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  • La ingeniera mexicana que dirige una universidad en Inglaterra

    “Si yo tuviera mi propia universidad, no habría calificaciones, los estudiantes crearían tecnologías para ayudar a niños en hospitales o para beneficiar a la sociedad y la carrera de ingeniería tendría la misma cantidad de hombres que de mujeres”. Ese era el sueño de la mexicana Elena Rodríguez Falcón, pero nunca imaginó que lo haría realidad en Inglaterra.

    Elena dirige la creación de una nueva universidad en Hereford, una ciudad inglesa. En septiembre de este año, recibirán a sus primeros 50 estudiantes que obtendrán el grado de ingenieros con la metodología que Elena soñó, y por la cual ha sido reconocida por la Real Academia de Ingeniería de Reino Unido.

    La mexicana empezó a dar clases en Sheffield, otra universidad de ese país, cuando un profesor dejó su plaza. En un curso les pidió a sus estudiantes desarrollar un proyecto para ayudar a Kiron, un niño de 11 años con parálisis cerebral. “No podía hablar, moverse o escribir, que era lo que él quería. Los muchachos se apasionaron muchísimo para ayudarlo y desarrollaron un prototipo para que pudiera realizar esas actividades”.

    Posteriormente trabajaron con el hospital de niños de esa ciudad, ayudando a quienes tenían ‘huesos de cristal’, es decir, que se fracturan con facilidad. “Mis alumnos diseñaron un aparato para ayudarlos a caminar. Este producto lo aprobaron médicamente y ahora está en todas las instituciones médicas de Estados Unidos”.

    Su presente está a más de ocho mil kilómetros de distancia de donde ella nació. Professor Rodríguez Falcón, como le dicen en Inglaterra, creció en una familia tradicional de los años 70 en Monterrey. Su mamá era ama de casa y su papá empezó trabajando como ayudante en un departamento de compras.

    Elena estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma de Nuevo León. “No soy una persona que venga de clase rica, que haya tenido dinero, que haya estudiado en universidades privadas. Toda mi vida ha sido trabajo”.

    Cuando Elena empezó a buscar empleo se dio cuenta de que en muchas empresas preferían trabajadores varones. “El anuncio decía: ‘buscamos ingeniero mexicano, género: masculino’. Le dije a mi mamá: voy a aplicar; y ella me dijo: pero es sólo para hombres. Recuerdo que tenía una furia en el estómago”.

    La ingeniera no desistió y mandó su currículo. “Me dieron el trabajo porque yo demostré que tenía las mismas capacidades”. Por eso, para ella es muy importante «tener 50% mujeres y 50% hombres” en la nueva institución.

    En México, el porcentaje de mujeres que estudian una carrera en ingeniería es de menos del 30%. Sin embargo, el promedio está por arriba de Inglaterra, donde menos del 20% de ellas eligen una carrera vinculada a este rubro, de acuerdo con la UNESCO. A nivel global, sólo el 28% de los investigadores del mundo pertenecen a este género.

    Elena llegó a Inglaterra para estudiar una maestría. Unos meses antes de que se acabara su beca, aplicó para una oferta laboral en Sheffield.  Aunque tuvo que competir contra muchos nativos nunca se sintió menos capaz. “No quiere decir que porque él sea inglés y yo sea mexicana, y él hombre y yo mujer; él sea mejor. Es el coraje, la actitud, la valentía, la que hace la diferencia. Y yo creo, de corazón, que en México hay un montón de eso”.

    Al principio, le ofrecieron un trabajo temporal por un año. “Empecé a dar clases, como me las habían dado en Monterrey; y aquí, en Inglaterra, se daban igual. Pero yo me di cuenta de que a pesar de haber sido una buena estudiante, yo me sentí un ingeniero hasta que entré a la industria”, por eso la mexicana se acercó a los hospitales y buscó clientes que requirieran los servicios de sus estudiantes.

    Elena dice que ella nunca buscó aprender a enseñar, sino aprender a aprender. Por esa razón, su alma mater en Nuevo León, le otorgó el doctorado Honoris Causa en Ingeniería. La profesora forma parte del consejo de esta institución y estaba de visita cuando recibió la noticia de que había sido seleccionada para presidir la nueva escuela en Hereford.

    “Yo no tenía un plan. Sólo estaba disfrutando del trabajo que estaba haciendo. Yo no me consideraba una académica como los británicos, más bien, me considero una educadora. Creo en una educación que refleje la realidad en el medio de trabajo”.

    Luchar por la diversidad

    Para Elena la diversidad es algo natural y se enorgullece de crear una escuela que rompe con los paradigmas de las aulas tradicionales. En su vida personal, también tuvo que disrumpir con sus creencias y la de sus padres.

    La mexicana estuvo casada por ocho años, antes de ‘salir del clóset’. “Concluimos que no estaba bien para ninguno de los dos, y tuve la oportunidad de ser yo misma”. Aunque Elena enfatiza que creció en una familia donde siempre tuvo mucho apoyo, reconoce que fue un contexto religioso, donde había expectativas que cumplir. “Yo crecí en una familia muy normal mexicana”.

    Cuando le contó a su padre sobre su orientación sexual lo primero que le dijo fue “¿Qué van a decir tus compañeros? Te va a afectar tu trabajo”. Sin embargo, Elena dice que ella nunca ha sido discriminada. “Yo pensé que iba a haber discriminación como gay, y no fue. Como mexicana, y no fue. Como mujer en la ingeniería, y no fue. Y no fue, porque yo no me presento de esa manera. Hay gente que tiene ese sentido de superioridad, pero sólo funciona si te sientes inferior”.

    El 56% de las personas se encuentran “en el closet en el trabajo”, es decir, esconden su preferencia sexual en el ámbito laboral. Muchas veces lo hacen por recomendación de sus propios jefes; de acuerdo con la “Encuesta Diversidad y Talento LGBT en México” publicada este año por la ADIL, una agrupación que promueve la inclusión y respeto hacia las personas LGBT, en conjunto con la CNDH. En su primera encuesta, publicada cuatro años atrás, reportó que una de cada tres personas LGBT han sufrido discriminación en el trabajo.

    Por el momento, la mexicana, que también da charlas sobre sexualidad y diversidad en Reino Unido, está buscando patrocinadores para poder hacer crecer su escuela y ofrece ponerle el nombre del donador a la institución. “Yo quiero que 100 años después, cuando esta universidad sea famosa, alguien diga ‘una mexicana lo hizo’. Para que todos los mexicanos que piensen que no pueden, digan sí, sí se puede”.

    Toda la información e imágenes son EL UNIVERSAL
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx

  • Por esas mujeres que escribieron, que escriben y que escribirán a pesar de todo

    Mi hábito de elección de futuras lecturas puede resumirse en una característica muy concreta: pequeñas obsesiones. Si echo un vistazo a mi lista de lecturas de 2018 puedo verlo muy fácilmente: señoras inglesas con problemas de herencias, pasiones y horizontes demasiado alejados de sus modestas posibilidades (Jane Austen y Charlotte Brönte), novelas de aprendizaje que no me mandaron leer en el instituto porque, al parecer, en los colegios no conocen vida más allá de Salinger (‘Nada’ de Laforet, ‘Con rabia’ de Lorena Mazzetti o ‘Fruta prohibida’ de Jeanette Winterson) o, por supuesto, locas del ático.

    Algunas de estas pequeñas obsesiones duran más que otras pero, por norma general, cada vez que encuentro una nueva llega para quedarse. Existe una categoría a medio camino entre la novela de aprendizaje y la novela íntima de autoexploración de la autora a la que recurro año tras año. Aquí podrían incluirse ‘La campana de cristal’ de Sylvia Plath, ‘Paseando con hombres’ de Ann Beattieo ‘Los ojos vendados’ de Siri Hustvedt. Y esta obsesión tan mía a veces me lleva a querer leer absolutamente todo lo que pueda encontrar sobre un escritor en concreto. Así fue como hace dos o tres años me obsesioné con Siri Hustvedt y, además de leer casi todas sus novelas, leí unas cuantas entrevistas.

    Esto es lo que rezaba un artículo sobre ella publicado en El País en el año 2003: «La mujer de Paul Auster presenta novela y asegura que la pintura va más lejos que las palabras». En otro artículo, este de 2017, donde el periodista entrevistaba a la escritora por la publicación de su nuevo ensayo de corte feminista, podemos leer: «Entre las proteicas lecturas del libro, la esposa del escritor Paul Auster (etiqueta no muy de su agrado) intenta ser puente entre los que creen indiscriminadamente en la tecnología y los que están encerrados con el arte».

    El acto de dejar en tinta la relación de una escritora con los hombres a su alrededor no es algo que le suceda únicamente a Hustvedt. En el año 2016, la editorial Grácena, tuvo la poca fortuna de celebrar el centenario de Elena Garro, una de las madres del realismo mágico, y la publicación de ‘Reencuentro de personajes’ con una faja que la describía de la siguiente forma: «Mujer de Octavio Paz, amante de Bioy Casares, inspiradora de García Márquez y admirada por Borges». Cuatro hombres, ni más mi menos.

    A menudo, ni siquiera es necesario que una autora o un autor tengan relación: en 2017, la editorial Funambulista publicó la ópera prima de la autora japonesa Kaori Ekuni, ‘Luz brillante’, por la que recibió el Premio Murasaki Shikibu en 1992 y se convirtió en un éxito internacional, con una adaptación al cine en Japón y una serie de televisión en Corea del Sur. ¿Cuál fue la manera de presentarla en nuestro país? Con una faja que la describía como «la Murakami femenina». Como alguien comentó a través de Twitter, podrían haber puesto simplemente «Murakami pero con tetas».

    Y si echamos la vista atrás descubriremos que Mary Shelley, autora de ‘Frankestein’ era «amiga de Lord Byron» o Edith Wharton, autora de ‘La edad de la inocencia’, que ganó el prestigioso Pulitzer y fue la primera mujer nombrada Doctor Honoris Causa en la Universidad de Yale, fue «discípula y amiga de Henry James».

    No es que estas relaciones carezcan de interés e incluso de morbo para cualquier aficionado a la lectura, es que el medir a todas estas autoras basándonos en sus relaciones masculinas y en la aprobación de los hombres que pululaban alrededor, parece querer recordarnos constantemente que, al final, una escritora nunca es válida por sí misma.

    En ‘Cómo acabar con la escritura de las mujeres’, un ensayo magistral que desgrana todas aquellas técnicas que, de manera más o menos consciente y con mayor o menor mala fe, han servido para ignorar o menospreciar a todas aquellas mujeres que decidieron escribir, la autora Joanna Russ llama a este fenómeno ‘falsa categorización’. Es decir, categorizar incorrectamente a artistas mujeres como esposas, madres, hijas, hermanas o amantes de los artistas masculinos.

    Otra de mis pequeñas obsesiones literarias me llevó a Italia. En concreto, a Elena Ferrante y su fabulosa tetralogía sobre dos amigas creciendo un barrio pobre de Nápoles durante el pasado siglo. Mi obsesión por Ferrante también traspasó su obra y fue al intentar conocer más a la autora cuando descubrí que escribía bajo seudónimo, que Elena Ferrante no existe como Elena Ferrante y que eso trae de cabeza a muchos críticos y periodistas en Italia y en otras tantas partes del mundo.

    Imaginaréis cuáles fueron las primeras conjeturas de la crítica en torno al anonimato de la autora y la gran calidad de su obra: Elena Ferrante es, sin duda alguna, un hombre… porque algo tan bueno no ha podido escribirlo una mujer. Más tarde, se insinuó que Elena Ferrante no era una sola persona, sino posiblemente una colaboración entre un hombre y una mujer.

    Elena Ferrante ha sido castigada por elegir el anonimato: en 2016, el periodista Claudio Gattipublicó un extenso reportaje en el que supuestamente desvelaba la verdadera identidad de la autora, basándose en diversas transacciones bancarias de su editorial italiana.

    Pero Ferrante no es la única escritora en escoger un nombre ficticio: Jane Austen publicó ‘Orgullo y prejuicio’ con el nombre de «una dama». Y, por lo general, históricamente, muchas escritoras decidieron hacerse pasar por escritores para hacerse un hueco en el mundo editorial y poder vender más libros: las hermanas Brontë fueron durante un tiempo los hermanos Bell, el verdadero nombre de George Eliot fue Mary Ann Evans, Louisa May Alcott fue A.M Barnard y, ya en este siglo, la prolífica Joanne Rowling prefirió ser sencillamente J.K.

    Ser mujer y escribir no ha sido una tarea sencilla. El anonimato puede evitar determinadas críticas y ataques personales cuando te conviertes en una de las escritoras más exitosas de Italia… siempre y cuando te permitan mantenerte en el anonimato y no te obliguen a salir a la luz.

    Y presentarte al mundo en masculino puede evitar determinados prejuicios por parte de editores, críticos y público, que cuando tenían en sus manos un libro firmado por una mujer inmediatamente hacía arquear cejas y adquiría el adjetivo de «sentimental».

    La negación de la autoría o el doble estándar del contenido en función de si quien firma es un hombre o una mujer son otros de los dos puntos que señala Joana Russ como formas de infravalorar la escritura femenina.

    He pasado otro año leyendo a más autoras que autores. Fue una decisión que tomé conscientemente cuando me puse las gafas violeta, como si quisiera saldar una deuda con mi yo del pasado, que no había dado a todas aquellas grandes escritoras el lugar que se merecían en mi estantería.

    Año tras año, tras descubrir a una nueva escritora de la que hasta entonces tenía pocos datos, me sorprendo haciéndome la misma pregunta: ¿cómo no puede ser esta mujer muchísimo más famosa? ¿Por qué no se estudia en las escuelas, los institutos y las universidades? ¿Por qué no sabía nada de ella hasta ahora?

    Además de la negación de la autoría, la falsa categorización o el doble estándar de contenido, Russ establece muchas más pautas en su ensayo: la mala fe (aunque sea inconsciente), las prohibiciones (como haber negado el acceso a la educación a las mujeres o haber impedido que fuesen independientes económicamente para comprar sus propio papel), el aislamiento (decir que tal autora solo tiene una buena novela) o presentar a una gran escritora como una anomalía, es decir, que esa mujer es demasiado atípica y que lo que ha hecho se sale fuera de lo normal.

    Quizás es el momento de saldar nuestras deudas con las escritoras, con la mal llamada literatura femenina y no universal, y no solamente por poner en valor a todas las mujeres que escribieron, sino por dar sentido a aquellas que escriben y abrir camino a aquellas que escribirán. Poner a más autoras en nuestra estantería y en nuestras recomendaciones, valorar de igual modo sus temáticas… porque la misma importancia tiene escribir sobre lo doméstico que sobre borracheras en los bares o dejar de hablar de hombres que escriben cuando estamos hablando de mujeres que escriben, de amantes y de maridos. Quizás así empecemos a saldar la deuda y permitamos que todas estas mujeres tengan la universalidad que bien se merecen.

    Toda la información e imágenes son Buzzfeed.
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  • La RAE incluye la palabra sororidad en su diccionario

    En la época del MeToo y la revolución feminista, la Real Academia Española ha decidido incorporar en su diccionario digital casi 750 términos, entre ellos, sororidadagrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo. Precisamente, ‘sororitat’ fue elegida, con el 32,6% de los votos a favor, la palabra más importante del 2018 en una iniciativa impulsada por quinto año por el Observatorio de Neología de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Institut d’Estudis Catalans (IEC) en la que participaron más de 5.500 personas.

    El diccionario de la RAE  también incorpora una enmienda de acepción según la cual el feminicidio es “el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia”.

    Meme, escrache y viral

    La académica responsale del diccionario, Paz Battaner, y el director en funciones de la institución, Darío Villanueva, han presentado en Madrid las novedades del diccionario. Además de sororidad, la RAE incluye otros términos, como meme (una imagen, vídeo o texto por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través de internet), selfi (autofoto), escrache (manifestación popular de protesta contra una persona, generalmente del ámbito de la política o de la Administración, que se realiza frente a su domicilio o en algún lugar público al que deba concurrir) y viralizar (referida a un mensaje o contenido que se difunde con gran rapidez a través de las redes sociales). También se incorporan anglicismos puros como ‘feedback’, que deberá ser escrito en cursiva y que se define como retroalimentación o retorno en su acepción tecnológica.

    En total, se han incorporado este año al diccionario un total de 2.451 modificaciones. De ellas, 748 son adiciones, 1.680 enmiendas  y 23 supresiones, frente a los 3.345 cambios producidos el pasado año, un descenso que, según Villanueva, se debe a que en diciembre de 2017 se presentaron las modificaciones de dos años de trabajo de los académicos.

    Influencia de la prensa

    Aunque la palabra escrache comenzó a utilizarse hace años no ha sido hasta ahora cuando se ha recogido en el diccionario, ha explicado Battaner haciendo hincapié en la influencia de los medios de comunicación en los cambios que experimenta la lengua. Mientras, el término humo tiene una nueva acepción, la de cosa o hecho sin entidad o relevancia, que puede añadirse a la palabra vender para definir aquella acción de «tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido».

    Entre los tecnicismos, ha explicado Battaner, aparece ISO referida al sistema de regulación de calidad. Y, entre los americanismos, ha destacado la palabra ñeco, para referirse a una persona que ha perdido un brazo o una mano. Respecto a estas consultas, Villanueva ha indicado que es una «leyenda urbana» que la RAE acepte ‘cocreta’ y ha garantizado que nunca lo hará. Precisamente ‘cocreta’ es la segunda palabra (de las no incluidas en el diccionario del español) más búscadas por los usuarios de internet, con más de 96.000 consultas en la plataforma de servicios lingüísticos de Enclave-RAE.

     

    Toda la información e imágenes son el periódico.
    Link original: https://www.elperiodico.com

  • Claves feministas para mis socias de la vida:  Marcela Lagarde

    Claves feministas para mis socias de la vida: Marcela Lagarde

    Marcela Lagarde y de los Ríos se define a sí misma como una enredadera feminista. Su último libro, Claves feministas para mis socias de la vida (Ed. Horas y Horas, 2005), es casi un manual, por su fuerza de síntesis, de experiencia y de condensación de diversas corrientes generadas en el movimiento feminista. Recoge en él tres talleres que impartió en una universidad popular de Nicaragua en los años 1997, 1999 y 2000.

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    El primero se dedica a las nociones de poderío y autonomía de las mujeres. Se trata de la articulación de propuestas políticas capaces de desmontar la construcción del género femenino como incompleto, y enfrentar el “ser para otros”, en palabras de la maestra Franca Basaglia, como compendio de las funciones reproductoras asignadas al género femenino. La autonomía, proceso constitutivo de individuas y vidas propias, y con un sentido específico de libertad, afirma los derechos propios de las mujeres, y construye alternativas que posibilitan la deconstrucción de la ética de la invisibilidad y de la sustituibilidad predominantes. El ‘empoderamiento’ debe generar independencia, en todos los ámbitos, e intercambios reales de principios equitativos. Es básica también la noción de la ‘sororidad’, o affidamento, para un reconocimiento de la autoridad entre mujeres, que construye alianzas y pactos, enfrentando la opresión de género de forma directa y, en concreto, hacia una de sus dimensiones más dañinas, la misoginia, hábil mecanismo de agresión y desconocimiento entre las semejantes.

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    La segunda parte se dedica a los liderazgos entrañables, los que se hacen con las entrañas. Desvelan la forma de hacer una política feminista que implique una ruptura epistemológica con la hegemónica tradicional, al insistir en la relación entre pensar, ser y existir, para la construcción de una democracia genérica. Recuerda la importancia de la promoción insistente de espacios de enculturación, como formas de aprender mutuamente de mujeres, recordando la expropiación genérica de los cuerpos y de la subjetividad de aquéllas, y la necesidad urgente, por tanto, de formar una ética propia, que enfrente las múltiples escisiones de la identidad contemporánea y que genere otras formas posibles de actuar, con asertividad, equifonía y equipotencia, sin olvidar la constante disidencia transformadora, desde los círculos más particulares hasta los ámbitos colectivos.

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    Por último, las claves para las negociaciones en el amor desvelan cómo también los afectos se construyen cultural y socialmente, y cómo la cultura occidental del amor, con su moral amorosa tradicional, identifica perversamente al género femenino como un ser colonizado y carente, que pierde su propia libertad al amar. Entre otras nociones relacionadas, se aborda la cuestión compleja de la culpa, religiosa y laica, como inteligente instrumento coercitivo de la subjetividad femenina. Insiste Marcela en la necesidad de ser ciudadanas pactantes, desde las propias vidas, reivindicando la soledad, no debiendo esperar incondicionalidad sino confianza, y haciendo pactos desde la diferencia, pero en equidad real, que comiencen por tener claro lo innegociable para construir así relaciones justas. Así, concluye: “Como nos abocamos a transformar radicalmente el mundo, cada mujer precisa, así mismo, cambiar radicalmente. Para las feministas, cada mujer es la causa del feminismo. Cada mujer tiene el derecho autoproclamado a tener derechos, recursos y condiciones para desarrollarse y vivir en democracia. Cada mujer tiene derecho a vivir en libertad y a gozar de la vida”.

    Toda la información e imágenes son Alwari.
    Link original: https://alwari.wordpress.com

  • Cientos de mujeres protestan en India por igualdad de género

    Cientos de mujeres protestan en India por igualdad de género

    La entrada de dos mujeres al templo hindú Sabarimala de Kerala (sur), las primeras desde que el Tribunal Supremo levantara hace tres meses el veto de acceso a las «impuras» féminas de entre 10 y 50 años, en edad de menstruar, desató fuertes protestas en varios puntos de este estado indio.

    • Ahora mismo hay algunos problemas en Trivandrum, Kozhikode y Palakkad. La situación está bajo control en este momento, no hay violencia, la Policía local y la Policía Armada están desplegadas en todas las áreas», indicó un portavoz de la Policía de Kerala, Praveen Drobalpillai.

    Precisó que la seguridad en las zonas afectadas por las protestas está «solamente» a cargo de los superintendentes allí destacados.

    Dos menores de 50 años penetraron en el sanctum sanctorum de madrugada escoltadas por varios agentes, después de que en los últimos meses decenas de mujeres intentasen sin éxito realizar la peregrinación a Sabarimala, frustradas por centenares de devotos y manifestantes de grupos de extrema derecha hindú.

    Imágenes difundidas por medios locales muestran a dos mujeres vestidas de negro y con las cabezas cubiertas con pañuelos accediendo al templo entre una multitud de hombres, tras haber realizado la ascensión de 5 kilómetros desde la localidad de Pamba.

    La sentencia del máximo órgano judicial llegó el pasado septiembre tras una petición promovida en 2006 por la Asociación de Jóvenes Abogados india desafiando la tradición centenaria en contra de las mujeres en edad de menstruar, consideradas impuras.

    La decisión desató las protestas de los seguidores del célibe dios Ayyappa, así como de la sección regional del partido BJP del primer ministro, Narendra Modi, y del histórico Partido del Congreso, que se unieron a los devotos durante las manifestaciones para impedir la ascensión de mujeres.

    Toda la información e imágenes son Excelsior.
    Link original: https://www.excelsior.com.mx

  • 4 novelas escritas y protagonizadas por mujeres hartas de convencionalismos

    1. La trilogía ‘Las chicas del campo’, de Edna O’Brien.

    Cuando la escritora irlandesa Edna O'Brien publicó, en la década de los sesenta, la primera parte de esta trilogía sobre sus chicas de campo, se convirtió en tamaño escándalo que el párroco de su pueblo llegó a quemar tres ejemplares en la plaza pública, a vista de todos. La propia O'Brien pasó de ser otra chica de campo a una persona non grata en el país que le había dado la vida y la inspiración para su novela. ¿Qué tiene de escandalosa esta trilogía? Que en una Irlanda ultracatólica, O'Brien nos presenta a Caithleen y Baba, dos amigas que, desde su más tierna infancia, se niegan a vivir sometidas a las normas sociales y morales y a los caminos predeterminados para las mujeres de la época. Temas como la religión, el sexo antes del matrimonio, el adulterio, el aborto o la infelicidad de una vida matrimonial y del rol de la buena esposa se suceden en estos tres libros cuyo nexo común es la amistad y la sororidad entre dos mujeres muy distintas.Puedes conseguir la trilogía completa aquí por 14,20 euros.

    Cuando la escritora irlandesa Edna O’Brien publicó, en la década de los sesenta, la primera parte de esta trilogía sobre sus chicas de campo, se convirtió en tamaño escándalo que el párroco de su pueblo llegó a quemar tres ejemplares en la plaza pública, a vista de todos. La propia O’Brien pasó de ser otra chica de campo a una persona non grata en el país que le había dado la vida y la inspiración para su novela.

    ¿Qué tiene de escandalosa esta trilogía? Que en una Irlanda ultracatólica, O’Brien nos presenta a Caithleen y Baba, dos amigas que, desde su más tierna infancia, se niegan a vivir sometidas a las normas sociales y morales y a los caminos predeterminados para las mujeres de la época. Temas como la religión, el sexo antes del matrimonio, el adulterio, el aborto o la infelicidad de una vida matrimonial y del rol de la buena esposa se suceden en estos tres libros cuyo nexo común es la amistad y la sororidad entre dos mujeres muy distintas.

    2. ‘El club de los mentirosos’, de Mary Karr.

    En el prólogo que la propia Karr escribe para presentar su novela cuenta que, mientras hacían unos arreglillos en la cocina de casa de su madre, el currito que se ocupaba de las reformas señaló un agujero en la pared y miró inquisitivo a Karr y a su hermana preguntándose si aquello era un agujero de bala. La hermana le preguntó a su madre, con toda la tranquilidad del mundo, si aquello era "de cuando disparó a papá" y la madre, ni corta ni perezosa y sin dejar de comer pepinillos picantes, respondió que no, que a su padre le había disparado a la entrada y que ese tiro debía de haber ido dirigido a cualquier otro familiar.Servía esta anécdota para explicar que, teniendo una familia así, la autora no necesitaba recurrir a la ficción para escribir. 'El club de los mentirosos' es la historia de una familia disfuncional y caótica cuyos honorables miembros son un padre sindicalista, charlatán y bebedor, una hermana que conducía con 12 años y vacilaba al sheriff y una madre a la que le importaba bien poco el qué dirán y cuyo pasado estaba cargadito de misterios. A veces para superar una infancia dificil nada mejor que ponerla sobre el papel y, en este caso, hacerlo con altas dosis de humor. Puedes comprarlo aquí por 21,85 euros.

    En el prólogo que la propia Karr escribe para presentar su novela cuenta que, mientras hacían unos arreglillos en la cocina de casa de su madre, el currito que se ocupaba de las reformas señaló un agujero en la pared y miró inquisitivo a Karr y a su hermana preguntándose si aquello era un agujero de bala. La hermana le preguntó a su madre, con toda la tranquilidad del mundo, si aquello era «de cuando disparó a papá» y la madre, ni corta ni perezosa y sin dejar de comer pepinillos picantes, respondió que no, que a su padre le había disparado a la entrada y que ese tiro debía de haber ido dirigido a cualquier otro familiar.

    Servía esta anécdota para explicar que, teniendo una familia así, la autora no necesitaba recurrir a la ficción para escribir. ‘El club de los mentirosos’ es la historia de una familia disfuncional y caótica cuyos honorables miembros son un padre sindicalista, charlatán y bebedor, una hermana que conducía con 12 años y vacilaba al sheriff y una madre a la que le importaba bien poco el qué dirán y cuyo pasado estaba cargadito de misterios. A veces para superar una infancia dificil nada mejor que ponerla sobre el papel y, en este caso, hacerlo con altas dosis de humor.

    3. La saga ‘Dos amigas, de Elena Ferrante.

    Son un total de cuatro libros los que componen la historia de estas dos amigas desde su infancia hasta su vejez en la Nápoles de mediados del siglo pasado, un lugar donde la ropa recién tendida decoraba las calles y los viejos odios entre vecinos acababan generando una espiral de violencia que siempre terminaba salpicando a todo el barrio. Lenú y Lila y su tormentosa relación con un mundo poco amable con las mujeres son las protagonistas de esta magnífica historia donde se demuestra que, a veces, no son aquellos con los que pasas por el altar los verdaderos amores de nuestra vida.Puedes comprar la tetralogía aquí por 40,75 euros o comenzar por 'La amiga estupenda', que lo tienes aquí por 18,90 euros.

    Son un total de cuatro libros los que componen la historia de estas dos amigas desde su infancia hasta su vejez en la Nápoles de mediados del siglo pasado, un lugar donde la ropa recién tendida decoraba las calles y los viejos odios entre vecinos acababan generando una espiral de violencia que siempre terminaba salpicando a todo el barrio. Lenú y Lila y su tormentosa relación con un mundo poco amable con las mujeres son las protagonistas de esta magnífica historia donde se demuestra que, a veces, no son aquellos con los que pasas por el altar los verdaderos amores de nuestra vida.

    4. ‘Tú no eres como otras madres’, de Angelika Schrobsdorff.

    Con toda probabilidad, Schrobsdorff también sabe que cuando la realidad tiene tanto jugo no es necesario ponerle ningún adorno. Similar al trabajo de Karr, Schrobsdorff también nos cuenta la historia de su madre, pero aquí estamos en otro lugar (Berlín) y en otra época (la década de los veinte).Else, en efecto, no es como las otras madres. Nacida en el seno de una familia burguesa y judía, desde muy jovencita desafió todo lo establecido, haciéndolo explotar por los aires al darse a la vida artística y bohemia y (muchísimo peor) casarse con un cristiano. La vida de Else es tan poco convencional como ella y gracias a este libro descubrirás que los años 20 fueron, en efecto, más locos de lo que el cine nos hace pensar. Relaciones abiertas, tríos, hijos bastardos y fiestas de alto postín conformarán el paso de Else de la juventud a la madurez mientras que en Alemania surge un monstruo que pronto hará que deje de sonar la música. Puedes comprarlo aquí por 23,27 euros.

    Con toda probabilidad, Schrobsdorff también sabe que cuando la realidad tiene tanto jugo no es necesario ponerle ningún adorno. Similar al trabajo de Karr, Schrobsdorff también nos cuenta la historia de su madre, pero aquí estamos en otro lugar (Berlín) y en otra época (la década de los veinte).

    Else, en efecto, no es como las otras madres. Nacida en el seno de una familia burguesa y judía, desde muy jovencita desafió todo lo establecido, haciéndolo explotar por los aires al darse a la vida artística y bohemia y (muchísimo peor) casarse con un cristiano. La vida de Else es tan poco convencional como ella y gracias a este libro descubrirás que los años 20 fueron, en efecto, más locos de lo que el cine nos hace pensar. Relaciones abiertas, tríos, hijos bastardos y fiestas de alto postín conformarán el paso de Else de la juventud a la madurez mientras que en Alemania surge un monstruo que pronto hará que deje de sonar la música.

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  • 2018: la gran paradoja del año de las mujeres

    2018: la gran paradoja del año de las mujeres

    Cuenta Dona Strickland, hija de un ingeniero y una maestra, que con 10 años tuvo la inmensa suerte de que su padre la llevara al Museo de Ciencias y le enseñara un láser diciéndole “Donna, este es el futuro”. Y fue un amor a primera vista. Eran los años 60 y aunque se encontró quien le dijo que las matemáticas y la Física no eran cosa de niñas, sus padres la apoyaron. En 2018, Strickland ha hecho historia convirtiéndose en la tercera mujer que gana el Nobel de Física.

    Cuando iba a la facultad en los años 80 esta canadiense pionera en el uso del láser casi no tenía mujeres profesoras ni apenas compañeras. Todo eran hombres menos ella. Igual que en el palmarés de la Academia Sueca hasta que llegó Marie Curie en 1903. Y prácticamente igual que cuando Strickland entró un siglo después. El avance ha sido tan lento que la noticia que más asombro produjo en la opinión pública no fue que este año el Nobel de Física lo ganara una mujer, sino descubrir que en 117 años solo tres lo habían conseguido.

    2018 se ha convertido en el año en que la ausencia de mujeres empezó a chirriar

    De hecho, lo que más ha cambiado en el avance hacia la igualdad en 2018 no solo es la presencia de mujeres, sino sobre todo la visibilización de sus ausencias. Esto es lo que convierte 2018 en un antes y un después: el año en que la falta de mujeres empezó a chirriar con fuerza. Como si un foco hasta entonces apagado en la mente del imaginario general empezase de pronto a enfocar no solo a las mujeres que llegaban lejos, sino a la cantidad de mujeres ausentes en galardones y puestos de responsabilidad, en tertulias y en museos, en el Ibex y en libros de texto.

    La clave fue la masiva movilización del 8 de marzo que convirtió España en la capital mundial del feminismo. Cuando cientos de miles de personas se manifestaron en favor de la igualdad real (no solo la legal) lanzando al mundo el mensaje de que aún falta mucho por avanzar. Un punto de inflexión que ha cambiado la forma de ver el mundo. “Hay que hacer un balance positivo del año”, afirma Yanna Franco, profesora de Economía Aplicada la Universidad Complutense y miembro de Instituto de Investigaciones Feministas. “Se ha avanzado mucho este año, porque a partir del 8 de marzo se ha situado en primer lugar de la agenda informativa las cuestiones de género. El último 8-M en España tuvo muchísima importancia. Pilló por sorpresa porque las reivindicaciones feministas siempre habían sido residuales. Este año el feminismo se ha convertido en un asunto mayoritario”.

    El feminismo se hizo ‘mainstream’

    En 2018, también Ana Botín se declaró públicamente feminista. La presidenta del Banco Santander escribía una carta este verano para explicar que ha visto “suficiente como para saber que, en general, las mujeres no reciben un trato justo”. La reina Letizia vació su agenda el 8 de marzo para visibilizar la protesta y hasta Mariano Rajoy, que todavía era presidente, se puso un lacito morado. En 2018, el establishment se hizo feminista. Y el feminismo se hizo mainstream.

    En las 100 empresas más grandes de la Bolsa de Londres hay más consejeros delegados que se llaman David que mujeres al frente

    “El mayor logro del feminismo es que de una vez por todas haya habido una voz colectiva con la fuerza suficiente para que se escuche y sacuda la modorra de siesta de una sociedad que necesita cambios que acompañen a las demandas urgentes”, afirma Mercedes Wullich, fundadora de Mujeresycia y del ranking Las Top 100 Mujeres Líderes en España. “Por eso 2018 marca un antes y un después que lo hará quedarse en la historia como un año fundamental”, añade.

    La movilización del 8M basó sus reivindicaciones en que los objetivos de igualdad real no están cumplidos. Las mujeres suman la mitad del mundo pero solo ocupan el 28% de los escaños en los parlamentos europeos y un 27% de los puestos de dirección. En las 100 empresas más grandes de la Bolsa de Londres hay más consejeros delegados que se llaman David que mujeres al mando.

    Las mujeres estamos mejor que nunca en la historia de nuestro país. Pero ni el avance hacia la igualdad se produce de forma natural ni a la velocidad esperable. El número de mujeres directivas en España se ha congelado en 2018 en el 27 %, el mismo dato que en 2017, con lo que se pone freno al lento avance registrado en los últimos siete años, según el informe de Grant Thornton Women in Business: ¿cumplir o liderar?

    Solo cuatro de las 50 universidades públicas en España están regidas por una mujer, aunque desde hace décadas acceden a la Universidad más mujeres que hombres (54%), sacan mejores notas y y se gradúan más (57%), según el estudio Científicas en cifras  del Ministerio de Economía. El número de doctorados está igualado al 50%, pero solo el 13% de ellas llega a catedrática.

    Lo que ha llamado este año la atención no es solo la ausencia de mujeres, también algunas presencias han pasado a ser cuestionadas en nombre de la igualdad. En 2018, la Fórmula 1 anunció que desaparecerían del campeonato las tradicionales azafatas en las carreras, al entender que esta práctica está “claramente en desacuerdo con las normas sociales actuales”. Muchas de las competiciones ciclistas ya tomaron esa misma decisión el año anterior.

    Pero la igualdad es una carrera a muchas velocidades, este mismo año, mientras la F1 discutía si quitar o no a las azafatas que adornaban el circuito, encarcelaban a numerosas feministas por reivindicar en Arabia Saudí el derecho a conducir de las mujeres en este país. En junio, la Dirección General de Tráfico saudí empezó a expedir permisos de conducción a mujeres después de décadas de prohibición. Sin embargo, algunas de las activistas que lo reivindicaban siguen detenidas. Descubrirse el cabello en público o en redes sociales también está gravemente castigado para ellas.

    No es Arabia Saudí el único país en el que la situación de las mujeres es especialmente preocupante. Según la Unesco, cerca de 130 millones de niñas en todo el mundo no van a la escuela. Y 12 millones se ven forzadas a casarse antes de cumplir los 18, según Girls Not Brides.

    Las cuentas pendientes y la gran paradoja

    “Las cuentas pendientes, en realidad, siguen siendo las mismas”, añade Franco. “La población femenina por fin se ha sensibilizado y se ha hecho causa común. Este año también ha sido el año de las manifestaciones contra la sentencia de La Manada, porque se ha hecho evidente una falta de sensibilidad y de formación en la administración de Justicia clamorosa”.

    Recuerda Franco que también sigue pendiente de resolver la brecha salarial y el pacto por la violencia de género: “En realidad en 2018 no se ha resuelto en términos prácticos ninguno de los problemas de fondo, pero se les ha dado más relevancia social. Ahora el tema de la igualdad está en la calle, en las cenas de Navidad y en las tertulias. Pero sigue haciendo falta mucho trabajo”, añade.

    La más urgente de todas las cuentas pendientes es, sin duda, es la de prevenir la violencia de género. Al menos 47 mujeres han sido asesinadas por sus parejas y ex parejas en 2018 en España, y únicamente 14 de ellas (el 30%) había denunciado a su maltratador, según los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Según las cifras oficiales, en quince años al menos 975 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas.

    El juicio a los integrantes de La Manada acusados de violar a una joven en San Fermines abrió además el debate social de qué se considera o no violación en España, así como los límites de la intimidación y la confusa frontera entre abuso y agresión sexual. El Gobierno de Pedro Sánchez estudia para 2019 una reforma del Código Penal para que cualquier “comportamiento sexual” hacia una mujer sin su consentimiento pueda ser considerado un delito de agresión sexual y estar penado con prisión.

    “En este año hemos vivido una especie de gran paradoja”, afirma Octavio Salazar, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba y autor del libro El hombre que no deberíamos ser (Planeta, 2018): “Por un lado estamos viviendo un gran avance que ha puesto el foco en la  explotación sexual y la violencia contra las mujeres. Y, al mismo tiempo que se ha ido produciendo esta ebullición feminista, estamos viviendo una reacción neomachista que se está traduciendo en opciones políticas conservadoras en las que el feminismo aparece como uno de los principales focos de ataque”.

    La igualdad es también una carrera en la que además de avanzar se puede retroceder. En España, la brecha salarial es del 16,2% de media según Eurostat, frente al 20% británico. En la última década, la posición de España en el ranking global de género ha empeorado, según el  Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial de Davos. Ha pasado del puesto 11 del 2016 al 29 de este año y cinco lugares menos que en 2017. España se sitúa en el sitio 129 sobre un total de 149 economías en el apartado de igualdad salarial. Si se mantuvieran los avances actuales, se tardarían dos siglos (202 años) para alcanzar una paridad efectiva de género en el lugar de trabajo.

    La gran paradoja del año en que el feminismo se puso de moda es que acaba con un nuevo partido, Vox, entrando en el Parlamento Andaluz con 12 escaños y con un futuro muy prometedor en las encuestas para las elecciones de 2019. Vox es el único partido que se declara abiertamente anti-feminista y en contra de la Ley de Igualdad y la Ley de Violencia de Género.

    “Hay una reacción defensiva de muchos sectores de la sociedad frente a esa conquista de espacios del feminismo”, opina Salazar. “En Andalucía el triunfo de Vox está propiciando que ese discurso antifeminista que ya tenía reparos en decir ciertas cosas en alto se vuelve a legitimar. Escuchamos cada vez más voces de hombres que se sienten víctimas de una supuesta discriminación de las leyes que protegen a las mujeres de la discriminación. Lo que hay detrás de esas posiciones es mucha ignorancia o el miedo a perder privilegios o compartir el poder. Hay que hacer mucha pedagogía para explicar que lo que persiguen estas leyes es más igualdad y desmontar falsos mitos, como esa especie de mantra de que las leyes a favor de las mujeres van en contra de los hombres. El feminismo es una lucha contra unos comportamientos en los que participan tanto hombres como mujeres y propone replantear un modelo de convivencia, pero son propuestas que van a hacernos mejores también a los hombres”.

    El año de las mujeres acaba con un nuevo partido abiertamente antifeminista, Vox, con un futuro prometedor para 2019

    “El feminismo lo que busca es revertir una situación desigual de las mujeres”, insiste Franco. “Y me da mucha rabia que se hable de feminazismo acusándonos a quienes trabajamos por la igualdad de ir en contra de los hombres. Esto quiere decir que hgay que volver a explicar el feminismo para principiantes”. Y añade: “Puede que la manera de afrontar esta reacción antifeminista sea moderar el discurso de lucha por la igualdad en las formas, porque ir al choque frontal no es una estrategia ganadora. Tampoco podemos decir que las mujeres estamos fatal, estamos mucho mejor que hace 40 años obviamente. Lo que hay que recordar que es falso pensar que hayamos llegado a la igualdad real”.

    2019, el año de los hombres

    El feminismo entra en 2019 con muchos deberes: “Hay que introducir muchos matices y desmontar prejuicios”, afirma Salazar. “Ese desmontaje necesita tiempo y tranquilidad.  Al feminismo le va a hacer falta más paciencia y atención a las formas. Y no dejarse llevar por las dinámicas frentistas. Los mensajes maximalistas no ayudan”.

    Franco opina que el discurso feminista en 2019 debería centrarse en los hombres como eje para avanzar hacia una sociedad más igualitaria. “Hay que replantearse cómo socializamos a los niños y cómo socializamos a las niñas. Una sociedad desigual es injusta para todas las partes”, añade Franco. “Si hay hombres que se están victimizando y cala el discurso de que el feminismo va contra ellos, sería inteligente que nos centrásemos en explicar que el discurso de la igualdad de género también libera a los hombres de los modelos tradicionales de masculinidad”.

    También Wullich mira a los hombres al preguntarle por los deberes para seguir avanzando hacia la igualdad real: “Yo abogo por la baja paternal obligatoria, lo demás es voluntarista. Y en dar una vuelta a la educación: desaprender y barajar y dar de nuevo con cartas que no vengan marcadas. Hay muchísimo por hacer, pero elijo poner el foco en esto”, concluye.

    La Premio Nobel Dona Strickland reivindica la importancia de programas como HeforShe de la ONU, una plataforma que precisamente involucra a los hombres y los niños para impulsar la igualdad de oportunidades de las mujeres y apoyar a las niñas a alcanzar su potencial. La Nobel de Física afirma que tener más mujeres que llegan lejos inspira a las nuevas generaciones. Hay motivos para el optimismo. Su facultad de Ingeniería, la más importante de Canadá, este año registró la mayor proporción de mujeres matriculadas entre los estudiantes de ingeniería de primer año (algo más del 30%). Esperar otro siglo para que alguna de ellas vuelva a entrar en la Academia.

    Ser feminista, ojalá 2018 hubiera sido el año en que esto termina de quedar claro, es creer que todo el mundo merece ser tratado con igualdad de oportunidades y derechos independientemente de su género. Algo hemos avanzado si ya no hay que explicar por qué alguien se considera feminista. Sino por qué no lo es.

    Toda la información e imágenes son El Independiente.
    Link original: https://www.elindependiente.com

  • TripWoman: viajar solas, pero juntas

    ¿Cómo funciona TripWoman?

    A las mujeres, la aventura de recorrer el mundo puede costarnos muy caro. Hacer dedo o no. Irnos de mochileras. Acampar. Compartir dormitorios con extraños. Son sueños y miedos que acumulamos. En la sociedad patriarcal que habitamos se nos enseña a no viajar solas y a que, si nos pasa algo, la culpa siempre es nuestra.

    Marina Menegazzo y María José Coni pagaron con sus vidas el pecado de ser libres. Las turistas argentinas que vacacionaban en La Montañita (Ecuador) fueron secuestradas, violadas y asesinadas en el año 2016. El caso conmovió al mundo y, sin embargo, no faltaron dedos que señalaran a las víctimas como responsables de su suerte porque «viajaban solas», aunque eran dos. ¿Quién faltaba en la ecuación?

    Cansada de este tipo de noticias, la española Tania Picado, wanderlust desde los 18 años, decidió crear TripWoman, una aplicación que tiene la intención de convertirse en una red internacional de mujeres viajeras interconectadas. Así, quienes estén interesadas en conocer el mundo pueden ayudarse mutuamente, intercambiar consejos, datos de alojamiento y transporte, y generar alarmas en caso de peligro.

    Solas y acompañadas

    Basada en el concepto de sororidad, la aplicación se propone como «una barrera de protección femenina alrededor del mundo: mujeres que viajan o quieren viajar solas, mujeres que temen no hablar el idioma, mamás viajeras, etc…» (TripWoman). Entre sus características pueden mencionarse el registro por verificación, el intercambio de alojamiento, la comunidad de mujeres viajeras y el sistema de emergencia.

    «La verdad es que no nos esperábamos la acogida que está teniendo, es sorprendente el crecimiento en tan corto tiempo. Hemos decidido seguir moldeándola a gusto de las usuarias, así que la app sufrirá mejoras constantemente para construir una herramienta funcional y segura de viaje para nuestras chicas»,afirmó su fundadora en un intercambio exclusivo con Escritura Feminista.

    ¿Cómo funciona el botón de SOS?

    Ante una situación de riesgo, cualquier usuaria de la aplicación puede apretar un botón para pedir ayuda. Automáticamente, su localización y su número de teléfono son enviados a varias usuarias que se encuentren en la zona y hablen el mismo idioma. Si ellas no pueden establecer contacto con la persona en peligro, avisarán a servicios de emergencia.

    TripWoman está disponible para terminales con Android y iOS, y cuenta con más de 2000 descargas de todas partes del mundo en poco más de dos meses de funcionamiento. El próximo paso es expandirse a la comunidad anglosajona. La sororidad entre mujeres llegó para quedarse.

    Toda la información e imágenes son Escritura feminista.
    Link original: https://escriturafeminista.com

  • Impunidad, obstáculo para que mujeres accedan a justicia Derechos Humanos

    Impunidad, obstáculo para que mujeres accedan a justicia Derechos Humanos

    Al analizar los resultados del “Diagnóstico de Acceso a la Justicia y Violencia Feminicida”, documento elaborado en conjunto con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) con datos de 2016, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos  (CNDH) alertó que la impunidad es el principal obstáculo que impide a las mujeres acceder a la justicia.

    Con base en las respuestas a cuestionarios que se enviaron a las 32 procuradurías estatales y a la Procuraduría General de la Republica (PGR), se pudo confirmar que “al parecer se fortalece el mensaje de permisividad al asesinato de mujeres”.

    Así, de los mil 662 homicidios dolosos contra mujeres registrados en 2016 (año en el que se centra el estudio), sólo 947 casos fueron reportados, es decir 56.80 por ciento, mientras que apenas en 10 por ciento de los casos se logró consignar al presunto culpable ante un juez.

    En ese año, solo 3.39 por ciento de las muertes de mujeres y niñas fueron consideradas como feminicidios (84 casos). En tanto, 69.43 por ciento fue clasificado como homicidio culposo y 25.61 por ciento como homicidio doloso.

    En el análisis de los datos se destaca que La diferencia entre el número de carpetas de investigación por homicidio doloso y las de investigación por feminicidio muestra una negativa a investigar las muertes violentas de mujeres como feminicidios.

    No obstante, entre 2015 y septiembre de 2018, esta diferencia se ha reducido al pasar del 60.91 por ciento de carpetas por homicidio doloso y feminicidio a 52.44 por ciento, aunque hay casos delicados como Baja California Sur, que carece del tipo penal.

    Respecto a la edad de las víctimas, 82.42 por ciento fueron mujeres mayores de 18 años y 11.53 por ciento, niñas y adolescentes.

    En cuanto a su ocupación, 28.11 por ciento de las víctimas eran empleadas, 22.39 por ciento amas de casa y 49.51 por ciento son reportadas con ocupaciones como cajeras, enfermeras, meseras, obreras, profesionistas independientes y edecanes, entre otras.

    “La CNDH manifiesta su preocupación sobre la situación de las procuradurías y fiscalías en torno a la desaparición de mujeres, pues con base en la información recopilada se identificó un total de cuatro mil 527 mujeres desaparecidas en 2016 en el país”, subraya el informe.

    Toda la información e imágenes son de la PRENSA.
    Link original: https://www.la-prensa.com.mx