Desde el inicio de este siglo, el cine mexicano ha experimentado en un constante crecimiento que lo ha llevado, no solo a los festivales más importantes del mundo, también al gusto del público; algo que se había perdido durante la época del videohome y el oscurantismo artístico promovido por el Estado.
Cineastas como Alfonso Cuarón -hoy nominado a múltiples premios Oscar por su película Roma, algo inédito para una producción nacional-; Alejandro González Iñarritu; Luis Estrada; Carlos Carrera y Antonio Serranorompieron con las barreras que escondían a la cinematografía mexicana entre salas multiplex con éxitos de taquilla que se ponían al tu por tu con grandes blockbusters extranjeros.
Después del surgimiento del “nuevo cine mexicano”, llegaron las oportunidades para decenas de jóvenes entusiastas que, gracias a una educación formal o el impulso a la cultura ofrecido por los gobiernos panistas (el surgimiento del estímulo fiscal EFICINE, como máximo ejemplo de ello) lograron figurar en un cada vez más abierto esquema de producción.
Después de eso llegaron a la pantalla directores como Amat Escalante, Carlos Reygadas, Fernando Eimbcke y Gerardo Naranjo, por sólo mencionar algunos. Sin embargo, el establecimiento del cine mexicano como una industria saludable, con más de 100 películas producidas al año, también permitió el surgimiento de un importante movimiento de directoras mexicanas que, gracias a sus incalculables talentos, tomaron por sorpresa el séptimo arte.
Poco a poco surgieron talentos como Mariana Chenillo, directora de la estupenda película Cinco días sin Nora; Yulene Olaizola, responsable del documental Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo; Lucía Gajá, la autora detrás de Mí vida adentro; y Tatiana Huezo, la documentalista salvadoreña naturalizada mexicana que se convirtió en la primera mujer ganadora del Ariel (el máximo premio de la cinematografía mexicana) a Mejor Dirección gracias a su brutal documental Tempestad.
Durante este 2019, la tendencia continuará gracias a cinco directoras mexicanas que estrenarán en salas sus más recientes proyectos. Aquí una lista con todas ellas:
Lila Avilés
La dirección no fue la primera gran motivación de la joven cineasta Lila Avilés, quién este año presentará su aclamada ópera prima La camarista, después de ser reconocida como la Mejor Película en el pasado Festival de Cine de Morelia (FICM).

Avilés, nacida en la Ciudad de México en 1982, estudió artes escénicas en Casa Azul. Tras una serie de trabajos en la actuación, Avilés debutó en la dirección con el cortometraje Dejá Vu, de 2016. Al trabajo, protagonizado porKia Arredondo, le siguió La camarista, cuya idea principal surgió mientras la cineasta seguía a un grupo de camaristas en un hotel de lujo de la Ciudad de México. La cinta ganó el premio del jurado en el Festival de Cine de Marrakech, una mención especial en el Festival de Cine de Palm Springs y fue seleccionada para verse en San Sebastián, Toronto y Estocolmo.
Elisa Miller
La carrera de la joven directora Elisa Miller no pudo haber comenzado de mejor manera. Su primer cortometraje, Ver llover, realizado mientras era una estudiante del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) ganó la Palma de Oro al Mejor Cortometraje en 2007. Además cosechó el Ariel y el premio del Festival de Cine de Morelia en la categoría.

Después de su laureado trabajo, Miller incursionó en el largometraje en 2010 con Vete más lejos Alicia, protagonizada por Sofía Espinosa. Al filme le siguió el documental About Sarah, de 2014; el cortometraje La leyenda del carro rojo, de 2015 y la película El placer es mío, un drama de pareja filmado en el aislado México rural. Recientemente, Miller firmó con la productora Woo Films para llevar a la pantalla la novela Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor.
Claudia Sainte-Luce
En 2014, la joven directora veracruzana Claudia Sainte-Luce conquistó a la crítica y al público con su encantadora ópera prima, Los insólitos peces gato, en la que relataba la genuina historia de solidaridad surgida entre dos mujeres que se encontraban solas ante la adversidad: Claudia (Ximena Ayala), una adolescente solitaria y Martha (Lisa Owen), una madre de cuatro enferma de VIH. La película fue nominada al Ariel a Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Ópera Prima, además de otros tres premios.

Tres años después, Sainte-Luce regresó a las pantallas con el filme La caja vacía, en el que relataba el encuentro entre un emigrante haitiano y su hija. Además Sainte-Luce tomó el rol principal del filme, por el que fue reconocida con una nominación al Ariel a Mejor Actriz. Este año, la realizadora estrenará la cinta Ayúdame a pasar la noche, un drama sobre una familia a punto de quebrarse gracias a las adicciones de la madre y los problemas de sus hijos. En esta ocasión el acercamiento de la directora es diferente, ya que sólo escribió el guión, dejando la responsabilidad de su historia al novel cineasta José Ramón Chávez.
Alejandra Marquéz Abella
Seis años después de filmar su primer cortometraje, la joven cineasta potosina Alejandra Márquez Abella debutó en el cine con el drama Semana Santa, en la que contaba las vacaciones de una familia en formación: Dalí, su hijo de 8 años, y su novio, este último interpretado por Tenoch Huerta.

Tras el estreno de su ópera prima, Márquez Abella se comprometió con un proyecto interesante: llevar a la pantalla grande el libro de relatos Las niñas bien, escrito por Guadalupe Loaeza. Aunque el resto era mayúsculo, la cineasta lo sorteó bien en su cinta, protagonizada por Ilse Salas y Cassandra Ciangherotti, dotando a los personajes de profundidad y humanidad. La cinta se presentó en Toronto, Morelia y estrenará en cines mexicano en marzo de este año.
Catalina Aguilar Mastretta
No es de extrañar que Catalina Aguilar Mastretta, la hija de dos de los autores más leídos en nuestro país —Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín—, tenga habilidades narrativas por arriba del promedio; su primera novela, Todos los días son nuestros, editada por Oceano, es prueba de ello. Sin embargo, la joven también tiene un talento pocas veces visto: el de la dirección.

Como una experimentada cuentista, Aguilar Mastretta ha logrado convencer al público con sus historias en cine, ya sea en Las horas contigo, un pequeño drama sobre una hija que se enfrenta a la muerte de su abuela mientras lidia con el abandono de su madre y la posibilidad de que ella misma se convierta en una próximamente, o en una comedia romántica del tamaño de Todos queremos a alguien, filmada entre México y Estados Unidos. En este 2019, Aguilar Mastretta se enfrentará a un reto diferente: codirigir un blockbuster basado en una historieta mexicana. Con Cindy la regia, basada en las tiras cómicas creadas por Ricardo Cucamonga, la realizadora abordará otro aspecto de la creación cinematográfica. Acostumbrados por su trabajo, sólo podemos esperar que lo hará muy bien.
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