New York Times
Los resultados de esta temporada sugieren que las chicas cumplieron de sobra con el desafío: el Barcelona ganó la liga de nivel Sub-12 (la Aleví es como se le conoce en Cataluña) por una diferencia de catorce puntos, tras ganar todos sus partidos. Celia Segura, la delantera estrella del equipo, marcó 121 goles, más del doble que su contendiente más cercano.
Barcelona metió 329 goles en la temporada.CreditEdu Bayer para The New York Times
Tal vez ese éxito generó cierto grado de resentimiento entre los oponentes derrotados, pero Teixidor insistió en que no era el caso. Las reglas de las autoridades del fútbol español establecen que, hasta que los jugadores alcancen el grupo Sub-16, se permite la mezcla de géneros —Teixidor dijo que ahora el club también intentaría tener sesiones de entrenamiento conjuntas con los equipos varoniles y femeniles— y por lo tanto ningún club se ha opuesto a la idea.
Tampoco ha habido amargura de parte de los chicos vencidos. “El efecto ha sido otro”, dijo Teixidor: “A los chicos les ayuda a normalizar que las chicas jueguen fútbol al mismo nivel que ellos. A las chicas les sirve para sentirse empoderadas y que no hay ninguna razón que les impida jugar al mismo nivel”.
Jaume Comellas, uno de los entrenadores del Barcelona, repasa jugadas tácticas antes de un partido en abril.CreditEdu Bayer para The New York Times
Las jugadoras del Athletic Bilbao derrotaron a Lagun Artea en febrero.CreditEdu Bayer para The New York Times
Las futbolistas juveniles del Barcelona no siempre han recibido el mismo apoyo en la búsqueda de su pasión: una recordó que le dijeron que no tenía permitido jugar con niños en la escuela y que una maestra le explicó que el fútbol no era un pasatiempo adecuado para las niñas.
Del mismo modo que el Atlético de Madrid y el Atlético de Bilbao, el Barcelona está invirtiendo cada vez más en el fútbol femenino: intenta reproducir en el desarrollo de las futbolistas los mismos métodos que han producido éxitos tan grandes en el desarrollo de los futbolistas varones. La oportunidad de que las niñas se enfrenten a los niños es tan solo un aspecto de esa estrategia; también quedaron atrás los días en que los equipos femeninos debían entrenar a altas horas de la noche, para no interrumpir el horario de los equipos varoniles.
Jugadores de otro equipo ven a las futbolistas del Barça dejar la cancha después de que le ganaron al Corbera, 12-1, en febrero.CreditEdu Bayer para The New York Times
Lorena Cubo, del Barça, busca el balón.Edu Bayer para The New York Times
Las rodillas de una jugadora del Atlético de Madrid
“Es parte de un llamado mundial de las mujeres a tener igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida”, dijo Teixidor. “Es nuestra responsabilidad como club e institución social aportar a esa causa en lo que podamos. Además, está funcionando: no nos extraña nada que, cuando las mujeres gozan de las mismas condiciones para triunfar que los hombres, tienen un mejor rendimiento”.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son decisivos para la sostenibilidad. Así lo afirma un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicado en 2015 y, una década antes, la ONU ya lo señalaba en su programa dedicado al medio ambiente: “La participación activa de las mujeres y la integración de las cuestiones de género en las políticas y acciones medioambientales son críticas“. Y es que, aunque el papel crucial de las mujeres en el desarrollo sostenible ha sido ampliamente reconocido, las estructuras sociales y las actitudes sexistas siguen perpetuando la discriminación y la desigualdad de género.
Los roles y las responsabilidades que las mujeres desempeñan en muchos países, son fundamentales para conocer mejor los recursos naturales y el medio ambiente, ya que buena parte de ellas trabajan en la agricultura en los países en vías de desarrollo (43%) y son las que mayoritariamente se encargan de cuidar el ganado y de manejar los recursos naturales en general. Según la guía La mujer y el medio ambiente, publicada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente:
Las mujeres, que constituyen la mayoría de los pobres del mundo, desempeñan un papel vital en la gestión y la conservación de la diversidad biológica, el agua, las tierras y otros recursos naturales. Sin embargo, su importancia es a menudo pasada por alto o explotada. De esa manera se desaprovecha una oportunidad de ordenar mejor esos recursos y de lograr una mayor diversidad ecológica y una mayor productividad para el sustento de la humanidad y el desarrollo económico. Además, si bien la degradación del medio ambiente tiene graves consecuencias para todos los seres humanos, afecta en particular a los sectores más vulnerables de la sociedad, principalmente las mujeres y los niños.
Mujeres y niñas son también quienes recogen agua limpia para sus familias y son las que atesoran el conocimiento sobre los bosques, especialmente el relacionado con las plantas medicinales y con aquellas que son comestibles. Por eso, todas ellas son una valiosa fuente de conocimientos y de experiencias relacionadas con la gestión del medio ambiente. Tal y como se recogía en el informeEnergía y promoción de la igualdad de género de la Oficina Global de Género de la UICN:
Como recolectoras primarias de recursos energéticos y como proveedoras y consumidoras de energía, los extraordinarios conocimientos y experiencias de las mujeres las convierten en poderosas agentes de cambio.
A pesar de la implicación que las mujeres tienen en todas estas tareas, sólo un 1% de las que trabajan en el campo son dueñas de tierras –lo que las hace vulnerables y dependientes– y aquellas que realizan largos viajes en busca de agua se exponen a la violencia sexual en el trayecto. Pero es que además, como informa la ONU, son las que más sufren los efectos del cambio climático, por eso, cada vez más mujeres están reclamando poder sentarse en las mesas en las que se toman las decisiones que a ellas les afectan tan directamente. Hasta no hace mucho, las necesidades específicas de las mujeres no eran tenidas en cuenta en los foros ambientales, ni tampoco sus contribuciones ni su visión sobre el tema, algo que por suerte, está empezando a cambiar.
Uno de los estudios más recientes que respaldan la idea de que la igualdad de género es buena para el medio ambiente es el que la Universidad Colorado Boulder ha publicado en la web Nature Climate Change –dedicada a las investigaciones sobre el impacto del cambio climático–, que afirma que cuantas más mujeres hay involucradas en la toma de decisiones sobre los usos de la tierra, estas tienden a inclinarse más hacia la conservación de los recursos naturales. Es decir, que sirven para reducir la deforestación y, por tanto, los efectos del cambio climático.
Las investigaciones han demostrado que las mujeres suelen tener una mayor afinidad hacia el medio ambiente, apoyan las medidas de conservación y están más preocupadas que los hombres por los problemas de desigualdad. Pero como las mujeres se encuentran en una situación de desventaja financiera o están infrarrepresentadas en los órganos de toma de decisiones, no tienen la oportunidad de que sus preferencias se hagan realidad.
Por último, cabría señalar que el proyecto Drawdown –que se dedica a recopilar información para la lucha contra el cambio climático–, publicaba un ranking con las medidas que se deberían adoptar en el mundo entre 2020 y 2050 para frenar el proceso de destrucción del planeta, y situaba la educación de las niñas entre los primeros puestos de la lista. La educación ayuda a las niñas y a las mujeres a tener un mayor control sobre sus cuerpos y una mejor salud reproductiva y, por tanto, a que haya un mayor control de la natalidad. Además, la educación equipa a mujeres y niñas para que puedan hacer frente de forma más efectiva al impacto del cambio climático, siendo mejores administradoras de la comida, la tierra y el agua, incluso en períodos con condiciones extremas o durante los desastres naturales.
Si ya teníamos claro que la igualdad era un aspecto clave de los derechos humanos, ahora sabemos que también es una condición indispensable para conservar el medio ambiente y que puede ser un arma poderosa contra el cambio climático.
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